Un estudio realizado en 2016 por el Instituto de Tecnología de Massachusetts, concluía que la producción de café Arábica estaba amenazada en zonas productoras de Brasil y Centroamérica, calculando que un 80% de las tierras serían inviables para su cultivo para el año 2050. Otros estudios también han advertido de las consecuencias que tendrá el calentamiento global en el cultivo, así como la necesidad de buscar soluciones para mantener los cultivos y satisfacer la creciente demanda mundial.
Según World Coffee Research, organización sin ánimo de lucro en la que participan varias empresas de la industria del café y que lleva a cabo un programa de investigación y desarrollo para hacer frente a los problemas asociados a la producción de café, la demanda de este producto se duplicará para el año 2050, pero paralelamente, más de la mitad de las tierras de cultivo adecuadas para los cafetales dejarán de ser productivas por el cambio climático. Por ello, esta organización lleva a cabo un trabajo de investigación de carácter internacional, donde se están realizando ensayos con 35 variedades de café en 23 países del mundo para comprobar su viabilidad en el futuro.
Estos ensayos se realizan incluso en países que no se asocian a la producción de café, como es el caso de Australia, donde expertos de la Universidad Southern Cross van a realizar ensayos con 20 variedades de café con características resistentes a los cambios medioambientales. Los investigadores explican que muchas áreas montañosas de producción tropical se volverán insostenibles para el café a medida que avance el cambio climático, pero otras, probablemente sean propicias para el cultivo del café. Si los ensayos se desarrollan como esperan, Australia se podría convertir en un importante país productor de café, por lo que sería la contribución más relevante que haría este país al mundo del café. Lo cierto es que no es un problema exclusivo del café, hemos podido conocer a lo largo de los últimos años estudios con otros cultivos en los que los expertos han determinado qué zonas dejarán de ser viables y qué zonas se convertirán en ideales para la producción.
Podemos citar, por ejemplo, el impacto del cambio climático en la viticultura del Reino Unido o la nueva configuración mundial de la producción de vino para el año 2050. Otro ejemplo que se puede citar es una investigación realizada por expertos de la Universidad de Columbia, la Universidad de California y la Universidad Politécnica de Milán, en la que se apuntaba la necesidad de redistribuir los cultivos del mundo para reducir el gasto de agua, aumentar la producción alimentaria y hacer frente a los problemas causados por el cambio climático.
Este mismo mes se plantarán 900 plantas de café en la estación de investigación de frutas tropicales de Alstonville (Nueva Gales del Sur) para comprobar su viabilidad. Según los investigadores, en Australia existen ventajas interesantes, como la ausencia de plagas y enfermedades importantes que afectan a los cafetales, y que el café se oxida menos, lo que favorece la conservación y se reduce la pérdida de aromas esenciales. Estas características son importantes y únicas en comparación con la mayoría de áreas productivas del mundo.
El impacto del cambio climático se está sintiendo desde hace algunos años, este informe (Pdf) elaborado por Fairtrade Australia en 2016 explicaba que en el año 2012, América Central se vio afectada por temperaturas inusualmente altas y lluvias a gran altitud que provocaron la aceleración de la oxidación del café, lo que causó daños al cultivo valorados en 500 millones de dólares, así como una gran pérdida de puestos de trabajo. En países como Costa Rica, debido a las variaciones medioambientales extremas, sequías y frecuentes tormentas torrenciales, muchos agricultores han renunciado al cultivo del café e iniciado nuevas producciones como el cultivo de naranjas.
En otros países se sufre el ataque de plagas y enfermedades con más severidad debido al aumento de las temperaturas y los cambios en la pluviosidad, algo que ocurre también con otros cultivos. Recordemos que una investigación de la Universidad de Vermont (Estados Unidos) concluía que el calentamiento global aumenta la presión de las plagas en los cultivos, causando cuantiosas pérdidas en el cultivo de alimentos básicos como el trigo, el maíz o el arroz, y lo mismo ocurre con la incidencia de determinadas enfermedades.
Los expertos de la Universidad Southern Cross explican que Australia está libre de plagas y que el cambio climático podría favorecer que varias regiones australianas fueran las adecuadas para la producción de café por los cambios que se están produciendo en el clima. De momento, se habla de un estudio de cinco años de duración para obtener los primeros resultados, se supone que también se tendrá en cuenta la posibilidad de que esas plagas y enfermedades que ahora no afectan a Australia puedan terminar afectando como ha ocurrido en otras regiones productoras del mundo, de hecho, y como leemos aquí, un ingeniero agrónomo asesor de la industria del café, ya apunta esta posibilidad.
Es importante que se trabaje con variedades resistentes a los efectos medioambientales, ya que los productores australianos podrían encontrarse que el cambio climático traería más desafíos y problemas que beneficios. De momento se realizan varios estudios y se trabaja para poder mantener la producción y satisfacer la creciente demanda mundial, para algunos, el futuro del café está en juego y es necesario llevar a cabo las medidas necesarias para preservarlo.
El café preocupa a su industria, pero no es un cultivo que tenga que preocupar tanto como el de los cultivos de alimentos básicos, los que alimentan a los habitantes del planeta. Recordemos que algunos estudios como el elaborado por expertos de la Universidad de Stanford, advertían que el cambio climático afectará a los cultivos en Europa provocando una reducción del 20% en la producción de alimentos como el trigo o la cebada.
Foto 1 | Caroline Gagné
Foto 3 | Pen Waggener