Seguramente el término ‘batido’, haciendo referencia a la bebida, puede ser el más común o popular en nuestro país, de momento. Pero en algunos otros se conoce como merengada, malteada, milkshake o concretando, batido de leche o batido de helado. Lo cierto es que con la imparable tendencia de incorporar el inglés en el resto de idiomas, no hay duda de que al final será ‘milkshake’ el término más utilizado para designar lo que aún conocemos como batido y que la RAE (Real Academia Española) define así: ‘Bebida que se hace batiendo helado, leche u otros ingredientes’. Lo mismo que sucede con el smoothie.
El caso es que hay muchos tipos de batidos, pero hay que decir que, en principio y para ser correctos, sólo cuando la bebida se hace con una batidora se puede hablar de batido o milkshake, no así si la mezcla se hace a mano. Podría ser interesante conocer cómo ha evolucionado el batido desde su primera referencia escrita, allá por el año 1885, pues no tenían nada que ver con lo que ahora conocemos. Parece ser que se trataba de una bebida alcohólica, con whisky, al estilo del ponche de huevo.
En España no conocemos tanto los batidos de las películas americanas a no ser que acudamos a una heladería en verano o a un restaurante de alguna cadena de comida rápida (hamburgueserías y demás), al menos en nuestra zona, el principal uso que se hace del término batido es en referencia a las bebidas comerciales, siendo las más populares las chocolateadas, con sabor a fresa o a vainilla. Aunque, afortunadamente, con la tendencia de los últimos años hacia una alimentación más saludable, cada vez se habla más de batidos con leche o helado y con frutas, bajos en azúcares y bajos en grasas.
Nosotros no somos muy de batidos, pero cuando los tomamos nos gustan los que tienen cuerpo, densos y cremosos, aunque con el calor del verano lo que apetece, sobre todo, es que sean refrescantes, que no se hagan muy pesados, por eso nos encanta nuestro batido de piña y vainilla, un ‘milkshake’ con helado refrescante y con un sabor delicioso. Es una receta muy, muy sencilla, ya veis que simplemente se deben combinar dos ingredientes en la batidora, pero os queremos comentar también las distintas posibilidades para hacerlo más saludable.
Ingredientes (4 personas)
- 600 ml. de helado de vainilla (10 minutos fuera del congelador)
- 500 gramos de piña congelada.
Elaboración
El helado de vainilla es muy fácil de encontrar en cualquier heladería y en cualquier supermercado, pero hay que tener en cuenta que tiene azúcar y que, a menudo, lleva aromatizantes, saborizantes, colorantes… Si se toma un batido de vez en cuando no hay que preocuparse, pero si se desea disfrutar a menudo de un milkshake, se puede hacer el helado en casa y que sea realmente de vainilla, así como sustituir el azúcar por un endulzante más saludable.
Nuestra receta básica para hacer un helado casero de vainilla la tenéis en este post, y también os recomendamos dar un vistazo a este helado de vainilla con cookies porque con el azúcar invertido se obtiene una mejor textura, aunque para hacer un batido no es lo más importante, pues se va a triturar. De todos modos, no lo dejéis de probar, con galletas o sin ellas.
En cuanto a la piña para hacer este batido casero, podéis comprarla ya congelada, asegurándoos de que sólo lleva piña, sin azúcares ni otros ingredientes añadidos, o podéis pelar, cortar y congelar una piña natural.
La batidora de vaso o batidora americana es ideal para hacer estos batidos en cuestión de unos minutos, pero también se pueden hacer en Thermomix u otro robot de cocina. La elaboración no puede ser más simple, ponemos la fruta troceada en el vaso y añadimos el helado. Trituramos hasta obtener un batido fino, homogéneo, emulsionado, y servimos en un vaso alto.
Acabado y presentación
El batido de piña y helado de vainilla se debe hacer justo en el momento de servir, estará súper cremoso y frío, y se puede decorar al gusto, por ejemplo, con un trozo de piña, unas hierbas aromáticas, unas galletas picadas… ¡Buen provecho!