Algunas ideas para empezar a reducir el consumo de azúcares añadidos

A día de hoy, a toda la población (o eso esperamos) le ha llegado el mensaje de que el consumo de productos ricos en azúcares añadidos es el responsable de muchos problemas de salud que afectan desde la infancia, provocando que los niños sufran enfermedades de adultos, como la diabetes. Por todos es sabido que las cifras de sobrepeso y obesidad entre la población infantil son alarmantes, y visto lo visto, poco se hace por remediarlo.

Somos cada uno de nosotros, de forma individual, los que debemos mejorar nuestra alimentación y la de nuestros hijos, siendo imprescindible reducir a mínimos el consumo de azúcares añadidos. Pero lo cierto es que no todos los adultos tienen los conocimientos sobre alimentación y nutrición necesarios para reconducir la dieta de la familia, y parte de responsabilidad recae en la industria alimentaria que se ha encargado de desinformar (por no decir engañar) a los consumidores con el objetivo de ver crecer sus cuentas.

Precisamente pensábamos en ello después de leer un mensaje en una infografía que os dejaremos a continuación porque seguramente os resultará muy útil, sea para vosotros o para compartir con alguien a quien le puede ayudar a tener algunas ideas para empezar a reducir el consumo de azúcares añadidos y a llevar una alimentación más saludable. El caso es que algunas personas que buscan alternativas a ciertos productos para reducir el consumo de azúcar cometen el error de recurrir a los productos ultraprocesados etiquetados como ‘sin azúcar’, ‘light’ o ‘zero’.

El dietista-nutricionista Aitor Sánchez lo explica así en su infografía: “Para evitar ingerir un exceso de azúcar durante el día, no es necesario recurrir a productos etiquetados como ‘sin azúcar’ o ‘light’. No siempre son propuestas saludables.” Esto quiere decir que sustituir las galletas normales por unas galletas del mismo o de otro fabricante, pero que en lugar de llevar azúcar contiene edulcorantes, no mejora la dieta ni permite reducir el umbral del dulzor que tiene el paladar, un paso por el que la mayoría de la sociedad debería pasar. La industria alimentaria se ha preocupado de producir productos alimenticios muy sabrosos y muy golosos con sus aditivos, alterando la sensibilidad de las papilas gustativas y provocando cierta dependencia hacia los productos muy palatables.

El caso es que esas galletas ‘sin azúcar’ siguen siendo un producto insano porque está fabricado con harinas refinadas, grasas de baja calidad, edulcorantes que afectan a la microbiota intestinal, etc. La realidad es que para mejorar la alimentación no sólo es necesario reducir el consumo de azúcar libre, también hay que eliminar todo lo posible el consumo de productos ultraprocesados.

Bajo estas líneas podéis ver la mencionada infografía titulada ‘Alternativas para reducir el azúcar que tomamos día a día’, y en la que Aitor Sánchez alerta sobre más cuestiones interesantes para todos, por ejemplo, ¿qué hay de cierto en esa creencia de que hay que comer algo de azúcar para proporcionárselo al cerebro, que la necesita? Pues nada, lo que se necesita es glucosa, y ésta se puede obtener de diversas fuentes de hidratos de carbono naturales y saludables, como la fruta.

A modo de resumen, hace una clasificación de fuentes de hidratos de carbono que debemos priorizar en la dieta, como son las frutas, las verduras, las legumbres, las hortalizas y los tubérculos, y fuentes de hidratos de carbono evitables, y éstas son los dulces, la bollería, el azúcar de mesa, los refrescos, los zumos y otras bebidas azucaradas. Conociendo esta información, muchas personas son incapaces de saber qué pueden desayunar o merendar, qué tomar como tentempié a media mañana, qué dar a los niños para que desayunen antes de salir de casa o en la escuela… Y que sigan sin introducir la asignatura de nutrición en las escuelas…


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En muchas familias, el consumo de productos alimenticios con azúcares añadidos provoca que la ingesta diaria de este elemento sea muy superior a la recomendada, puede rondar los 100 gramos de azúcar/día más fácilmente de lo que parece. Mirad en la etiqueta cuánto azúcar contienen las galletas o los cereales del desayuno, la bebida chocolateada, un pequeño brick de zumo, el kétchup industrial que le ponen a las patatas, el flan, el yogur o las natillas del postre, la bollería de la merienda, más el de esa ‘chuche’ extra, las galletitas saladas que se picotean antes de cenar, el helado que ahora en verano no se puede perdonar…

Recordemos que la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que el consumo de azúcar sea inferior al 10% del total de calorías consumidas al día, pero también indica que si ese porcentaje se reduce al 5% se pueden producir beneficios adicionales para la salud. ¿Qué comer en el desayuno en lugar del zumo embotellado y las tostadas con mermelada? Pues unas tostadas integrales con aguacate y tomate, y ¿en lugar de la leche con cereales chocolateados? Pues la leche sin endulzantes con copos de avena integrales… no será porque no os damos ideas para hacer un porridge

En conclusión, para reducir el consumo de azúcares libres hay que evitar los productos ultraprocesados, los ‘alimentos’ que tienen etiquetas de ingredientes, y consumir muchas frutas y hortalizas, cereales integrales, frutos secos, pescados, carnes, huevos y otras fuentes de proteína frescas, salsas y aderezos elaborados con ingredientes saludables… Si no lo hacéis por vosotros y por vuestra familia, ¿quién lo va a hacer?

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