Un nuevo informe lanzado por el Programa de Acción de Residuos y Recursos (WRAP), organización que trabaja en colaboración con el Gobierno del Reino Unido y la Unión Europea ayudando en la prevención de creación de residuos alimentarios, la eficiencia de los recursos de la cadena alimentaria y la protección de los recursos naturales, concluye que es necesario trabajar para ampliar la vida útil de los alimentos, con ello se podría reducir el desperdicio alimentario hasta en 250.000 toneladas en el Reino Unido.
Con esta medida las empresas del sector podrían ahorrar hasta 100 millones de libras (más de 137 millones de euros), por otro lado los consumidores ahorrarían unos 500 millones de libras (casi 688 millones de euros) por gastos innecesarios en alimentación y bebidas. El estudio se ha desarrollado a lo largo de un año y se ha examinado una amplia gama de alimentos que generan niveles relativamente elevados de desperdicios, se ha analizado la cadena de cada alimento, obtención de la materia prima, fabricación, envasado, comercialización, vida útil media de los alimentos y cómo se podía extender la vida útil de cada uno de ellos.
Se han detectado errores en los embalajes como el de no incluir la información sobre la vida útil de un alimento una vez abierto el envase, a pesar de que los fabricantes conocían perfectamente la vida útil del producto. Las aclaraciones sobre la fecha de consumo preferente han sido otro de los problemas detectados que han provocado que se tiraran alimentos que podían ser consumidos aunque no estuvieran en sus mejores condiciones, expresando sus máximas cualidades organolépticas. También se ha detectado que algunos alimentos contienen información sobre su vida útil por debajo de su vida útil real, por lo que son etiquetados como alimentos que deben ser consumidos rápidamente con el fin de fomentar la venta rápida. Esto provoca que se incrementen ventas por el desperdicio y como resultado mejora los márgenes de quienes comercializan este tipo de alimentos.
En este informe en el que se ha trabajado durante un año, se han analizado todo tipo de cuestiones y como resultado se han obtenido una serie de recomendaciones que facilitarían a fabricantes y minoristas reducir el desperdicio alimentario. Según el trabajo realizado por WRAP, hay que reevaluar la calidad y seguridad de muchos alimentos e identificar aquellas opciones que pueden permitir ampliar la vida útil del producto para el consumidor, por ejemplo cambiar el tipo de envase.
Ofrecer información clara y concisa sobre el tiempo que se considera seguro para consumir un alimento una vez que se ha abierto el envase, y siempre teniendo presente que se debe analizar el riesgo para la seguridad alimentaria, no la reducción de las cualidades organolépticas. Llevar a cabo cambios en las cadenas de suministro, como por ejemplo la rotación de productos, algo que podría aumentar la vida útil de los alimentos. Mejorar los tiempos de entrega desde el lugar de fabricación, a los minoristas. No tiene sentido que un alimento con una vida útil relativamente corta esté almacenado y no expuesto a la venta. Revisar los mensajes sobre la fecha de caducidad o consumo adecuado, como hemos indicado, las empresas se curan en salud para no tener problemas y reducen el tiempo que un alimento podría estar en buenas condiciones para su consumo, aunque también habría que añadir que de este modo logran mayor rotación, ventas y por tanto, mayores beneficios.
El Programa de Acción de Residuos y Recursos ha analizado un total de 23.000 productos y se ha entrevistado con los principales fabricantes de alimentos, minoristas y asociaciones comerciales a fin de poder desarrollar un informe preciso y detallado. Dentro de esta selección de productos se identificaron 10 de primera necesidad asociados a un alto nivel de residuos en el hogar, jamón en lonchas, carne picada, pizzas refrigeradas, platos preparados refrigerados, bolsas de ensaladas preparadas, leche, pechugas de pollo, manzanas, patatas y zumos. Con la implementación de algunas recomendaciones sencillas de ejecutar, fabricantes y minoristas podrían marcar grandes diferencias en la lucha contra el desperdicio de alimentos y eso sin tener que cambiar los productos o el embalaje, si además se utilizarán envases inteligentes el éxito sería mayor.
WRAP asegura haber identificado el modelo de negocio basado en el ahorro del coste real de los residuos y el potencial del aumento de las ventas a causa de una mayor disponibilidad de producto. Según el informe, consumidores, y fabricantes y minoristas obtendrían un ahorro muy significativo que se traduce en ganancias, por esta razón la organización está dispuesta a colaborar con la industria alimentaria sobre la adopción de modelos que permitan reducir el desperdicio alimentario y obtener beneficios económicos, aunque hay que añadir que ante la necesidad de producir más alimentos para satisfacer la población del futuro, el cambio de política de estas empresas será obligatorio. Las recomendaciones proporcionadas van en consonancia con las ofrecidas por la FAO.
La FSA (Food Standards Agency), Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido, agradece el informe y las recomendaciones que en él se proporcionan, ya que se trata de respuestas sensatas que podrían ampliar la vida útil de los alimentos sin que la seguridad se viera comprometida. En realidad este tipo de trabajos deberían ser competencia de organizaciones como la FSA o la EFSA, en el caso de la FSA, reconoce que su prioridad es la seguridad alimentaria y el control de las fechas informativas de los envases alimentarios, pero queda mucho por hacer para lograr reducir la cantidad de desperdicios alimentarios y toda ayuda resulta bien recibida.
El informe del WRAP es muy completo, podéis darle un vistazo a través de este enlace (Pdf), además de los consejos citados, se proporcionan otros de fácil aplicación por parte de empresas y consumidores, que pueden permitir reducir el desperdicio alimentario de forma significativa. Como ya hemos explicado en varias ocasiones, ampliar la vida útil de los alimentos para reducir el desperdicio alimentario es una cuestión prioritaria, sobre todo sabiendo que no se va a poder incrementar la producción alimentaria para el año 2050 y alimentar a la población a causa del estancamiento de la producción alimentaria, el cambio climático, etc.
Foto 1 | Rick