Según un estudio realizado por IWMI (Instituto Internacional de la Gestión del Agua), en muchos países del mundo se da el cultivo de alimentos desarrollados con aguas residuales, aguas que no han sido tratadas y que podrían contener diferentes contaminantes que afectarían a los cultivos con microorganismos, metales pesados, productos químicos, etc. Especialmente son los países en vías de desarrollo donde más se utilizan las aguas residuales para regar los diferentes cultivos que se producen.
Los alimentos producidos con aguas residuales no son un problema si previamente se ha realizado un tratamiento específico que elimine aquellos componentes contaminantes que podrían afectar a nuestra salud a través de los alimentos. Pero en la mayoría de los casos no es así, en algunos países la escasez de agua potable convierte a las aguas residuales en un bien preciado que ofrece una alternativa para la viabilidad de los cultivos. Según el estudio de la IWMI, existe una relación entre el desarrollo de estos países y el uso de las aguas residuales, son los centros urbanos en crecimiento los que abastecen a los agricultores con el agua que necesitan.
Esto nos recuerda la crisis alimentaria y los esfuerzos que se están realizando por implantar nuevas políticas agrarias en los países en vías de desarrollo, ¿tendrán en cuenta las nuevas políticas la escasez de aguas, la creación de plantas depuradoras o los sistemas de riego? o en su defecto, ¿la idea es utilizar exclusivamente cultivos transgénicos que se desarrollan en condiciones de sequía extrema? El agua se convierte en elemento indispensable y su aprovechamiento total se hace necesario, de ahí que proliferen los cultivos utilizando exclusivamente aguas residuales para llevarlos adelante.
Es tal la necesidad de agua, que en algunas ciudades de América Latina los agricultores rompen los conductos de aguas residuales y los canalizan hacia sus campos de cultivo. Los beneficios de este tipo de agua están constatados, se reciclan nutrientes y por tanto se evita comprar fertilizantes para el desarrollo de la cosecha.
Recordemos que no hace mucho mostrábamos la relación entre alimentos y fertilizantes y cómo estos últimos se habían encarecido significativamente ante la creciente demanda mundial. Los agricultores de los países en vías de desarrollo no pueden permitirse pagar los precios que se barajan y por tanto, las aguas residuales son una buena alternativa. Además hay que añadir que se cumple otra función muy importante con este tipo de aguas, una función ecológica que permite renovar aguas.
Pero como hemos dicho antes, son también varios los problemas creados, especialmente la contaminación en todos los sentidos, sean productos químicos o biológicos, se podría augurar una proliferación de epidemias, y los países industrializados no estarían libres de peligro, ya que muchos productos que se comercializan provienen de los países subdesarrollados y alimentos contaminados con diferentes microorganismos o compuestos químicos podrían aparecer en nuestros mercados.
Hay que añadir también que el crecimiento de la industria agrava la situación, ya que se vierten distintos contaminantes a los ríos donde los agricultores se abastecen para regar sus cultivos, la carencia de plantas residuales y depuradoras son un claro peligro que afecta al medio ambiente y a la salud humana. Otro aspecto negativo es la carencia de las leyes y normativas que regulen estas prácticas.
Las aguas residuales son actualmente un cuchillo de doble filo, ofrecen beneficios y graves riesgos, evidentemente se hace necesaria la implantación de plantas de tratamiento de aguas residuales y potabilizadoras, quizá debería ser una de las primeras líneas de actuación en las nuevas políticas agrarias que se pretenden implantar para reducir el impacto de la crisis alimentaria en la que nos encontramos.
Los países que sufren este problema no contemplan fondos destinados a mejorar el estado de las aguas residuales, pero esto tampoco se contempla en los fondos mundiales destinados a impulsar las políticas agrarias que hemos mencionado.
En los países industrializados se reciben alimentos de varios países en vías de desarrollo y existen medios para controlar que se encuentren libres de contaminantes, pero siempre se puede escapar alguna carga y más ahora que se está expandiendo el uso del riego con aguas residuales. Por otro lado, los habitantes de cada país en los que se riega con aguas contaminadas, disfrutan de los alimentos que producen y esto sí es un grave peligro, ya que no existen prácticamente medidas de control, la proliferación de epidemias será el tema de actualidad en un futuro próximo.
Vía | News BBC