Según los resultados de un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (Estados Unidos), añadir miel al yogur aumenta la cantidad y la supervivencia de los probióticos. Endulzar el yogur con miel es algo habitual para muchos consumidores y ahora se constata que es algo que va más allá de simplemente enriquecer el sabor del yogur.
Recordemos que los probióticos son microorganismos vivos que una vez que llegan al intestino en cantidades adecuadas, alteran y mejoran la microbiota intestinal, proporcionando diferentes beneficios a la salud, como la estimulación del sistema inmunológico, la reducción de la inflamación intestinal, el tratamiento de problemas como el síndrome del intestino irritable, la diarrea o la reducción de molestias gastrointestinales, entre otros.
Uno de los desafíos de la industria alimentaria es conseguir mantener vivos y en cantidades suficientes los microorganismos probióticos, algo complicado debido a su susceptibilidad al calor y a la acidez durante la producción y el almacenamiento. De hecho, la mayoría de los microorganismos probióticos mueren al cabo de 30 minutos tras llegar al estómago, lo que supone una notable reducción de esos efectos positivos que proporcionan a la salud digestiva y general.
Recordemos que incluso se ha logrado desarrollar un nuevo recubrimiento que facilita la llegada de bacterias probióticas al tracto intestinal, aunque todavía deberá pasar tiempo hasta que este recubrimiento se integre en diferentes alimentos, bebidas y suplementos. Existen métodos como la microencapsulación, con la que se encapsulan los microorganismos para protegerlos, incrementando de manera efectiva su presencia en el intestino, pero, aún sigue siendo un reto complejo.
Según el nuevo estudio, la miel surge como una solución natural para cumplir una beneficiosa función, mejorar la cantidad y la supervivencia de estos microorganismos. Los expertos propusieron inicialmente investigar si la adición de miel al yogur podría elevar significativamente las poblaciones probióticas en el intestino. Se puso en marcha un ensayo en el que participaron 62 personas adultas sanas que fueron divididas en dos grupos, el primero consumió yogur tratado térmicamente para inactivar los probióticos y el segundo, yogur probiótico con miel.
Los investigadores comentan que utilizaron un yogur probiótico de la marca Activia, con ≥108 UFC/g de Bifidobacterium animalis, una cepa específica de probióticos conocida por sus beneficios para la salud digestiva. Recordemos que las UFC/g o Unidades Formadoras de Colonias por gramo, son una medida que se utiliza para calcular la cantidad de bacterias viables en un producto, es decir, para saber cuántas bacterias están presentes en un gramo de yogur y si tienen la capacidad de crecer y formar colonias, algo crucial para asegurar la efectividad de los probióticos.
Hay que decir que se llevó a cabo otro ensayo en el que los participantes consumieron una mezcla de yogur y azúcar, con el objetivo de establecer una base comparativa sobre el impacto de los probióticos en formulaciones que no incluyen miel. De este modo, se pudieron contrastar los efectos de la miel y confirmar su papel en la mejora de la viabilidad de los probióticos.
Los investigadores comentan que los resultados fueron reveladores, la combinación de yogur y miel no sólo favoreció la proliferación de probióticos, también mostró un impacto positivo en el estado de ánimo y la cognición de los participantes, reduciendo notablemente los niveles de estrés. Este descubrimiento sugiere que el consumo de productos lácteos fermentados, como es el caso del yogur con probióticos, puede aportar beneficios que van más allá de la salud digestiva, influyendo también en aspectos mentales y emocionales.
El estudio no pudo demostrar una mejora significativa de la función intestinal, pero los resultados avalaron las conclusiones de investigaciones anteriores, en las que se sugería que el yogur tiene un efecto positivo en la digestión y en la salud intestinal. Se considera que este nuevo trabajo abre la puerta a futuros estudios que podrían investigar cómo ingredientes naturales como la miel en combinación con otros alimentos, pueden potenciar la eficacia de los microorganismos probióticos.
También destacan que la combinación de estos ingredientes naturales que son accesibles para todos los consumidores, tienen el potencial de mejorar el bienestar general y abordar problemas digestivos y de salud mental en diferentes segmentos poblacionales. El estudio es interesante y seguramente animará a más de un consumidor a sustituir el azúcar, u otros edulcorantes, por miel para endulzar el yogur.
Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página de la universidad de Illinois en Urbana-Champaign, y en este otro publicado en la revista científica The Journal of Nutrition.
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