Birke Baehr, con 11 años fue invitado a realizar una charla en TED (ahora tiene 12 años), quiso exponer, no lo que ve, sino lo que está mal en el sistema alimentario y el poder que tiene el consumismo y la publicidad sobre los niños, una influencia que como sabemos, se respira en cualquier lugar, en la televisión, en los comercios, en las calles… Argumenta con mucha coherencia la ‘entrañada’ labor de las empresas que tratan de que los niños (como él) hagan que sus padres compren cosas que ni benefician a la población ni al planeta. Es cierto, los publicistas saben muy bien que a quien tiene que convencer es a los niños con las artimañas que sean necesarias, juguetes de regalo, envoltorios llamativos, anuncios divertidos… y son éstos los que se encargan de convencer a los adultos para que satisfagan sus peticiones, la finalidad del marketing se ve cumplida.
Pero es que los niños no tienen idea de lo que se mueve detrás de esos muñequitos de plástico que regalan con las hamburguesas (por ejemplo), es lógico, son niños y tienen que vivir su infancia, pero no por ello deben vivir engañados, pensando como Birke Baehr que los cerdos, las vacas y otros animales viven felices en las granjas antes de convertirse en un alimento que se posará en sus platos. Que los niños conozcan la realidad del sistema alimentario no les va a provocar ser menos felices, pero sí les va a ayudar a ser conscientes, consecuentes y más capaces de decidir por ellos y por el planeta.
Muchos estudios han demostrado que desde bebés se tiene sentido de la justicia, que los niños son altruistas, generosos… quien tiene hijos (y nosotros mismos de niños), les ha visto llegar del colegio con una semilla para germinar y ver crecer en casa, este tipo de educación funciona en muchos casos, se crea conciencia, y del mismo modo podríamos rodearnos de niños con las mismas inquietudes de Brike Baehr, que cuando descubrió que ‘la vida en la granja’ de los animales no era como pensaba, empezó a consultar en internet, en documentales, en libros, en los viajes que realizaba con su familia (y que podemos conocer a través de su página de Facebook) y terminó topando con el lado oscuro del sistema alimentario, como los organismos modificados genéticamente (OMG) y lo relata tan claro como os lo hemos contado muchas veces nosotros con el tema de los transgénicos: ‘cuando se manipula una semilla en un laboratorio para hacer algo no previsto por la naturaleza, como tomar el ADN de un pez y ponerlo en el ADN de un tomate’.
Sin duda, la forma de expresarse es muy interesante para tenerle en cuenta, de modo que comunique a otros niños cómo funciona el sistema alimentario, y cómo nos obligan a consumir alimentos modificados genéticamente desde hace muchos años sin opción a decidir si los queremos o no, siendo conscientes además que algunos estudios han demostrado que los transgénicos son causantes de ciertos tipos de cáncer y otros problemas de salud. Lo peor es la desinformación de la sociedad, hay muchísimas personas que ni siquiera saben que existen este tipo de ‘alimentos’.
En las escuelas se podría dedicar, al menos, un tiempo de la asignatura de ‘Ciudadanía’ a la formación en este campo, es increíble que a estas alturas un niño sepa lo que es un iPhone pero nunca ha tenido en sus manos, ni ha saboreado un tomate. Como explica Birke Baehr, hay gente preocupada en hacer las cosas de otra manera, el problema es que son minoría, pero es precisamente por ello, por desconocimiento. Si a todos los niños y (con más dificultades) a los adultos nos informaran, nos pusieran delante cómo se plantea el futuro si se continúa por este camino, posiblemente la balanza cambiaría en su equilibrio. Pero para qué negarlo, a los adultos nos tratan como a niños en el sentido que más les interesa, por ejemplo con lo que está ahora tan de moda en distintos países, pagar por consumir comida rica en grasa y bebidas con mucho azúcar (pero no nos cobran menos si compramos alimentos enmarcados en la Dieta Mediterránea).
Volviendo a la charla de este jovencito, y ya para concluir y que cada cual extraiga sus ideas, pensamientos y creencias, Birke Baehr, al descubrir el mencionado lado oscuro del sistema alimentario y conocer que existen movimientos como Slow Food, pasó de querer se futbolista profesional a formarse para ser agricultor orgánico. Nos muestra un espejo en el que mirarse, el del ‘granjero loco’ porque cultiva en contra del sistema, no utiliza herbicidas, pesticidas, semillas transgénicas… Birke ha descubierto que las personas podemos tomar decisiones, comprar directamente al agricultor local en lugar de a los grandes hipermercados, ¿qué resulta más caro?, quizá pero estaremos pagando al agricultor en lugar de al hospital.
Buen mensaje final aunque no siempre sea posible: “Piensen local, elijan lo orgánico, conozcan al agricultor, conozcan el alimento”. Compartid este vídeo con vuestros niños.
Más información | Birke on the farm
Fuente | TED