Hasta hace poco era imposible construir bodegas en los viñedos valencianos, la legislación urbanística de la Comunidad Valenciana impedía la construcción o ampliación de una bodega entre los viñedos. Ahora, un comunicado de la Generalitat Valenciana da a conocer una reforma de la legislación, motivo de alegría para el sector de la viticultura de Valencia.
Se trata de una reforma muy esperada durante años, los viticultores han tenido que proporcionar un buen número de informes y estudios que mostraban la necesidad de que se reformara la legislación urbanística en esta materia en pro del sector vinícola valenciano. Una bodega situada en los viñedos proporciona, entre otros aspectos, más atractivo dentro del sector del turismo enológico, rentabiliza el trabajo, proporciona mayor proyección comercial, etc.
Hasta ahora la ley urbanística valenciana no permitía construir en medio del campo dado que se trata de suelo no urbanizable, la única posibilidad era seguir un complicado y costoso protocolo en el que se debía ligar el suelo construido al interés comunitario con el que pudiera estar vinculada dicha construcción en un plazo de 30 años, algo bastante complicado e infructuoso. Ante esta situación, los bodegueros optaban por construir las bodegas en polígonos industriales, algo que no ocurre en otras regiones vitivinícolas y que jugaba totalmente en contra del sector del vino valenciano ya que no seguía la tendencia actual del resto del mundo en la que las bodegas se construyen en los propios viñedos.
Cultivo y elaboración deben ser dos conceptos unidos, una tendencia que además beneficia considerablemente a la elaboración del vino, ya que cuanto más se reduce el tiempo entre la vendimia y el prensado de la uva, mejor resultan los vinos al mantener ciertas propiedades de las uvas. Quienes hemos disfrutado de una ruta del vino, como la que realizamos no hace mucho por las bodegas del Somontano, podemos apreciar la importancia de que la bodega se sitúe entre los viñedos, el ambiente y la sensación que se transmite son muy distintos al de una bodega que se encuentra en un polígono industrial, parece que se le otorga menos calidad al vino que se ha producido.
La bodega y los viñedos deben situarse en el mismo enclave, sólo hay que dar un vistazo a las bodegas de otras regiones vitivinícolas para darse cuenta del éxito de la unión de ambos factores. Es incluso ridículo realizar una ruta enoturistica en la que visitas los viñedos y después te tienes que desplazar a un polígono industrial a conocer la bodega, evidentemente esta cuestión desanima a muchos turistas a visitar determinada Denominaciones de Origen enológicas.
Los vinos de la Comunidad Valenciana adquieren cada vez mayor prestigio, aumenta la calidad, las investigaciones y los esfuerzos económicos por ofrecer un producto único, cuando se haya corregido la legislación urbanística posiblemente se dará un nuevo salto que mejorará notablemente la imagen de los vinos valencianos. La Denominación de Origen Utiel-Requena y el resto de denominaciones han recibido la noticia con gran alegría, ahora será cuestión de saber cuándo se harán efectivos los cambios.
Vía | Las Provincias
2 comentarios
Al margen de los argumentos sobre el turismo enológico. La distancia entre la viña y la bodega es básica para la elaboración de vinos de calidad. Todos los vinos de nivel suponen la vendimia en condiciones óptimas, nocturna, en cajas pequeñas, selección manual y con el mínimo lapso de tiempo entre la vendimia y la prensa.
¿Tiene sentido una ley que impida producir vinos de calidad?.
Evidentemente el argumento del turísmo enológico, no tiene tanto peso como la calidad de los vinos, pero tambien se utiliza como argumento quizás para convencer a la Generalitat valenciana de la riqueza que se puede obtener y de los ingresos que con el turísmo pueden percibir.
En todo caso, esperamos que la reforma se haga efectiva por el bien de la calidad de los vinos valencianos.
saludos.