Bollos hojaldrados de mantequilla

Estos Bollos hojaldrados de mantequilla son una delicia que os proponemos que preparéis este fin de semana, la receta es de Dan Lepard, aparece en el libro Hecho a mano, y como recomienda, conviene hacer la masa la noche anterior, que reposen en frío incluso cuando los bollos están ya formados, pero no es imprescindible. A continuación os explicamos cómo hacemos nosotros estos sabrosos bollos.

Como en el hojaldre, para hacer estos bollos es necesario utilizar una mantequilla de calidad, la que sea de vuestro agrado, pues tiene una importante presencia y participación en el sabor, además de ser la responsable de que la masa de pan se separe en finas y jugosas láminas. Aunque el procedimiento de elaboración de estos bollos hojaldrados es un poco largo por los tiempos de reposo, la elaboración es muy sencilla, os encantará disfrutar de una de las especialidades tradicionales de las panaderías europeas, hecha en casa.

Ingredientes

  • 500 gramos de harina de fuerza
  • 10 gramos de levadura fresca de panadero
  • 275 gramos de leche tibia
  • 6 gramos de sal
  • 175 gramos de mantequilla Central Lechera Asturiana Tradicional.

Elaboración

Prepara la masa a mano o con una amasadora, para ello, pon la harina y la sal, disuelve la levadura en la leche tibia e incorpórala a la harina, mezcla hasta que obtengas una masa firme y cúbrela, déjala reposar diez minutos.

A continuación, vuelve a amasar unos segundos (menos de un minuto, sobre todo si utilizas amasadora eléctrica), haz entonces una bola con la masa y déjala reposar otros diez minutos en un bol untado con aceite de oliva y tapada. Vuelve a amasar posteriormente, hasta obtener una masa fina, elástica y nada pegajosa. Forma de nuevo una bola y ponla en el bol, tapada y déjala reposar toda la noche en el frigorífico.

Al día siguiente, antes de ponerte a trabajar con la masa, retírala del frigorífico al menos una hora antes para que suba de temperatura, a unos 20º C. Deja la mantequilla también fuera del frigorífico para que se ablande.

Espolvorea la mesa de trabajo con un poco de harina (en este caso utilizamos harina floja), espolvorea también el rodillo y estira la masa en forma de rectángulo hasta que tenga 1 centímetro de grosor. Corta la mantequilla en láminas finas y repártelas en el centro de la masa cubriéndolo de extremo a extremo, entonces pliega un tercio exterior sobre ella y a continuación el otro tercio exterior, así la mantequilla queda cubierta.

Vuelve a estirar la masa, dándole un centímetro de grosor y realiza los mismos pliegues anteriores. Ahora sería momento de dejar reposar la masa una hora, pero si no dispones de tiempo puedes saltar este paso y realizar el último pliegue haciendo una vuelta doble, es decir, pliega los dos extremos hacia el centro y a continuación pliega como si fuera un libro. Ahora sí, deja reposar la masa en lugar fresco y tapada con un paño, durante una hora.

A continuación forma los bollos, utiliza para ello un cortapastas de unos 10 o 12 centímetros de diámetro, corta la masa y termina de darles forma plegando los bordes hacia el centro. Deposita cada porción de masa, con la parte lisa hacia arriba, en una bandeja de horno cubierta con teflón o papel vegetal.

Cubre de nuevo con el paño y deja fermentar durante una hora y media a una temperatura de entre 20 y 25º C. Poco antes de que llegue el momento, precalienta el horno a 200º C con calor arriba y abajo.

Hornea los bollos poniendo la bandeja en el centro del horno durante 25 minutos aproximadamente, los bollos de mantequilla estarán inflados y su corteza ligeramente dorada y crujiente. Puedes dejarlos enfriar sobre una rejilla, pero también pueden tomarse calientes, combinándolos con alimentos salados o dulces, una delicia para tomar con mermelada casera, con miel, queso fresco…

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