Algunas personas pueden sufrir alergia al vino, concretamente a determinadas sustancias como la albúmina o la caseína presentes en esta bebida. Por eso, en la Unión Europea se ha adoptado una nueva normativa en la que a partir del 31 de mayo, todas las botellas de vino que se comercialicen en los países comunitarios deberán señalar la presencia de los mencionados compuestos para evitar que sean consumidas por quienes ya se definen como sufridores de alergia al vino.
La albúmina y la caseína son sustancias que se suelen utilizar como clarificantes, en el caso de la caseína, es una fosfoproteína que se encuentra presente en la leche y gracias a su gran poder decolorante se emplea para clarificar vinos blancos. Hay que decir que se emplean diversas sustancias para clarificar el vino, por ejemplo la bentonita, una arcilla mineral en cuya composición se encuentran presentes diversos minerales y unas propiedades muy específicas y curiosas, como es la capacidad de hincharse al entrar en contacto con el líquido, de ello hablábamos en el post sobre el vino kosher.
La albumina de huevo o también denominada avoalbúmina, se obtiene de la clara de los huevos, se trata de un clarificante que se suele utilizar en los vinos tintos de calidad agregando determinadas dosis en forma de polvo a las barricas previamente disuelto en agua.
Hace unos meses conocíamos que los productores vitivinícolas de Australia estaban crispados porque se había generado una polémica en torno a la ictiocola, producto que se obtiene de la vejiga del esturión y que también es empleado para la clarificación de vinos. Al parecer, las asociaciones de consumidores denunciaban que se debía incluir el uso de esta sustancia en las etiquetas de las botellas de vino y el motivo eran las posibles alergias que podían provocar en los consumidores, de ello hablábamos en el post Vinos elaborados con pescado.
Retomando la noticia sobre la nueva normativa para prevenir la alergia al vino y concretamente sobre sus componentes, los productores están preocupados porque son muchos los cambios que deben realizar y además, la entrada en vigor de esta y otras normas podrían causar confusión en los consumidores, sobre todo en aquellos que se inician en el mundo de los vinos. Por eso se solicita un aplazamiento de la normativa o en su defecto, que las advertencias sobre el contenido se puedan realizar a través de símbolos.
El caso es que los cambios previstos obligarían a los productores a indicar en las etiquetas el contenido de los mencionados ingredientes en diferentes idiomas, información que se mostrará junto al contenido en sulfitos o anhídrido sulfuroso, sustancia que también puede producir alergia y que habitualmente se encuentran en reducidos niveles y de forma natural en el vino. Sin embargo, los productores suelen añadir más cantidad de este compuesto para una mejor conservación del vino, de ahí la obligación de incluir su presencia añadida en la etiqueta, de ello hablábamos en Vinos con sulfitos.
Los cambios no acabarían aquí, al parecer, a partir del próximo 1 de agosto se aplicarán nuevas reglas sobre el etiquetado, por eso los productores muestran su inconformidad y argumentan, entre otras cuestiones, un significativo encarecimiento de las etiquetas. La OIV (Organización Internacional del Vino) también ha solicitado un aplazamiento, aunque en este caso a la espera de un estudio que se está realizando para conocer realmente cuáles son los riesgos para el consumidor frente a la caseína y la albúmina.
Posiblemente el argumento buscado sea similar al del caso australiano, según los bodegueros de Australia, la cantidad de ictiocola que utilizan es insignificante, un par de cucharadas de este producto en cada uno de los tanques de fermentación, con lo que no es necesario incluir la información.
Hay que decir, que al margen de que sea o no perjudicial el contenido de cualquiera de las sustancias mencionadas, los consumidores tienen derecho a conocer el contenido exacto de cualquier producto, sobre todo si presenta sustancias que no son propias de él, indistintamente de la cantidad utilizada.