Hace unos días la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) dio a conocer los resultados de un estudio sobre la presencia de sal en algunos productos alimentarios, se trata de un estudio similar al realizado en 2010, por lo que les ha servido para realizar una comparativa, y la conclusión es que ha aumentado el contenido en sal en alimentos procesados en un 6%, aunque también hay algunos en los que se ha podido comprobar que se ha reducido.
La sal es un condimento esencial en nuestra alimentación y también en la elaboración de algunos productos alimentarios, pero si se consume en exceso, se traduce en posibles problemas de salud. De hecho, parece ser que la mayoría de españoles estamos expuestos a ellos, dado que la media de consumo de sal es el doble del recomendado por la OMS (Organización Mundial de la Salud), recordemos que esta recomendación se cifra en 5 gramos diarios.
El principal motivo por el que se da el abuso del consumo de sal no es por la que añadimos a nuestros platos, sino por el contenido en sal de los alimentos, y que generalmente desconocemos, desde el pan hasta la salsa de tomate, hay sal hasta en unas galletas industriales. La información la podemos obtener, pues ésta debe aparecer en el etiquetado de los productos procesados, aunque encontraremos vacíos en la información, por ejemplo con el pan fresco, y como sabemos, también hay etiquetados deficientes.
En cualquier caso, si ya se ha demostrado poco interés por parte de la población en el contenido nutricional de los alimentos que consume (aunque siempre se dice que el interés va en aumento), menos se van a dedicar a ir sumando la sal de cada alimento que van a tomar, a no ser que ya tengan una enfermedad relacionada con el consumo excesivo de sal declarada.
Volviendo al estudio de la OCU, esta organización ha realizado análisis de laboratorio del contenido en sal de 209 alimentos procesados, procurando contar con los más habituales en la cesta de la compra de los españoles, patatas fritas pizzas, latas de atún, platos de arroz, de pasta, carnes, pescados, caldos, salsas, quesos, embutidos, bollería…
Como indicábamos al inicio, se alerta sobre el aumento del contenido en sal en alimentos procesados en un 6%, pero según leemos aquí, son más los productos en los que se ha reducido, la OCU cita: croquetas y empanadillas, verduras congeladas y en conserva, platos de arroz y pasta, caldos cremas y sopas, tomate frito, latas de atún y mejillones, pizza, queso fresco, pan de molde y patatas fritas.
Los alimentos en los que han hallado mayor contenido en sal son platos preparados de carnes y pescados, sucedáneos de angulas (surimi), fuet y jamón cocido y bollos y galletas, y en este caso de forma desproporcionada, nada menos que un 118%. Destacan también el caso del pan, pues en los últimos años se ha estado llevando a cabo una campaña y una labor por parte del sector panadero, para reducir el contenido en sal de este alimento que, en teoría, es básico en la dieta diaria, por lo que en principio aporta aproximadamente la mitad de la sal que se recomienda tomar al día.
Pues según los análisis de la OCU, la reducción de sal lograda en la temporada de campaña se ha revertido, declaran que el pan tiene un 16% más de sal que en 2006. Ahora bien, no nos queda claro si hablan del pan fresco de las panaderías o del pan congelado, además del pan de molde, tostadas… que se comercializa en los supermercados.
Como información complementaria, la OCU ha realizado un listado de los productos analizados, pero no especifica marcas, ni refleja qué alimento tiene un contenido en sal excesivo, para saberlo, es necesario tener conocimientos de la cantidad de sal que debería tener 100 gramos o una ración de cada tipo de alimento. En cualquier caso, no estará de más darle un vistazo para darse cuenta de la cantidad de sal que ingerimos al día sin darnos cuenta, y quizá sirva para prestar más atención a nuestra dieta en este aspecto. Podéis consultar el listado aquí (Pdf).
¿Cómo podemos reducir y controlar nuestro consumo de este tipo de productos alimentarios?, pues lo principal es reducir o eliminar de nuestra dieta los alimentos precocinados y muchos procesados, limitar el consumo de alimentos elaborados con elevado contenido en sal, embutidos, quesos, salazones… y además comparar el etiquetado de distintas marcas para elegir la que en su etiquetado indica un contenido en sal más bajo. Destacar que si en el etiquetado del producto la cantidad de sal está expresada en sodio, hay que multiplicarlo por 2’5, puesto que 1 gramo de sodio equivale a 2’5 gramos de sal.
La industria debe reformular el contenido en sal de los alimentos que procesan, está demostrado que eso no tiene por qué implicar la pérdida de calidad ni de sabor.
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