El arroz transgénico LL62 es un producto desarrollado por la compañía químico-farmaceutica Bayer, se trata de un arroz modificado genéticamente para soportar la acción del glufosinato de amonio, un ingrediente activo presente en algunos herbicidas y especialmente en el herbicida Liberty desarrollado por la misma compañía.
En principio, el arroz transgénico LL62 no había sido aprobado en Estados Unidos y todavía se encontraba en un proceso de estudio e investigación, no era apto para el consumo humano, sin embargo, de pronto se detectó este tipo de arroz en distintas zonas de cultivo estadounidenses y de otras zonas del mundo. Bayer eludió toda responsabilidad indicando que la contaminación se produjo por una causa de fuerza mayor (curiosa excusa). Al final, ante esta situación Estados Unidos no tuvo más remedio que aprobar el cultivo y comercialización del arroz LL62.
El arroz en cuestión ha sido modificado genéticamente con un gen obtenido de dos especies de Streptomyces, el género más extenso de Actinobacterias, un grupo de bacterias presente en la tierra. Estos microorganismos participan en la renovación de la reserva de nutrientes de la tierra y son piezas clave en la descomposición de la materia y formación del humus. En principio estas bacterias no son consideradas patógenas, pero hay que tener presente que en una evolución natural, el arroz y estas bacterias difícilmente podrían combinarse.
El caso es que se pretende comercializar el arroz modificado genéticamente LL62 en Europa y el glufosinato es un componente considerado peligroso para los seres humanos, de hecho, pronto será en la Unión Europea un elemento químico prohibido dados sus efectos devastadores en el medio ambiente. Un estudio en Pdf de la EFSA realizado en el 2005 alertaba sobre los riesgos alimentarios que esta sustancia podía provocar, especialmente en los niños. También se alertó sobre los riesgos en insectos y en otros mamíferos, aunque estos riesgos sólo se daban si se excedía en las dosis de uso. Posteriormente la Agencia Sueca de productos químicos proponía su prohibición a la vista de nuevos estudios que mostraban la peligrosidad del producto químico en cuestión, lo mismo deberían hacer con el glifosato.
El glufosinato se considera peligroso, y el arroz transgénico LL62, según la EFSA, es un arroz tan seguro como lo pueda ser el arroz tradicional, indican que es poco probable que pueda producir ningún efecto tóxico en los seres humanos. Menuda incongruencia, el glufosinato es peligroso y en las pruebas toxicológicas se pone de manifiesto que quedan restos en un arroz supuestamente seguro, incluso después de la cocción, evidentemente con restos de glufosinato ya no lo sería, además hay que destacar que no se han realizado los estudios a largo plazo que determinen que el arroz es seguro. Como ha ocurrido con otros alimentos transgénicos, los estudios se han realizado con animales de laboratorio y en periodos breves de tiempo, recordemos que el riesgo de los alimentos transgénicos son los efectos impredecibles y desconocidos que pueden encerrar.
Bayer quiere que el arroz LL62 sea definitivamente aprobado en todo el mundo y para ello está realizando campaña en distintos países del mundo y en la Unión Europea. Greenpeace alerta a los consumidores sobre los peligros encerrados en el glufosinato y el arroz transgénico LL62 exigiendo a Bayer que detenga la comercialización y solicitando a todos los países que protejan sus campos de cultivo rechazando el alimento transgénico en cuestión. El spot publicitario ambientado en los años 50 es parte de la campaña de concienciación iniciada por Greenpeace, ahora la Unión Europea debe pronunciarse sobre el arroz y Greenpeace está recogiendo firmas para intentar evitar que la UE apruebe el arroz en cuestión.