Se considera un fraude alimentario a la adulteración intencionada, a la sustitución deliberada, a la manipulación y tergiversación de los alimentos, ingredientes o envases, a las declaraciones falsas o engañosas de un producto… actos con los que se pretenden obtener beneficios económicos, y cuya víctima es el consumidor.
Recientemente se ha dado a conocer una investigación sobre el fraude y la adulteración de los alimentos en Estados Unidos, motivados por obtener mayores beneficios económicos y además, se ha creado una base de datos que recopila el fraude de alimentos para ponerla a disposición de los consumidores a través de revistas especializadas y otros medios de comunicación. El análisis y revisión de la base de datos facilita la identificación de las tendencias de quienes realizan dichos fraudes, y son siete los ingredientes que de momento se han identificado como principales objetivos en la adulteración alimentaria, éstos son: aceite de oliva, leche, miel, azafrán, zumo de naranja, café y zumo de manzana.
La base de datos sobre los fraudes alimentarios (Food Fraud Database) está en manos de U.S. Phramacopeail Convention (USP), una organización sin ánimo de lucro que trabaja con la finalidad de desarrollar estándares científicos para asegurar la identidad, calidad y pureza de los alimentos, de los suplementos dietéticos o de los productos farmacéuticos entre otros, y se puede acceder a ella a través de la web Food Fraud. Explican que a pesar de la constante publicación en distintos medios sobre el fraude alimentario, no hay un lugar en el que se recopilen todos los informes. En Food Fraud se reúne esta información, además de ser una ayuda para comprender la susceptibilidad de ciertos ingredientes a dicha práctica, es una biblioteca de métodos de detección útil para los profesionales dedicados a la investigación y denuncia de fraudes alimentarios.
De momento, en USP Fraude Food, gracias a los investigadores Jeffrey C. Moore y Markus Lipp de USP y al dr. John Spink de la Universidad Estatal de Michigan, se pueden consultar 1.305 informes de adulteración o fraude de alimentos por motivos económicos realizados desde 1980 hasta 2010. Están clasificados en dos categorías, hay 1.054 informes obtenidos de investigaciones académicas y 251 presentados por medios de comunicación.
Los impulsores de la base de datos sobre fraudes alimentarios explican que a pesar de los riesgos que encierra la adulteración de alimentos, y del delito que representa añadiríamos, se le presta muy poca atención, cuentan además que dado que muchas personas no confían en ciertas notificaciones si no son publicadas en revistas científicas, en este caso tienen como apoyo la publicación en el Journal of Food Science, sumando a un mayor colectivo para luchar contra el fraude alimentario.
Se describen tres categorías para los distintos métodos de adulteración de los alimentos, la sustitución, la adición o la eliminación, si realizáis una búsqueda en la base de datos, por ejemplo para conocer fraudes sobre la miel (la web está en inglés), aparecen 85 resultados, podemos conocer qué tipo de fraude se ha ejecutado, la categoría del informe (investigación o medio de comunicación), cuántos casos se han identificado cada año, desde 1980 hasta 2010, qué método se ha utilizado para detectar la adulteración, qué tipo de adulterante se ha utilizado… sin duda, es una herramienta muy útil e interesante que todos deberíamos tener a nuestra disposición.
Hay fraudes que han tenido consecuencias muy serias, atentando contra la salud de la población por la sustitución o adición de elementos tóxicos, podéis conocer más detalles sobre la presentación de esta base de datos a través de este enlace.
Foto | Quinn.anya
3 comentarios
Visito el web de Food Fraud y, por ejemplo, escribo honey y no me aparece ningún resultado. ¿A vosotros os funciona?
Debe estar saturado porque funcionaba perfectamente, prueba dentro de un rato.
Saludos
tienen algo sobre fraudes en panaderia?