En abril del año pasado, el Gobierno italiano manifestó estar en contra de los alimentos de cultivo celular y por ello puso en marcha un proyecto de ley para la prohibición de su producción y comercialización, con el argumento de aplicar el principio de precaución, mantener la calidad de los alimentos y proteger la salud humana y el patrimonio agroalimentario. Meses después, el proyecto de ley se debatió en la cámara baja del parlamento y fue aprobado por 159 votos a favor y 53 en contra, convirtiendo a Italia en el primer país del mundo libre de alimentos de cultivo celular.
Y no será el único, pues ya se puede observar cómo aumenta el rechazo hacia los alimentos de cultivo celular en otros países. Decimos esto porque en Estados Unidos, y concretamente en el Estado de Florida, se presentó una propuesta para prohibir la carne cultivada, de salir adelante, Florida se convertirá en el primer Estado estadounidense en llevar a cabo esta prohibición. Pero no es el único caso, el Estado de Arizona también ha puesto en marcha dos proyectos de ley que persiguen prohibir la producción de este tipo de carne y restringir el etiquetado de las alternativas a la carne tradicional.
El Proyecto de Ley HB2121 de la Cámara de Representantes plantea la prohibición de producir o comercializar carne de cultivo celular para el consumo humano a cualquier persona en Arizona. La otra iniciativa es el Proyecto de Ley HB2244, que quiere convertir en ilegal que se etiquete como carne al producto procedente del cultivo celular, a fin de evitar que supuestamente se engañe a los consumidores. Hay que recordar que en 2018 se anunció que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos supervisaría a nivel nacional la producción de la carne a base de células y su etiquetado, asegurando que a través de él, el consumidor conocerá la procedencia exacta de la carne que compra.
Estas iniciativas van en dirección contraria a la actual política nacional, recordemos que están a favor de la producción y comercialización el USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) y la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos), que hace unos meses aprobaron la carne de pollo de cultivo celular de Upside Foods y Good Meat, por lo que el lanzamiento de este tipo de carne en los mercados no tardaría mucho en hacerse efectivo. Otra paradoja es el hecho de que es en Estados Unidos donde se encuentra la mayor parte de las empresas que trabajan en el desarrollo y producción de carne y otros alimentos cultivados a partir de células.
Según el Proyecto de Ley HB2121, quien incumpla la legislación se enfrentará a multas de hasta 25.000 dólares, además de los gastos de juicio, con un total máximo de 100.000 dólares. Y es que la legislación propuesta permite la presentación de una acción civil para obtener medidas cautelares, declaratorias y daños reales a personas u organizaciones cuyo negocio se vea afectado por quienes violen la legislación. Como en el caso de Italia, con esta medida se pretende proteger la salud pública, ahora bien, sería interesante que se argumentara de qué peligros se protege, ya que hasta la fecha, no existen estudios que los señalen.
De hecho, varias agencias trabajan en el análisis de la seguridad de los alimentos de cultivo celular, se puede citar como ejemplo el trabajo que llevan a cabo la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), donde se identifican los posibles peligros potenciales de estos nuevos alimentos para que se introduzcan las acciones reguladoras oportunas, de todo ello hablábamos en este post.
Según leemos aquí, los impulsores de estas legislaciones concretan que, la regulación de los productos animales cultivados es un asunto de preocupación estatal y es necesaria para proteger la salud pública. La industria ganadera del estado es parte integral de su historia, cultura, valores y economía. La ganadería es uno de los cinco pilares fundacionales que han impulsado la economía del Estado de Arizona desde hace unos tres siglos. Finalmente, se apunta que la producción y venta de alimentos de cultivo celular perjudica a los ganaderos en diferentes cuestiones y es necesario protegerlos.
Y estas no son iniciativas únicas en Estados Unidos, recordemos que en 2019 se presentó un Proyecto de Ley en el Estado de Nebraska cuyo objetivo era evitar que los sustitutos de la carne, sean los elaborados a base de insectos, materias primas vegetales o por cultivo celular, fueran etiquetados como carne, apuntando que únicamente la carne procedente de la ganadería tradicional podría utilizar la descriptiva ‘carne’.
Es previsible que en sucesivos meses, en más Estados del país se lleven a cabo iniciativas similares, especialmente en aquellos en los que la agricultura y la ganadería son claves en su economía, ya que no parecen aceptar la competencia. Y no sólo en Estados Unidos, en otros países como Rumania, están a favor de seguir medidas similares a las de Italia, y en Francia, están deliberando si llevan a cabo una prohibición. Mientras, la EFSA sigue esperando peticiones para la regulación y aprobación de la carne y otros alimentos de cultivo celular, pero las empresas son reticentes a presentarlas y no es extraño dada la creciente oposición a estos alimentos.