Bloody Mary

Esta mañana, la primera de un nuevo año, después del imprescindible café matutino hemos abierto el libro de Javier de las Muelas Cocktails and Drinks en busca de su fórmula o receta para hacer un Bloody Mary. Nuestra elaboración ha sido la indicada pero prescindiendo del alcohol, y queremos compartirla con vosotros porque es posible que cualquier mañana o en cualquier momento os apetezca disfrutar de este cóctel, característico por el protagonismo del zumo de tomate y las especias.

Hay muchas variantes de Bloody Mary, este cóctel es un clásico que muchos barmans han trabajado para dar su toque personal, y como seguramente muchos de vosotros sabréis, es considerado uno de los cócteles que ayudan a que la resaca sea más llevadera. Sobre este tema habría mucho más que hablar, será interesante dedicarle un espacio a cómo apaciguar la resaca y si una bebida con alcohol participa en ello.

De momento, compartimos con vosotros nuestro primer cóctel del año, aprovechando de nuevo para desearos un Feliz 2011, con muchos buenos momentos para compartir, y para agradeceros vuestros mensajes y buenos deseos, son muy importantes para nosotros y aunque no los podemos responder individualmente, los leemos sin dejarnos ni una coma, y nos llegan al corazón.

Agradecemos también a Javier de las Muelas que nos proporcione su fórmula para elaborar el Bloody Mary que tan bien nos ha sentado esta mañana antes de preparar el primer menú festivo del año, seguramente no le importará que transcribamos la introducción que aparece en su libro sobre el Bloody Mary para compartirla con vosotros, así que ahí va:

‘Nació en París en 1921 en el Harry’s Bar. El nombre de Bloody Mary era también el apodo de María Tudor, reina de Inglaterra durante un breve pero sangriento periodo de tiempo (1553-1558). Según los norteamericanos fue creación del barman del St. Regis Sheraton de Nueva York, que tuvo la feliz idea de combinar vodka con zumo de tomate, durante una fría noche de invierno de 1920. Mientas el barman le añadía el resto de ingredientes, la clientela lo iba bautizando con diferentes nombres, a cuál de ellos más sangriento y ocurrente, y más dignos del Krueger Hotel del Tibidabo que del mundo de la coctelería.

Finalmente F.L. Petiot, que tal era el nombre del susodicho barman, eligió el de Bloody Mary en “homenaje” a una novia que le había abandonado. Otra versión nos sitúa en su lugar de nacimiento en el Harry’s New York Bar de París, en 1921, Pete Petito mezcló zumo de tomate, vodka, sal, pimienta, y salsa Worcestershire, y lo bautizó con ese nombre en homenaje a la actriz Mary Pickford.

El añadir el tronco de apio sucedió en los 60, cuando un cliente del Hotel Ambassador de Chicago recibió en la habitación su Bloody Mary sin el stick removedor, y al no tener nada más a mano que una bandeja de ensaladas utilizó el apio para remover. A partir de ese día no hay barman que se precie que no lo incorpore.”

Ingredientes

  • 2 golpes de Salsa Perrin’s (salsa inglesa)
  • 1 pizca de sal
  • 1 pizca de pimienta
  • 1 matiz de sal de apio
  • 3 gotas de Tabasco
  • 1 cucharadita de zumo de limón
  • ½ copa de vodka
  • 1 zumo de tomate (150 ml.)
  • una rama de apio.

Elaboración

Servir todos los ingredientes en el vaso mezclador, batiendo con una cucharilla de bar. Añadir abundante hielo y remover durante 15 segundos, con ello conseguimos que el hielo refresque la bebida a la vez que parte de él se funde y aligera el cóctel.

Servir el Bloody Mary en el vaso elegido y decorar con una ramita de apio.

¡Salud!

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