Hace un par de días, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente daba a conocer nuevas cifras sobre el consumo de pan en España, éstas forman parte de los resultados del estudio de consumo alimentario en hogares y establecimientos de restauración comercial y social, que realizan de forma habitual a través de encuestas. Podría decirse que el aumento del consumo de pan es una buena noticia, pues siempre hemos hablado cuánto se ha reducido en los últimos años, siendo un alimento muy saludable y económico. Pero ¿cuáles son los motivos por los que se consume más pan?, pues posiblemente en parte es responsabilidad de la crisis, igual que comentábamos hace unos meses que el aspecto positivo de la crisis era la recuperación de los platos de cuchara… Sólo hay que ver qué tipo de pan es el que más se consume, el pan fresco/congelado, con un 84’2% del volumen de mercado.
Según el Panel de Consumo del Magrama, en el periodo que va de mayo de 2012 a abril de 2013, se ha incrementado el consumo de pan en un 1’8%. Curiosamente, esto no implica que el gasto en pan haya aumentado. Todos conocemos las escandalosas ofertas de pan que hay en el mercado, barras de pan de unos 200 gramos que rondan los 20 céntimos, y según pudimos ver en el programa de Equipo de Investigación dedicado al comercio de este tipo de pan, tras realizar un análisis de laboratorio sobre su calidad no había nada que temer, sus cualidades nutricionales eran como las de cualquier otro pan, sólo con un poco más de sal. La principal diferencia se encontraría entonces en las cualidades organolépticas y en el precio.
Por lo tanto, las personas que están en situación de controlar cada céntimo que dedican a la cesta de la compra, ¿por qué no van a nutrir a sus familias con un buen alimento aunque no esté tan bueno?. Es como volver la vista atrás, cuántos de nuestros mayores se han alimentado con pan duro.
Nos estamos extendiendo un poco, pero de lo que queríamos hablaros es del aumento del consumo de pan… y de los dulces envasados. Hoy se han dado a conocer nuevos datos del mencionado panel de consumo y resulta que también se ha incrementado el consumo de dulces envasados. En el caso del pan el aumento era de un 1’8% y en el de los dulces envasados el crecimiento se cifra en un 3’8% durante el periodo de julio de 2012 a junio de 2013. Esto son malas noticias: «El presupuesto medio dedicado al pan supone el 5’75% del gasto en la cesta de la compra», y por otro lado «Los hogares españoles destinan el 4’30% del presupuesto para alimentación a la compra de dulces envasados«. Sólo un 1’45% de diferencia.
Los dulces envasados de los que se habla son principalmente galletas, además de chocolates/caca y sucedáneos, bollería y pastelería envasada, y mazapanes y turrones. El aumento se ha dado en ese orden, es decir, los dulces que más se consumen son las galletas. Es fácil deducir que los hogares en los que se toman más dulces envasados son los de familias con dos o más niños pequeños y medianos, aseguran que son familias de clase media y media alta.
De lo que no dicen ni media es de cómo puede afectar a la salud de los consumidores ese aumento del consumo de dulces envasados que como sabemos, están cargados de azúcares, grasas y conservantes, favorecen a la obesidad e incluso al desarrollo de la diabetes infantil (y todas las patologías relacionadas).
Dado el uso que el MAGRAMA hace de esta noticia, vamos a poner la nota discordante. Sabemos que no hay educación alimentaria y nutricional ni en la sociedad ni en los despachos de muchos organismos que dirigen nuestro país. Poco podemos hacer nosotros por la sociedad en general, salvo recordar que se siguen recogiendo firmas por la educación alimentaria. Por quien sí podemos hacer es por nosotros y por nuestras familias. Esperamos que se despierte el interés por saber qué comemos y antes que eso, saber qué necesitamos comer, los alimentos que benefician nuestra salud están a nuestro alcance, quizá no son tan cómodos de presentar en un plato, pero cocinar es un placer y un acto de amor.
Foto | Brian Legate