Un grupo de investigadores estadounidenses está preocupado por los riesgos que existen en torno a las bebidas energéticas, es necesaria una regulación que permita advertir al consumidor sobre los riesgos asociados al abuso de este tipo de bebidas. El mercado de las bebidas energéticas crece imparable, no hace muchos años que aparecieron en el mercado, pero han tenido muy buena acogida por los consumidores de todo el mundo.
Según los datos facilitados por la consultora Zenith International, dentro de dos años el consumo medio europeo de bebidas energéticas por persona se establecerá en unos dos litros anuales, todavía no se ha alcanzado la media norteamericana que se sitúa en los tres litros, aunque visto el crecimiento que ronda un 8%, no se tardará mucho en alcanzarla. En España en cambio, el consumo se sitúa en 1,3 litros por persona y año, pero el aumento anual es realmente significativo, situándose en un 20%.
Los investigadores estadounidenses creen que no sólo el etiquetado de las bebidas es poco explícito, también creen que el marketing es muy agresivo y que debería regularizarse para evitar una percepción errónea. Una de las principales razones por las que la comunidad científica da la voz de alarma sobre estas bebidas es la capacidad que presentan para esconder los efectos del abuso del alcohol pero sin rebajar sus efectos, además, su alto contenido en cafeína podría terminar provocando una intoxicación.
Abusar de la cafeína puede provocar problemas gastrointestinales, nerviosismo, excitación, insomnio, etc., aunque todo dependerá de cada organismo. En algunas personas el abuso de la cafeína puede llegar a provocar arritmia cardíaca, desvaríos, contracciones musculares, etc. Sin embargo, la cafeína también presenta grandes virtudes y así lo han mostrado distintas investigaciones, pero siempre que exista moderación en su consumo.
En el año 1958, la FDA (Administración de Alimentos y Fármacos de los Estados Unidos) reconocía la cafeína como un elemento totalmente seguro y posteriormente, en 1987 se reafirmaba en esta conclusión. Se indicó entonces que no existía ningún riesgo para la salud y estas declaraciones eran respaldadas por la American Cancer Society y la American Medical Association. Desde entonces numerosos estudios han mostrado nuevas propiedades beneficiosas de la cafeína, incluso que contribuye a prevenir el Alzheimer o la demencia resultante de una dieta rica en colesterol.
Pero como hemos dicho antes, el problema es el abuso y especialmente entre la población juvenil ya que son el grupo de consumidores que más disfrutan de las bebidas energéticas. Una taza de café contiene aproximadamente unos 200 mg de cafeína, en nuestro país las marcas más conocidas de bebidas energéticas proporcionan unos 80 mg de cafeína. De hecho, el año pasado se realizaba una comparativa de 12 bebidas energéticas en Consumer Reports y se mostraba que la mayoría de bebidas situaban su contenido en cafeína en un rango de 75 a 80 miligramos.
Consumir alegremente varias bebidas energéticas provocaría una intoxicación por cafeína y produciría los problemas que antes hemos mencionado. Los investigadores advierten que cada vez se dan más casos de intoxicación por esta sustancia y por tanto es necesario proporcionar mensajes explícitos en las etiquetas que avisen sobre los riesgos de abuso en su consumo. También hay que poner coto al marketing publicitario, principal responsable del abuso de este tipo de bebidas en ciertos colectivos de población.
Más información | Eureka Alert
Más información | Wikipedia