La EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) han publicado un informe en el que se advierte sobre el aumento de bacterias resistentes a los antibióticos en Europa. Según el documento, antibióticos utilizados para tratar enfermedades como la salmonelosis y la campilobacteriosis se están volviendo menos efectivos.
Los datos sobre la resistencia a los antibióticos en los que se basa el estudio corresponden al año 2017 y fueron presentados por todos los países miembros de la Unión Europea. Del informe se desprende que en relación a los alimentos y los animales productores de alimentos, los datos se centraron específicamente en el engorde de terneros y cerdos menores de un año, por otro lado, se han analizado los fármacos utilizados para tratar enfermedades que pueden transmitirse entre animales y humanos (zoonosis). También se analizaron las vías por las que los animales pueden sufrir las infecciones, sea por exposición ambiental o por la ingesta de alimentos contaminados.
Los resultados no hacen más que aumentar la voz de alarma, las infecciones comunes se vuelven más difíciles de tratar o incluso son imposibles de tratar en algunos casos. Vytenis Andriukaitis, Comisario Europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, comenta que hay que prestar especial atención al problema y aplicar las medidas oportunas que ya están establecidas, no se puede dejar correr el tiempo, ya que está en juego la salud y la seguridad alimentaria. Al respecto merece la pena retomar la lectura de este post en el que hablábamos sobre cómo afectan las bacterias resistentes a los antibióticos a la seguridad alimentaria.
Es prioritario que se realice un uso prudente de los antibióticos a fin de limitar la proliferación y propagación de bacterias resistentes a estos fármacos en animales y seres humanos, los antibióticos no son para mejorar el rendimiento o compensar la mala crianza animal, sólo se deben utilizar bajo prescripción veterinaria y ante el riesgo de infección, de ahí que a finales del año pasado el Parlamento Europeo aprobase una serie de reglas para restringir el uso de antibióticos en las granjas de producción animal. Hay que recordar que en julio del año pasado, una investigación constató que en las granjas de cerdos y pollos de la Unión Europea, existen más de 400 genes de resistencia a los antibióticos, de ello hablábamos aquí.
Según el informe de la EFSA y el ECDC, la resistencia a fármacos como la ciprofloxacina, es tan elevada en el género de bacterias Campylobacter, que en algunos países ya no funcionan para tratar casos graves de campilobacteriosis, enfermedad infecciosa que generalmente se transmite a los seres humanos a través de aves infectadas. En cinco países se ha determinado una elevada proporción de Campylobacter coli en seres humanos, que eran resistentes a la eritromicina, por lo que las opciones para el tratamiento de infecciones graves quedan muy limitadas.
El uso prudente de los antibióticos es esencial para limitar la aparición y propagación de bacterias resistentes a estos fármacos en humanos y animales, los responsables del estudio comentan que cuando algún país miembro de la UE ha implementado políticas estrictas, se ha reducido el número de bacterias resistentes a los antibióticos en los animales, esto debería servir de ejemplo para todos los países, porque, de lo contrario, terminará por desaparecer una de las armas más valiosas que se tiene contra las bacterias patógenas.
Además del informe que podéis consultar en este Pdf, os recomendamos acceder a esta herramienta interactiva que os permitirá consultar el nivel de resistencia a los antibióticos presente en los distintos países europeos dependiendo del fármaco.
Foto | K-State