COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) acaba de dar a conocer una denuncia en la que se afirma que la filial de hipermercados Alcampo, etiqueta aceite de oliva refinado como aceite de oliva virgen extra. Por supuesto, Alcampo declara que se trata de un error de etiquetado y que el aceite en cuestión ha sido retirado, algo que es difícil de creer según COAG, ya que la retirada del aceite se produjo tras la visita de los inspectores de la Junta de Andalucía, el producto todavía debe ser analizado y los datos serán facilitados en breve.
Alcampo etiqueta aceite de oliva refinado como aceite de oliva virgen extra, pero podría no ser el único distribuidor que ha estado comercializando un aceite cuya calidad no se ampara bajo la etiqueta que lo identifica. Recordemos el post sobre el Aceite lampante, en él podíamos leer que este tipo de aceite no es apto para el consumo humano por sus pésimas cualidades, por ello y con el fin de aprovechar al máximo el producto, este aceite es refinado, es decir, pasa por una refinería donde lo desproveen de todas aquellas características indeseables, el resultado es un aceite que no tiene aroma ni sabor y sus cualidades organolépticas son muy poco apreciables.
El cometido del aceite de oliva refinado es mezclarlo y comercializarlo como aceite de oliva a secas, se trata de un aceite obtenido a partir de la mezcla de un aceite refinado (antes lampante) con un aceite de oliva virgen o virgen extra en una proporción de de 80/90% y 20/10% respectivamente. Es decir, el mencionado aceite de oliva a secas contendría como máximo un 20% de aceite de oliva virgen o virgen extra y su función sería la de aportar algo de sabor, aroma y color al aceite obtenido a partir del proceso del refinado.
En su momento, en el mencionado post sobre el aceite lampante, indicábamos que se podían producir casos de fraude en los que los consumidores adquirían aceite de oliva virgen o virgen extra siendo en realidad un aceite de oliva a secas, la diferencia entre estos aceites es abismal. No sabemos si se trata de un error o un fraude, pero sería una buena oportunidad para empezar a analizar de manera exhaustiva los aceites que se comercializan bajo la marca de las cadenas de distribución, quizá esa sea la respuesta por la que las marcas blancas de aceite de oliva pueden llegar a ofrecer sus aceites mucho más baratos. Recordemos que actualmente las marcas blancas dominan el sector del aceite de oliva acaparando nada menos que un 65% de la cuota total de mercado.
Precios tan reducidos para este producto, fácilmente inducen a la sospecha, como ya indicamos en su momento, existen controles para evitar un etiquetado incorrecto de este tipo de mezclas, pero ¿quién nos asegura que son controles efectivos y que de algún modo no logran ser burlados?
Con respecto al aceite de oliva mal etiquetado de Alcampo y el supuesto error, los análisis confirmarán si se trata de una única partida o son varias, en este último caso se demostraría que no se trata de un error y que el fraude al consumidor se ha consumado, vendiendo aceite de oliva a secas (refinado en su mayoría) como aceite de oliva virgen o virgen extra.
La coordinadora indica que se detectaron garrafas de 3 y 5 litros de aceite de la marca Auchan (Alcampo) con la descriptiva aceite de oliva virgen extra, curiosamente en la misma etiqueta ofrecía información sobre el contenido indicando que el aceite procedía de un tratamiento de refinado y de aceites obtenidos a partir de la primera prensada de las aceitunas, o sea, aceite de oliva a secas, ¿error o intencionalidad de confundir al consumidor?. En todo caso, la etiqueta tampoco cumple la normativa europea que diferencia cada variedad de aceite. Quizá es un error con intencionalidad para que en el momento de descubrirse el fraude se pueda argumentar tal error.
En fin, no tardaremos mucho en conocer la respuesta, pero de momento, el aceite en cuestión ha entrado en la Red de Alertas al Consumo.
Foto 1 | Pizzodisevo