Aprobado el reglamento que limita a un 2% la cantidad de grasas trans de los alimentos procesados

En octubre del año pasado la Comisión Europea propuso un reglamento para limitar a un 2% las grasas trans por cada 100 gramos de grasa en los alimentos, pues bien, tras varios años de espera, esta semana se ha aprobado el reglamento que limita a un 2% la cantidad de grasas trans de los alimentos procesados. Ahora, la industria alimentaria tendrá como fecha tope el día 1 de abril de 2021 para asegurarse de que sus productos cumplen con la reglamentación, pero para la Organización Europea de Consumidores (BEUC) no tiene mucho sentido que la medida se retrase tanto tiempo, es un periodo de gracia demasiado largo.

Algunos países ya han aplicado esta regla a nivel nacional de forma voluntaria, se puede citar Hungría, Austria y Dinamarca, países miembros de la UE que en su momento limitaron a un 2% las grasas trans en la producción industrial. Para muchas asociaciones y organizaciones de salud y de defensa de los consumidores, ha sido una carrera de obstáculos, ya que desde que se empezó a tratar el tema, ha dado la impresión de que la CE ha intentado posponer al máximo la introducción de la limitación del 2% de grasas trans, hay que tener en cuenta que esta legislación se basa en un informe del año 2015.

La reglamentación se basa en una serie de estudios científicos en los que se concluía que la ingesta de ácidos grasos trans debía ser lo más baja posible para evitar riesgos para la salud. El reglamento se traduce en beneficios potenciales para la salud de la población, la reducción de estas grasas conlleva la reducción del riesgo de sufrir diferentes enfermedades cardiovasculares. Merece la pena recordar que la Sociedad de Cardiología Europea explicó en su momento que las enfermedades cardiovasculares eran la principal causa de muerte en Europa, y que cada año eran responsables de más de cuatro millones de muertes en toda Europa.

Quizá los más beneficiados de la nueva legislación son los países de Europa del Este, ya que muchas empresas alimentarias ya redujeron voluntariamente el uso de grasas trans en los países de Europa Occidental, algo que no ocurrió con las empresas de Europa del Este. Recordemos que en estos países se encontraron productos como las palomitas de maíz, cuyo contenido en grasas trans era el 50% de las grasas totales. Teniendo en cuenta que el consumo de 5 gramos al día de este tipo de grasas está asociado al incremento de un 23% del riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca, nos da una idea de los riesgos de salud a los que se exponían los habitantes de los países de Europa del Este.

Se puede decir que el reglamento que limita a un 2% la cantidad de grasas trans de los productos alimenticios procesados se gestó en el Parlamento Europeo, recordemos que en 2016 se votó y aprobó un proyecto de resolución legislativa para establecer los límites del uso de grasas trans en los productos alimenticios. Posteriormente se solicitó a la Comisión Europea que propusiera cuanto antes los límites máximos permitidos para reducir el consumo de grasas trans en todos los segmentos poblacionales.

Como ya hemos comentado en otras ocasiones, cuando la CE quiere agiliza trámites y burocracia, pero por razones que se desconocen y como ya hemos explicado, parece que haya retrasado todo lo posible el tema. Hay que dar gracias a las continuas presiones que se han ejercido sobre la CE por parte del Parlamento Europeo, asociaciones de consumidores e incluso de empresas alimentarias, de lo contrario, quizá todavía se estaría debatiendo sobre esta cuestión.

Según leemos en la página de FoodDrinkEurope, organización que representa los intereses de la industria alimentaria en la Unión Europea, la industria apoya la nueva regulación asegurando que la gran mayoría de empresas alimentarias europeas han eliminado o reducido a los valores establecidos por la nueva reglamentación, el contenido de grasas trans en los alimentos procesados. En todo caso, la legislación era necesaria y desde hace mucho. Aunque tarde, al fin ha llegado, pero como dice BEUC, no tiene mucho sentido proporcionar a la industria un tiempo tan amplio de transición.

Podéis conocer el documento de la aprobación del nuevo reglamento de las grasas trans a través de la página de la CE.

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