Puede resultar sorprendente saber que algunos alimentos saludables aumentan el riesgo de diabetes tipo 1, y es que generalmente asociamos una dieta equilibrada con la prevención de las enfermedades. El caso es que un estudio finlandés ha mostrado una posible conexión entre el consumo de determinados alimentos saludables con el aumento del riesgo de desarrollar diabetes tipo 1 y en especial en la población infantil.
Como sabemos, la diabetes tipo 2 se asocia con el sobrepeso y la inactividad física, siendo la forma más común de diabetes, en cambio, la diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune que afecta a millones de personas y en especial a los más jóvenes. Esta nueva investigación ha despertado interés y cautela de expertos nutricionistas y de la comunidad científica en general, ya que implica que determinados alimentos considerados saludables podrían estar relacionados con el mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 1.
Como decíamos, la diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune, es decir, el sistema inmunitario del organismo ataca y destruye por error las células beta del páncreas, que son las responsables de la producción de insulina. Esta es una hormona esencial que permite que nuestras células utilicen la glucosa como energía, pero sin la insulina, la glucosa se acumula en la sangre acarreando problemas de salud. A diferencia de la diabetes tipo 2, que se puede prevenir o controlar mediante cambios en el estilo de vida, la diabetes tipo 1 requiere un tratamiento de por vida con insulina y un estricto control de los niveles de glucosa en sangre.
La investigación que ha sido dirigida por la profesora Suvi Virtanen del Instituto Finlandés de Salud y Bienestar, se llevó a cabo para intentar comprender el porqué de la creciente incidencia de la diabetes tipo 1 en los niños, ya que este país tiene la tasa más alta del mundo con 52’2 casos por cada 100.000 niños menores de 15 años. El rápido incremento de casos de diabetes en Finlandia y en el mundo en general, sugiere que además de los factores genéticos, los factores ambientales podrían desempeñar un papel clave en el desarrollo de la enfermedad.
El estudio se centró en el análisis de la dieta de niños de 0 a 6 años de edad que estaban genéticamente predispuestos a desarrollar la enfermedad. Los investigadores realizaron el seguimiento a un total de 5.674 niños, analizando especialmente la dieta que siguieron durante el tiempo del estudio, lo que permitió determinar cómo influía la dieta en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 1.
Los expertos comentan que uno de los aspectos más impactantes de este estudio fue la identificación de algunos alimentos que son considerados comúnmente como parte de una dieta saludable y que, sin embargo, se asociaron con un mayor riesgo de diabetes tipo 1. Entre estos alimentos destacan las frutas, la avena y el centeno, alimentos que son básicos en muchas dietas equilibradas que están ampliamente recomendados por los beneficios nutricionales que proporcionan.
El estudio sugiere que los niños que consumían mayores cantidades de los alimentos citados, tenían más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 1 que los niños que los consumían en menor cantidad. La avena es un alimento destacado por su contenido en fibra y su capacidad para mejorar la salud cardiovascular, las frutas se recomiendan por ser ricas en vitaminas y antioxidantes esenciales y sin embargo, en el contexto de la diabetes tipo 1, el estudio estima que estos alimentos podrían tener relación con un aumento en el riesgo de autoinmunidad de los islotes pancreáticos (células en el páncreas que tienen la función crucial de regular los niveles de azúcar en la sangre), proceso en el que el sistema inmunitario ataca las células productoras de insulina.
Por otro lado se ha constatado que las bayas (frambuesas, arándanos, grosellas negras y arándanos rojos) y las verduras crucíferas (brócoli, coliflor, repollo, coles de Bruselas, col rizada o kale, etc.), son alimentos que pueden proteger en el riesgo del desarrollo de diabetes tipo 1. Los expertos creen que los efectos protectores de las bayas se relacionan con el contenido en polifenoles, elementos que ayudan a reducir la respuesta inflamatoria que guarda relación con el desarrollo de muchas enfermedades autoinmunes, incluida la diabetes tipo 1. En el caso de las verduras crucíferas, su alto contenido en antioxidantes y compuestos bioactivos explicó su papel en la prevención de la diabetes tipo 1.
Pero como leemos aquí y según ocurre en muchos estudios, no se ha demostrado una relación causal definitiva entre el consumo de frutas, avena y centeno con el desarrollo de la diabetes tipo 1. Se han encontrado asociaciones claras, pero se necesita profundizar con nuevas investigaciones para identificar los componentes específicos de los alimentos citados, y cómo influyen en el riesgo de desarrollar la enfermedad. Una teoría sugiere que algunas frutas pueden contener pesticidas o sustancias nocivas que no están presentes en bayas y verduras, algo que podría explicar las diferencias observadas en los efectos sobre la salud, pero es una teoría.
Los investigadores comentan que los resultados no deben provocar que se realicen cambios drásticos en la dieta de los niños, ya que estos alimentos proporcionan beneficios importantes para la salud en general, y como ya hemos comentado, se necesita realizar nuevas investigaciones. Este trabajo que ha sido presentado en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) de Madrid, destaca la importancia de seguir investigando la relación entre la dieta y la diabetes tipo 1.
Fotos | Depositphotos