El Estado de Missouri se ha convertido en el primero de Estados Unidos en el que se ha aprobado un Proyecto de Ley que determina que la carne de cultivo no es carne, tampoco la denominada “carne vegetal” elaborada a partir de materias primas vegetales. La nueva legislación estatal define qué productos pueden o no clasificarse como carne y comercializarse como tal en las estanterías de supermercados y tiendas de alimentación.
Se puede decir que se trata de la primera batalla ganada por el USCA (Asociación de Ganaderos de Estados Unidos), ya que la legislación salvaguarda sus intereses y apoya la petición que realizó al Departamento de Agricultura para que no permitiera que la carne producida en un laboratorio o los productos vegetales que imiten a la carne, puedan denominarse ‘carne’. Los ganaderos están preocupados por la introducción de la carne de cultivo en el mercado y por cómo afectará a su negocio, por lo que no dudan en intentar frenar este tipo de innovaciones en el segmento de la carne.
Los ganaderos solicitaban en su momento que sólo se pueda considerar carne a los productos obtenidos a partir del sistema de ganadería tradicional, donde los animales nacen, son criados y sacrificados para el consumo humano. Esto es una incoherencia, sobre todo porque, aunque le pese a los ganaderos, la denominada carne sostenible y limpia es sustancialmente equivalente en composición y calidad nutricional a los productos cárnicos que actualmente existen en el mercado.
Además, se puede argumentar que es posible aplicar en la carne de cultivo o de laboratorio el principio de equivalencia sustancial que se aplica en los alimentos transgénicos, ya sabéis que se dice que un alimento modificado genéticamente es seguro cuando es significativamente equivalente en composición y características nutricionales a un alimento tradicional, lo que ha permitido hasta la fecha comercializar los transgénicos con toda libertad y sin que sea necesario informar al consumidor, algo que cambiará en breve.
El caso es que la nueva legislación de Missouri (que podéis consultar en este Pdf) ha sido la primera en establecer un procedimiento que podría enjuiciar a las empresas que usan el término «carne» de un modo inadecuado. Sienta como base que la carne debe ser obtenida de la ganadería tradicional y cierra la puerta a que la carne cultivada pueda considerarse un derivado de los animales, definiendo claramente que la carne debe proceder de animales sacrificados por el sistema tradicional.
La MCA (Asociación de Ganaderos de Missouri) comenta que no se opone a los productos que imitan a la carne tradicional y que derivan de los vegetales o que resultan del cultivo en un laboratorio, lo que quieren es eliminar la posibilidad de confusión en los consumidores sobre lo que es o no carne. Hay que decir que tanto la ‘carne’ vegetal como la ‘carne’ de cultivo utilizan este término con el contexto aclaratorio adecuado, es decir, en el etiquetado (en el caso de la “carne vegetal” ya que la de laboratorio aún no se comercializa) se explica que procede de materias primas vegetales, por lo que la excusa de la confusión no tiene mucho fundamento.
Los ganaderos del Estado de Missouri explican que deben asegurarse de que estos productos que se denominan ‘carne’ no deben inducir a error a los consumidores, que puedan pensar que son alimentos que proceden de la ganadería tradicional, asegurando que el uso de la nomenclatura tradicional en productos alternativos, es confuso para los consumidores y debilita el valor de los productos derivados de la producción ganadera tradicional. Missouri es el primer Estado del país en trazar una línea entre la carne tradicional y el resto de productos que imitan a la carne, es muy probable que en las próximas semanas en otros Estados se adopten iniciativas similares, al final será necesario que el Gobierno Federal establezca una legislación nacional para evitar la disparidad de leyes, tal y como ya ocurrió con el etiquetado de los alimentos modificados genéticamente.