Algunas grandes compañías alimentarias están dispuestas a subvencionar a los científicos para que busquen pruebas que refuten la relación entre una dieta y la salud, particularmente, el consumo de alimentos considerados poco saludables y el sobrepeso o la obesidad. ¿Algunos investigadores defienden alimentos poco saludables?, ¿bebidas con exceso de azúcares o alimentos ricos en grasas?. Parece que algo hay al respecto, no es que testifiquen a favor, pero cuestionan los estudios que muestran que el sobrepeso y la obesidad son problemas muchas veces relacionados con el abuso de tomar bebidas azucaradas, fast food, etc.
A través de la publicación digital ABC News (Estados Unidos) podemos saber que se han presentado muchos estudios que apuntan a la relación entre bebidas azucaradas y obesidad, sin embargo, todos estos estudios no tienen evidencias sólidas para expertos como David Allison, un reconocido científico estadounidense con un amplio curriculum a sus espaldas y responsable de un centro de investigación de la obesidad en la Universidad de Alabama. Este investigador asegura que los estudios realizados hasta el momento no son lo suficientemente rigurosos y no se puede asegurar que esos alimentos y bebidas estén relacionados con el alto índice de obesidad.
Los críticos argumentan que el escepticismo que muestra David Allison guarda relación con los acuerdos comerciales que mantiene con grandes compañías, de hecho, indican que posiblemente estas empresas, The Coca Cola Company, PepsiCo o la American Beverage Association, hayan pagado a este investigador para generar dudas en el consenso científico y en la población. Las declaraciones de David Allison pueden ser utilizadas por estas compañías para que sean publicadas en los periódicos, la intención es que los lectores puedan creer que todavía no se sabe a ciencia cierta si las bebidas azucaradas son perjudiciales para la salud, sembrar la duda, esa es la cuestión.
Claro, que no sólo se debe hablar de bebidas azucaradas y las compañías que las producen, el investigador citado también habría recibido dinero de otras compañías como McDonalds, Kellogs, Kraft, etc. Para echar más leña al fuego, leemos que el investigador recibió dinero de la Asociación de Restaurantes de Nueva York para que presentara una declaración jurada ante el Consejo de Salud Pública de Nueva York, recordemos que aprobó en su momento una norma que obligaba a los establecimientos de comida rápida de la ciudad a proporcionar sus productos de fast food con leyenda calórica obligada. El investigador declaraba que esta ley podría hacer que la población comiera mucho más y por tanto se deduce que se incrementaría el índice de sobrepeso y obesidad. Entre otras cosas,toda una contradicción, ¿verdad?
Obviamente, este tipo de acciones indignaron a la comunidad científica y especialmente a los miembros de la Obesity Society, en principio David Allison era presidente de esta sociedad, pero tuvo que renunciar al cargo ante el aluvión de críticas recibidas. La Obesity Society es una sociedad científica dedicada al estudio de la obesidad desde 1982, cuyo compromiso es el de fomentar la investigación sobre las causas y el tratamiento de la obesidad. Así mismo, esta sociedad procura mantener a la población informada sobre los avances y descubrimientos realizados. Hay mucho más, el investigador ha llegado a cuestionar la afirmación realizada por la Organización Mundial de la Salud, en la que se indica que la lactancia materna reduce el riesgo de obesidad infantil, al respecto existen varios estudios, pero parece que tampoco son válidos para David Allison. En el artículo de ABC News podemos leer que se cree que este investigador forma parte de un gran plan impulsado por algunas empresas y compañías alimentarias que a cambio de financiar trabajos e investigaciones, deben crear confusión sobre los verdaderos efectos de productos como los snacks, el fast food, las bebidas azucaradas, etc., en la salud de los consumidores estadounidenses.
No es extraño pensar que algunos investigadores trabajen favoreciendo a las empresas que elaboran alimentos poco saludables, o al menos así se consideran. Siguiendo este hilo, recordamos el post Coca Cola promocionará las dietas saludables en Estados Unidos, la AAFP (Academia Estadounidense de Médicos de Familia) y Coca Cola llegaban a un acuerdo, la compañía colaboraría económicamente con esta academia para educar a los consumidores y que conozcan el papel que desempeñan los refrescos y edulcorantes en un estilo de vida saludable. Ya lo decíamos en ese post, son varios los motivos que impulsan a Coca Cola y a otras compañías dedicadas al mundo de los refrescos y las bebidas azucaradas, a intentar que sus productos sean vistos de otro modo. En su momento, uno de los motivos era hacer frente al impuesto federal con el que las autoridades sanitarias pretendían gravar las bebidas azucaradas.
¿Se sienten comprometidos los investigadores cuando sus trabajos son subvencionados por grandes empresas del mundo de la alimentación?, ¿pueden ser tan objetivos como quisieran?, ¿prevalece su fuente de ingresos ante la verdad reflejada en un estudio?
Foto | Ashycat
2 comentarios
No nos extrañemos, eso es tan viejo como la Ciencia misma. A los grandes productores (a TODOS) sólo les interesa ganar dinero a toda costa (incluso mintiendo o no diciendo la verdad), y a ciertos investigadores, (unos POCOS, afortunadamente) tenerlo de forma fácil para seguir trabajando en su laboratorios respectivos. Igual pasó con la gripe aviar y el Tamiflú hace años y con la H1H1 y sus vacunas en el 2009. La cuestión es no fiarnos de esos pocos y sí de las evidencias del resto.
Excelente artículo.
Particularmente me llena de impotencia porque soy investigadora, y me enerva el hecho de saber que existe gente que se aprovecha de su estátus de científico para sacar provecho personal. Una cosa es que cualquiera diga lo que piensa, pero otra es buscar establecer pautas que afectan a miles de personas cuando la intención inicial no es moralmente aceptable.
Creo que es simplemente una decisión personal. No creo que un científico tenga que ver comprometida su ética si se encuentra financiado por alguna compañía. No creo que eso tenga que implicar una presión adicional sobre el científico y la manera de llevar su investigación. El científico es una persona adulta como cualquier otra y tiene juicio propio, y allá él si decide o no hacer las cosas como deben ser. No es por la presión, la situación no le obliga. Él hace lo que él decide hacer.
Estoy de acuerdo con Cocinitas: afortunadamente son unos pocos los científicos que entran en esa categoría, despreciable por demás.