Al parecer, las bodegas canadienses acaban de encontrar un nuevo nicho de mercado para dar salida a los vinos gracias a la idea de una ganadera, alimentar a las vacas con suplemento de vino tinto, la idea ha sido puesta en marcha por Janice Ravndahl, una ganadera propietaria de la granja Sezmu Meats situada a 300 kilómetros de Vancouver (ciudad de la costa pacífica de Canadá).
Parece ser que la alimentación de vacas con vino tinto ha otorgado a la carne un valor añadido que ha sido muy bien aceptado por los restaurantes canadienses, los pedidos se han incrementado, igual que el precio de la carne, un 15% más con respecto al coste habitual. La justificación es la alimentación suplementaria a base de vino y el sabor que éste otorga a la carne.
Cada animal recibe un litro de vino que se mezcla con la alimentación habitual, aunque a través del artículo de The Vancouver Sun podemos leer que en algunos casos, el vino se le da directamente a la vaca si así le gusta más. Al principio las vacas no aceptan de buen grado este suplemento, pero después se habitúan. Algunos chefs canadienses ya se han pronunciado sobre la carne indicando que el resultado es excepcional, que posee una textura, aroma y sabor impresionantes.
Al parecer, el suplemento de vino se le ofrece a las vacas durante un plazo de 90 días antes del sacrificio, son animales que además disfrutan de una alimentación ecológica, sin antibióticos y sin hormonas de engorde. Alimentar a las vacas con vino tinto ha llamado la atención de los investigadores del departamento de agricultura de la Universidad de Thompson Rivers y ya se han planteado estudios para determinar cómo afecta el consumo de vino a las vacas, de qué forma incide el resveratrol en su salud, si los suplementos de vino pueden reducir la producción de metano, etc.
Janice Ravndahl recuerda que en un programa de cocina de Gordon Ramsay, el chef ofrecía cerveza a los cerdos que criaba, esto motivó a pensar, ¿por qué no con las vacas?, la idea fue comentada a su hermano, que le dijo que no era viable, entonces pensó en el vino. British Columbia es la bodega que provee a la granja Sezmu Meats del vino necesario para la suplementación.
Según la propietaria de la granja, las vacas son más felices, podríamos pensar que incluso se han vuelto adictas al vino, ya que Janice Ravndahl indica que las vacas acuden rápidamente cuando ven llegar a sus cuidadores con la alimentación suplementaria. En fin, puede ser una salida para el sobre stock de vino, no nos extrañaría que la idea se trasladará a otros países si las investigaciones científicas certifican los beneficios.
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Foto | Handout