La guerra de Rusia y Ucrania ha causado diversos problemas a nivel internacional, hablando de alimentación, se puede citar el aumento del precio de muchas materias primas y alimentos, lo que está llevando, entre otras cosas, a la sustitución de materias primas e ingredientes por otros de menor coste (cheapflación), a la inseguridad alimentaria, etc. Pero, la falta de materias primas e ingredientes como, por ejemplo, el aceite de girasol, ha obligado a reformular algunos productos alimenticios y a que se utilicen como alternativa grasas vegetales como el aceite de coco o el aceite de colza.
Según algunas organizaciones de consumidores como UFC-Que Choisir (Francia), algunos productos alimenticios son menos saludables debido a la reformulación por la escasez de aceite de girasol. Concretamente, la asociación se muestra preocupada por los perfiles de ácidos grasos saturados de esos productos reformulados, preocupación que surge tras realizar una comparativa de formulaciones antiguas y nuevas, y cómo esto ha afectado a las calificaciones del etiquetado NutriScore.
UFC-Que Choisir ha realizado comparativas de formulaciones antiguas y nuevas que se han realizado debido a la falta de aceite de girasol, tanto en productos salados, como los crackers y las galletas saladas, como en productos dulces, véase cereales rellenos, galletas, barritas de chocolate y otros procesados como los profiteroles y el tiramisú entre otros. En muchos casos la calificación de NutriScore ha variado a peor, o sea que se ha alterado el perfil nutricional de los productos y no para bien precisamente.
La organización explica que la reformulación puede considerarse una buena noticia porque en la mayoría de productos se ha sustituido el aceite de girasol por aceite de colza, que es más saludable, pero una minoría de fabricantes ha tomado la mala decisión de sustituir el aceite de girasol por aceite de coco o de palma, grasas vegetales que son ricas en ácidos grasos saturados. El aceite de colza contiene menos de la mitad del contenido de grasas saturadas (6%) del que tiene el aceite de girasol (13%), pero, por desgracia, este ingrediente no es el elegido por algunos fabricantes para la reformulación de sus productos, han optado por el aceite de palma que contiene un 49% de grasas saturadas.
El aceite de palma es el preferido por la industria alimentaria por varias razones, es económico, tiene buenas propiedades cuando se somete a cocción y se mantiene a altas temperaturas, su textura y ausencia de olor, su cremosidad, su capacidad conservante que permite extender la vida útil de los alimentos, etc. Lamentablemente, es una fuente de ácidos grasos saturados que, como sabemos, son muy perjudiciales para la salud. La otra alternativa, el aceite de coco, tiene un alto contenido en grasas saturadas, nada menos que 87%, eso hace que sea resistente a las altas temperaturas de cocción y a la oxidación. Así que se trata de ingredientes interesantes para la industria alimentaria, pero no lo son para la salud de los consumidores.
Algunos productos que han sido reformulados como los que se nombran a continuación, Cracker’s Classic’ (Carrefour), Crackers Simpl (Carrefour), Galletas saladas Tokapi (Leclerc), Galletas saladas Eco+ (Leclerc), Old El Paso Taco Shell Kit, han reducido su puntuación en NutriScore. La organización ofrece la lista de productos e indica qué fabricantes se han negado a proporcionar los nuevos valores nutricionales, sin duda, esta es una buena medida de presión para que haya mayor transparencia.
Para la organización de consumidores resulta inadmisible que algunos fabricantes, no revelen los niveles de ácidos grasos saturados alcanzados en los productos que han sido reformulados, por ello, se ha puesto manos a la obra y anuncia que actualizará periódicamente una lista de productos reformulados, para que los consumidores tengan conocimiento de los valores nutricionales y puedan evitar los productos que consumían habitualmente, que ahora pueden resultar más perjudiciales para la salud.
A través de este artículo publicado en la página web de UFC-Que Choisir conoceréis la lista de productos y la calificación que obtienen en NutriScore. No estaría mal que en España se llevará a cabo la misma iniciativa, seguro que algunos productos procesados guardan sorpresas.
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