Parece que algunos restaurantes estadounidenses han visto muchas posibilidades en Instagram, la aplicación que permite compartir fotografías y además tuneadas con diferentes colores, marcos o filtros. Empellón Cocina es un restaurante neoyorkino y en su carta aparece un mensaje que desaconseja el uso de los dispositivos móviles para tomar fotografías a no ser que éstas sean tomadas para ser compartidas en Instagram, además incluye el hashtag oportuno para que el comensal lo incluya #Empellon. Es la otra cara de la noticia de la que nos hacíamos eco hace casi un año, un restaurante hacía descuentos si no se utilizaba el teléfono móvil.
El mencionado restaurante empezó a promover el uso de Instagram hace unos cinco meses y su finalidad es que los comensales fotografíen cada plato que se les sirve y compartan las fotografías en la red social. Los comensales se convierten de este modo en embajadores del restaurante, difunden las fotografías y de ello se aprovechan los responsables del establecimiento, éstos utilizan el mismo hashtag informando a todo aquel usuario que lo consulta, sobre ofertas y promociones especiales en sus menús. También comparten otras fotografías relacionadas con la rutina diaria en la cocina, cómo preparan los alimentos, cómo emplatan, etc.
Se trata de un giro de 180º, donde antes se veían problemas e inconvenientes, ahora se ven oportunidades y un enorme potencial para promocionar el negocio, de hecho, otros establecimientos secundan la idea y animan a los comensales a publicar las fotos de la comida y a cambio reciben algún extra especial. Restaurantes que se oponían al uso del teléfono móvil, replantean su postura y están promoviendo la fotografía, acompañada siempre de determinadas palabras o hashtags que servirán para la identificación de los platos, menús y establecimientos.
Para muchos comensales, disfrutar de una magnífica comida en un gran restaurante obliga (voluntariamente) a tomar las oportunas fotografías que se comparten en redes sociales, claro, que la que parece captar mayoritariamente la atención de los restaurantes es Instagram. Las fotografías hablan por sí solas, las magníficas imágenes pueden eclipsar las críticas negativas de los menús, al menos así lo cree David Gerzof Richard, profesor de medios de comunicación social y marketing. Sin embargo, hay que puntualizar que los comentarios son importantes, en ocasiones la imagen de lo que parece un plato exquisito no se relaciona con su verdadero sabor.
Parece ser que varios establecimientos cuentan con publicistas y expertos en redes sociales que se encargan de controlar las menciones que se realizan de los establecimientos a través de dichos medios, utilizan los hashtags y nombres de los restaurantes para ello. Tanto valor han adquirido las redes sociales como Twitter o Instagram, que incluso a quienes poseen una cuenta relativamente influyente se les brinda un trato especial, quizá comerán gratis u obtendrán un descuento, y no se habla de cuentas con miles de seguidores, un número entre 500 y 1.000 ya es aceptable.
Esto es peligroso, más de un comensal se preocupará de hacer fotografías para poder beneficiarse de esos regalos, pero ¿el sabor hará honor a la imagen?. Evidentemente hay de todo y otros usuarios no se dejarán comprar por un menú, una copa, un batido o un descuento en el menú. En The Wall Street Journal nos explican que un restaurante de Chicago ofrece un pastel los fines de semana a aquellos clientes que muestren que tienen más de 1.000 seguidores. Una fotografía puede obtener cientos de «me gusta», «corazones» o señales de aprobación, sobre todo si se tienen miles de seguidores, esto es percibido por los dueños de los establecimientos como muy positivo, un reclamo para sus negocios que se aleja de otros medios en los que se leen las críticas.
Ahora parece que todos se van a volcar en la red social de fotografías, pero cuidado, es un arma de doble filo, si la calidad no está a la altura de la fotografía también pueden empezar a llover críticas. Comprar publicidad a cambio de un batido, un pastel, un menú, etc., por ahora es una inversión con un supuesto retorno para un restaurante, pero cuando esta tendencia se generalice, quizá se vuelvan a tener en cuenta los comentarios que hablan del sabor de la comida y de muchos otros detalles que las fotografías por sí solas no logran transmitir.