El mes pasado se dio a conocer una alerta sobre los alimentos transgénicos a través de la AAEM (American Academy of Environmental Medicine), esta academia solicita establecer de forma urgente una moratoria que frene por el momento el cultivo de este tipo de alimentos hasta que no se hagan los estudios correspondientes que determinen su seguridad a largo plazo, algo que ha sido solicitado desde hace años por varias organizaciones y laboratorios independientes.
La AAEM realiza un llamamiento a los especialistas sanitarios para que consideren la posibilidad de que los alimentos transgénicos puedan estar implicados en el desarrollo de algunas enfermedades y adviertan a sus pacientes sobre la necesidad de no comer ningún alimento modificado genéticamente. Del mismo modo, desde la academia se realiza un llamamiento para que se mantenga un seguimiento a aquellos pacientes enfermos que han dejado de comer alimentos transgénicos, para documentar posibles cambios en el organismo sobre los efectos de dejar de consumir este tipo de alimentos.
La American Academy of Environmental Medicine es una asociación internacional de especialistas médicos preocupados por la relación entre la salud y el medio ambiente, de ahí que hayan adoptado la posición de ser muy prudentes con los OMG. Esta academia indica que existen pruebas (estudios científicos) que determinan la posibilidad de que estos nuevos alimentos pueden suponer un riesgo para la salud. Un ejemplo que podemos citar es el post Los alimentos transgénicos pueden provocar infertilidad, en él conocíamos un estudio realizado por expertos de la Universidad de Viena en el que se concluía de forma científica la relación entre la esterilidad y la ingesta de una variedad de maíz transgénico denominado NK 603 x MON 810.
Es evidente que la alerta sobre los alimentos modificados genéticamente realizada por la AAEM no les va a hacer ninguna gracia a las grandes compañías biotecnológicas como Monsanto, cada vez son más los opositores de los alimentos modificados genéticamente en el país de los transgénicos. La academia indica, basándose en los criterios de Bradford Hill (especialista en ensayos clínicos y estudios epidemiológicos, conocido por demostrar la relación entre el cáncer de pulmón y el tabaco), que se da una clara relación entre el consumo de alimentos transgénicos y los efectos negativos para la salud. Esta relación viene dada por los numerosos estudios realizados con animales que determinan riesgos potenciales como la infertilidad, el envejecimiento acelerado, la disfunción y cambios en órganos como los riñones, el hígado, la alteración de la producción de insulina, etc.
La evaluación de la seguridad de los alimentos transgénicos se ha basado habitualmente en la equivalencia sustancial, es decir, un alimento modificado genéticamente es seguro cuando este es significativamente equivalente en composición y características nutricionales a un alimento tradicional, algo difícil de creer sabiendo que no presentan el mismo patrón genético. En el informe de la AAEM se citan diversos estudios relacionados con las posibles consecuencias negativas de los alimentos transgénicos para la salud, pero también se citan otros estudios que pretenden desmentir la productividad o rentabilidad de este tipo de alimentos. Se citan diversos ensayos que han puesto al descubierto que el nivel de productividad no es superior al que ofrecen los alimentos tradicionales, uno que nosotros podemos citar aparece en el post Los alimentos transgénicos no son tan productivos. Se trata de un estudio realizado por Universidad de Kansas en el que durante tres años se analizó la productividad de cereales modificados genéticamente y tradicionales, demostrando incluso que los primeros eran menos productivos.
La AAEM cree muy necesario aplicar el principio de precaución en los alimentos modificados genéticamente dado los riesgos alérgicos, toxicológicos, inmunológicos, fisiológicos o genéticos entre otros, dejar a un lado este tipo de alimentos hasta que no se realicen los estudios a largo plazo realizados por instituciones y organismos independientes o de carácter internacional. Además manifiesta que Estados Unidos debería actuar igual que la Unión Europea y no dar rienda suelta a cualquier alimento modificado genéticamente tal y como se está haciendo, un ejemplo sería el anuncio de la inminente comercialización del maíz transgénico tolerante a la sequía.
También hay que añadir los daños medioambientales que pueden ocasionar las producciones de alimentos transgénicos a causa del uso del glifosato, un ejemplo a citar es el documental sobre la soja transgénica o el estudio realizado por investigadores del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires en el que se concluye que el glifosato es muy tóxico para los seres humanos. Nuevos pesticidas y agentes agro tóxicos se desarrollan para ser utilizados exclusivamente con los OMG y también pueden representar un riesgo potencial para la salud humana.
Según la AAEM no se han realizado pruebas y estudios de rigor que determinen la seguridad de estos alimentos, en cambio, existen numerosos indicios que nos alertan sobre la necesidad de aplicar el principio de precaución.
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