Aunque en principio parecía que iban a ser 15 los concursantes del primer Top Chef España, el día del estreno, el pasado 2 de octubre, nos sorprendieron diciendo que se eliminarían a cuatro de los aspirantes, puesto que se trataba de la última prueba del casting para seleccionar a los verdaderos elegidos para participar en Top Chef. Han pasado once semanas, el talent show de cocina ha finalizado, y el primer Top Chef España es Begoña Rodrigo.
Si estáis leyendo esto posiblemente sea porque habéis seguido el concurso, o al menos habéis visto alguno de los programas. Hay que decir que la audiencia de Top Chef ha sido buena, según han ido informando puntual y semanalmente. La parte negativa ha sido el descontento de quienes nos dedicamos a la gastronomía porque lo que menos se ha visto ha sido cocina, la parte positiva es que este reality ha entrado en muchos hogares, despertando el gusanillo de la cocina a quienes lo tenían dormido.
Nos podríamos quejar de la manipulación que se hace en televisión al recortar y montar cada programa emitido, al colocar imágenes en momentos estratégicos para hacer ‘daño’ a uno de los protagonistas del ‘espectáculo’, crear polémica, expectación, bronca… lamentablemente es lo que vende la televisión, ¿así somos los españoles?. En Top Chef han sido menos descarados que en MasterChef, donde José David fue la víctima. En esta ocasión parece haber sido Antonio Arrabal al que le han dado el papel de malo.
Es cierto que a menudo, el chef zaragozano ha realizado comentarios poco diplomáticos, además en ellos había vanidad, o al menos así lo parecía en los fragmentos recogidos por las cámaras. También le hemos visto muchas ‘risillas’ escondidas que aparentaban ser la satisfacción por el mal ajeno, y poca empatía en los momentos de emoción, incluso con sus amigos, pero ¿es lo que hemos visto o lo que nos han querido enseñar?
En la final de Top Chef fuimos de los que comentamos en Twitter la risilla de Antonio Arrabal que fue colocada justo después de que Begoña Rodrigo se lamentara de que su salsa se había desligado. En ese momento estás (intentando estar) en la situación: dos amigos compitiendo, uno de ellos había demostrado en el programa anterior que prefería ayudar al otro (Begoña a Antonio) que ganar la prueba, y de pronto ves la faz de satisfacción del segundo ante las lamentaciones del primero…
Antonio Arrabal nos respondió: «No coincide frase con escena». Y le creemos. Lo mismo nos contó José David de MasterChef en un encuentro que tuvimos con él. Es por lo que nos da un poco de miedo que la gastronomía entre por esa puerta a la televisión. En estos programa crean personajes, y de ellos nos venden una personalidad o carisma que en muchos casos, poco tiene que ver con la realidad. Nos gustaría que tuvieran en cuenta que la cocina pura también tiene sitio en televisión y un grandísimo público, si no, de qué llevaría Karlos Arguiñano tantos años deleitando con sus recetas.
De lo que no hay duda es de que todos los que han participado en Top Chef son grandes cocineros, en sus manos está la dirección de una cocina de restaurante y en algunos casos del negocio al completo. Y funcionan. Begoña Rodrigo es un ejemplo de ello, la ganadora de Top Chef tiene su propio restaurante en Valencia, se llama La Salita, y no tardaremos en ir a conocer su cocina, pues nos queda cerca y la verdad, su paso por el programa nos ha gustado, «salvo algunas veces…», pero ya sabéis, es un concurso, es televisión.
Nos podemos ir preparando para ver la segunda temporada de Top Chef.