En el post ¿España apuesta por los transgénicos? destacábamos las declaraciones de Miguel Arias Cañete, Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en las que aseveraba que los alimentos modificados genéticamente son fundamentales para poder garantizar la rentabilidad y la seguridad alimentaria. También nos hacíamos eco de la reunión de los ministros de Medio Ambiente comunitarios con el fin de discutir la propuesta de dar mayor libertad a los países miembros de la UE, renacionalizando la decisión de permitir o vetar el cultivo de productos transgénicos en sus territorios. Pues bien, al parecer los ministros europeos han rechazado la propuesta, aprobar o vetar un alimento transgénico no será una decisión renacionalizada y por el momento no recaerá en los países comunitarios de forma individual.
La iniciativa danesa incluía la siguiente novedad, en una fase previa al voto de los 27 países miembros sobre una autorización europea, para que los miembros reacios a la introducción de alimentos transgénicos abrieran un diálogo con la empresa que solicitaba el permiso para pedirle que se excluyera el cultivo en sus territorios. Esto no ha convencido, como ya decíamos en su momento, no tenía mucho sentido que se introdujera la renacionalización y a la vez tener que pedir a una empresa biotecnológica que se excluya un país, en el caso de que la empresa se negara a hacerlo, se podría presentar una objeción ante la Comisión Europea, la verdad es que no habría por qué justificar el rechazo a los alimentos transgénicos. ¿Acaso lo hacemos nosotros cuando elegimos un producto alimentario descartando otro?
Aprobar o vetar un alimento transgénico es una decisión que no recaerá de forma individual, esto es algo que seguramente agradecerá el gobierno de nuestro país, recordemos que Miguel Arias Cañete se oponía a ello, de este modo no se tendrán que tomar decisiones a las que quizá muchos ciudadanos también se opondrían, se podrá esconder tras el escudo de la Unión Europea y como sabemos, mayoritariamente es favorable a la introducción de transgénicos para no descolgarse de la carrera biotecnológica y del negocio que ello supone.
Los Ministros debatieron sobre las nuevas reglas, un grupo de países formado por Alemania, Francia y Bélgica encabezaron la oposición, se logró frenar el acuerdo del que se habla desde el año 2010, de ello hablábamos en el post ¿Libertad de elección sobre transgénicos en la Unión Europea?. El desbloqueo de la toma de decisiones individuales sigue en un callejón sin salida, Dinamarca no ha logrado su propósito, pretendía proporcionar una base jurídica y armonizada para los Estados miembros, base que actualmente se encuentra a nivel europeo y en la que ya se contemplan diferentes puntos como los procedimientos que se deben tener en cuenta ante los riesgos ambientales o sanitarios que pueden encerrar los alimentos transgénicos.
Algunos países comunitarios creen que es difícil concebir que los Estados miembros puedan prohibir el cultivo de transgénicos en un futuro más allá de las posibles razones ambientales o de salud argumentadas, es decir, no se vetarían si no existieran argumentos asociados a las razones indicadas. Otros países tienen dudas sobre la compatibilidad legal de las disposiciones que aparecen en el texto de la propuesta, concretamente las posibles discrepancias entre las normas comunitarias del mercado interior y la OMC (Organización Mundial del Comercio), como por ejemplo la evaluación de riesgos obligatoria en la Unión Europea y las medidas medioambientales a nivel nacional. En este texto no se ha reflejado un compromiso firme que tranquilice a aquellos Estados en lo que respecta a la libre circulación de mercancías por los países comunitarios (se entiende que la preocupación es por los transgénicos).
El caso es que existe división de posturas, unos países piden agilizar y aprobar cuanto antes los alimentos modificados genéticamente, y otros los rechazan argumentando razones medioambientales o de salud. Claro, que no se ha dado carpetazo al tema, ahora empezarán las negociaciones bilaterales con cada país miembro, la presidencia danesa ha hecho prioritario este tema, ¿qué intereses tendrá?, ¿estarán detrás de este empeño las empresas biotecnológicas?. Con estas negociaciones se intentará avanzar en el tema de los cultivos transgénicos y al parecer se realizarán rápidamente, antes de que se reúna de nuevo el consejo en el mes de junio de este año.
Nos quedamos con las declaraciones realizadas por Pete Riley de GM Freeze, campaña que aglutina a todas aquellas personas u organizaciones que comparten una profunda preocupación sobre los alimentos modificados genéticamente en diferentes aspectos, legales, medioambientales, saludables, económicos, etc.: «Damos la bienvenida a este resultado, ya que ofrece a los Estados miembros la oportunidad de fortalecer las propuestas para asegurar que los países que desean prohibir los cultivos genéticamente modificados, tienen una base clara y jurídicamente correcta para hacerlo. Toda propuesta debe responder a la necesidad de proteger a los agricultores, los cultivadores y apicultores de la contaminación transgénica en los países que permiten el cultivo de transgénicos, incluyendo la colocación de la responsabilidad objetiva de los daños en las empresas que comercializan las semillas transgénicas».
Irlanda, Alemania, Reino Unido, Francia, Eslovaquia, Bélgica y España anunciaron durante la reunión su intención de votar en contra de la propuesta, otros países como Austria, Bulgaria, Holanda o Suecia se mostraron a favor. Con respecto a España, el ministro Miguel Arias Cañete defendió el papel que juega la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea, algo lógico teniendo en cuenta que la mayoría de los informes que ha realizado referente a los alimentos transgénicos han sido favorables, como decíamos, parece que se pretende evitar tener que tomar decisiones a nivel nacional, si estas proceden de Europa la pelota no estará en terreno español.
Por otro lado, como nuestro país es uno de los principales productores de transgénicos en Europa, se respaldarán aquellas medidas que sean más favorables a esta situación. Ya lo decía el ministro, los alimentos transgénicos son fundamentales para poder garantizar la rentabilidad y la seguridad alimentaria, en definitiva, conocemos cual es la postura de nuestro gobierno frente a los alimentos transgénicos, ahora será cuestión de esperar a la próxima reunión para saber si se logra alcanzar un acuerdo sobre la renacionalización.
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