Hoy conocemos un informe elaborado por la Red de Acción en Plaguicidas (PAN: Pesticide Action Network), en el que se advierte sobre el aumento espectacular de los residuos de pesticidas peligrosos en frutas y verduras que se comercializan en la Unión Europea. Además, según el documento, se pone en evidencia que los gobiernos cumplen con sus obligaciones legales, probablemente en favor de los intereses del comercio y la economía.
El Reglamento (CE) nº 1107/2009 estableció la puesta en marcha de una iniciativa para identificar aquellas sustancias aprobadas que resultan más dañinas para los seres humanos y el medio ambiente y que están presentes en los productos fitosanitarios. Una vez identificadas, el reglamento establece que se deben sustituir por alternativas que resulten menos dañinas. En total se han señalado 55 pesticidas especialmente dañinos, y lejos de cumplir el reglamento, su presencia en los alimentos se ha incrementado de forma significativa en los últimos 10 años.
Este incremento de la exposición a residuos de pesticidas con sustancias peligrosas no encaja con el objetivo de la estrategia Farm to Fork (Estrategia del Campo a la Mesa) enmarcada en el Pacto Verde Europeo (The European Green Deal) presentado en el año 2019. Recordemos que en el año 2020 la CE anunció que en esta estrategia se enmarcaba el objetivo de reducir el uso de pesticidas en un 50% para el año 2030. A la vista de los resultados del estudio realizado, la Red de Acción en Plaguicidas de Europa y otras organizaciones han pedido que se prohíba desde ya el uso de los 12 pesticidas más tóxicos, así como la eliminación gradual y total hasta el año 2030, de los 55 pesticidas que resultan más peligrosos para los seres humanos y el medio ambiente.
Como hemos comentado, en esa categoría están presentes las sustancias más peligrosas que están aprobadas y que se utilizan en la producción de alimentos. Inicialmente se decidió sustituirlas gradualmente pero ocurrió lo contrario, en 10 años su presencia en frutas y verduras se incrementó significativamente. Por ejemplo, los residuos de estas sustancias en las cerezas aumentaron del 22% detectado en 2011, al 50% en 2019, en los kiwis pasó de un 4% en 2011 a un 32% en 2019, y así ocurre con muchas de las frutas y verduras que se consumen en la Unión Europea.
Desde Pesticide Action Network se comenta que si los países miembros de la UE se hubieran esforzado para ir sustituyendo desde 2009 esas sustancias peligrosas tal y como se apuntaba en el reglamento comunitario, el objetivo que se plantea en la Estrategia del Campo a la Mesa estaría sobradamente cumplido. Hay que decir que el Reglamento (CE) No. 1107/2009 regula de un modo más estricto los pesticidas con estas sustancias tóxicas y su periodo de aprobación se restringe a siete años, mientras que para el resto de pesticidas es de 15 años.
Los países de la UE están legalmente obligados a dar prioridad a las alternativas menos dañinas en las solicitudes de aprobación o renovación de permisos para productos fitosanitarios, y en especial a aquellos que contiene un ingrediente que puede ser sustituido por otro menos peligroso, ya que de ese modo se impulsa la eliminación completa de estas sustancias no deseadas. De nada ha servido, no sólo no se ha logrado el objetivo, encima aumenta el grado de contaminación de alimentos en Europa con productos fitosanitarios peligrosos. Recordemos que se recomienda que modifiquemos la dieta y aumentemos el consumo de frutas, verduras y otros alimentos vegetales, lamentablemente buena parte de estos alimentos están contaminados con estas sustancias peligrosas que le hacen un flaco favor a la salud.
PAN Europe cree que los gobiernos no tienen intención de prohibir estos productos fitosanitarios, y no importa lo que indique la legislación, tienen dependencia y miedo a un lobby agrícola muy dependiente de productos químicos que son poderosos y también peligrosos, utilizados en un modelo agrícola que en opinión de PAN, no funciona.
Algunos datos de la investigación: El 87% de las peras que se comercializan en Bélgica y el 85% de las que se comercializan en Portugal, estaban contaminadas por al menos un pesticida considerado peligroso. A nivel comunitario se apunta que las frutas más contaminadas fueron las moras con un 51%, los melocotones con un 45%, las fresas con un 38%, y las cerezas y albaricoques con un 35%. En términos generales se estima que en 2019, casi un tercio de todas las frutas muestreadas y analizadas estaban contaminadas con sustancias peligrosas. Hablando de verduras, tubérculos y hortalizas, el apio encabeza la lista de más contaminados con un 50%, le sigue el apionabo con un 45%, y la col rizada con un 31%.
Los datos muestran claramente que las reglas de sustitución de 2009 nunca han sido implementadas por los países miembros de la UE, fallando la responsabilidad que tienen de proteger a los consumidores. Por ello, PAN Europe va a lanzar una nueva campaña en 10 países comunitarios para exigir a los gobiernos que cumplan con la legislación, se pedirá la prohibición inmediata de los 12 plaguicidas candidatos a la sustitución por su toxicidad, el fin de las prórrogas de los actuales permisos, la adopción de una política de residuos cero en los alimentos, la reducción de los límites legales de residuos de pesticidas en los alimentos, etc. Aquí podréis conocer todos los detalles de esta nueva campaña de la Red de Acción en Plaguicidas.