Abordamos la segunda parte del documental sobre el Banco Mundial de Semillas, en la primera parte podíamos conocer dónde se había construido y por qué se había considerado la ciudad noruega de Longyearbyen como la más adecuada para construir el banco. Recordemos que el objetivo de los investigadores y expertos es almacenar todo tipo de semillas procedentes de todo el mundo, incluso aquellas que actualmente no tienen valor comercial, con el propósito de garantizar la biodiversidad y la seguridad alimentaria del futuro. Como sabemos, las previsiones no son nada favorables, el cambio climático y otros problemas pueden reducir la producción alimentaria en un 30%, el almacenamiento es una tarea obligatoria que permitirá en un futuro desarrollar nuevas variedades capaces de soportar las condiciones medioambientales que imperen dentro de unas décadas.
En el Banco Mundial para las semillas (II) nos habla la responsable del centro Internacional para el Mejoramiento del maíz y el trigo, Marianne Bänziger trabaja en el desarrollo de nuevas variedades de plantas que logren soportar las sequías. Es un proceso largo y complicado que puede durar hasta 10 años, obviamente, mediante la modificación genética el tiempo del proceso se reduciría significativamente, pero no es ese el objetivo, las variedades deben haberse obtenido sin que se hayan manipulado genéticamente las semillas. Cabe recordar que el banco no acepta las semillas modificadas genéticamente o semillas transgénicas y que las candidatas a ser almacenadas, además de las variedades naturales y actuales, son las nuevas variedades que deben haberse obtenido mediante cruces de plantas resistentes a la sequía o a las elevadas temperaturas.
Marianne Bänziger es la máxima responsable en todo el mundo de la investigación pública internacional en torno a estas semillas. Todos conocemos la importancia que tiene el maíz en el mundo y la dependencia que tenemos como base alimenticia es significativa, lo mismo ocurre con el trigo, el arroz u otras variedades de cereal. Para la experta, el consumo cada vez es mayor y en cambio la producción es menor, si a esto añadimos las posibles consecuencias del cambio climático, posiblemente en un futuro el maíz será un alimento muy cotizado y cada vez más escaso, algo que debe ser prevenido y remediado.
Otros problemas a tener en cuenta son la falta de tierras cultivables, los fertilizantes o el agua, el futuro incierto de los cultivos no deja dormir a la experta. El trabajo para cruzar las variedades de maíz es complicado y más si se pretenden desarrollar semillas basándose en las predicciones climáticas del futuro. La experta cuenta con la ayuda de David Lobell, un especialista de agricultura ecológica de la Universidad de Stanford, el experto nos plantea todos los problemas a los que se enfrenta el proyecto, dando una visión global de los cambios que se producirán en el medio ambiente en un futuro no muy lejano, la experta trabaja sobre esas predicciones para desarrollar las nuevas variedades de semillas.
Desgraciadamente, en la resistencia a la sequía la experta indica que intervienen muchos genes y que se deben realizar muchos cruces hasta obtener la variedad de semillas con las características deseadas. En el documental sobre el Banco Mundial de Semillas, podemos saber que Kenia es un lugar perfecto para desarrollar este tipo de semillas debido a sus condiciones climáticas.
Nos habla Wangari Maathai, una activista política y ecologista de Kenia que recibió en el 2004 el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para lograr la democracia, la paz y el desarrollo sostenible, un equilibrio entre los recursos y las especies en Kenia. Comparte con todos nosotros su visión del cambio que se ha producido en el país, pasando de un entorno lleno de vegetación, a un entorno árido donde los arroyos se han secado y los niveles de los ríos se han reducido drásticamente, signos evidentes del cambio climático que se está produciendo. Los agricultores sufren las consecuencias y comparten sus experiencias sobre cómo han visto cambiar gradualmente el clima del país.
Saber cómo evolucionará el clima y desarrollar nuevas variedades alimentarias que soporten los cambios es fundamental, muchos expertos se reúnen para tratar este tema, por un lado los expertos en el cambio climático comparten sus predicciones con peritos agrónomos, economistas y expertos en la materia, predicciones nada favorables cuyas consecuencias sufrirán con mayor énfasis determinadas regiones del planeta. Sólo a causa del incremento de las temperaturas para mediados de este siglo, la productividad de las cosechas se habrá reducido en un 20% o más, a todo esto hay que añadir que al romperse el equilibrio del medio ambiente, aparecerán plagas y enfermedades que agravarán la situación mermando aún más la producción alimentaria y afectando a todo tipo de alimentos.
Según David Lobell, el cambio climático es un peligro potencial y nunca se ha experimentado de este modo desde que apareció la agricultura. La demanda de alimentos se incrementa, cada vez somos más habitantes en el planeta, lo que auguran los expertos en el documental es un panorama bastante desolador. En la próxima entrega podremos conocer una de tantas razones que obligan a almacenar las semillas en el Banco de Longyearbyen.
Otros capitulos
Banco Mundial de Semillas (I)
Banco Mundial de Semillas (III)
Banco Mundial de Semillas (IV)
Banco Mundial de Semillas (V)
Foto | Matt Lavin
