El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba ayer la rebaja del IVA en los alimentos básicos, en pastas y aceite, los primeros (considerados alimentos básicos) pasarán de tener un IVA del 4% al 0%, mientras que pastas y aceite pasarán del 10% al 5% de IVA. Lo primero que nos preguntamos es ¿lo notaremos los consumidores?
No sería la primera vez que se proponen ayudas o rebajas y que no se perciben porque acaban integradas en el margen de los intermediarios, algo que es inconcebible y demuestra el carácter egoísta, abusivo y poco solidario que tienen algunas cadenas de distribución. Quizá, el Gobierno debería haber incluido una medida como la congelación del precio de esos productos a los que se les ha rebajado el IVA.
Algunos expertos apuntan que estos meses han sido realmente buenos para los intermediarios y las cadenas de distribución, han ganado más dinero que nunca. A pesar de que la inflación se ha reducido, los precios de la alimentación han seguido subiendo, haciendo que para muchas familias, la situación sea insostenible. Se suponía que la bajada de la inflación aliviaría la presión sobre la economía, hemos pasado del 10’8% de inflación en julio, al 6’8% en noviembre, sin embargo, los precios de los alimentos han seguido subiendo, por lo que el índice de precios interanual de la alimentación se eleva a un 15,3%.
Para hacernos una idea, la leche y el aceite han incrementado su precio alrededor de un 30% interanual, los huevos un 26%, el pan un 15%, etc. Ante estos datos, podemos ver que la ayuda es poco significativa, y dada su cuantía y el riesgo de que los intermediarios la absorban, se convertirá en nada.
Cierto es que el Gobierno asegura que las rebajas del IVA y las ayudas a los agricultores se trasladarán de forma directa al precio de los alimentos, siendo algo obligatorio según el Real Decreto. Pero, ¿ha contado el Gobierno con la posibilidad de que se produzcan subidas que afecten a los agricultores y a las cadenas de distribución? Esto provocaría inevitablemente nuevas subidas en el precio de los alimentos y, por tanto, la evaporación de las ayudas.
Son varias medidas las que se han adoptado para paliar, supuestamente, el impacto de la guerra de Ucrania, la rebaja del IVA, cheques de 200 euros para familias con rentas inferiores a 27.000 euros, una subida del 15% para pensiones no contributivas e ingreso mínimo vital, rebaja en el precio de combustibles pero sólo a los profesionales, etc. Dicen que toda ayuda es bien recibida, claro, si realmente ayuda, de lo contrario, será una iniciativa que caerá en saco roto.
A través de este artículo publicado en la página oficial de La Moncloa podréis conocer todo el paquete de medidas de ayuda anunciadas, y en lo referente a la alimentación, no tardaremos mucho en comprobar si el bolsillo del consumidor lo nota, aunque como ya hemos comentado, se trata de ayudas insuficientes.