Hoy os queremos enseñar una forma de hacer las alcachofas cocidas que nos da muchas posibilidades y además nos ayuda a conservar sus virtudes, destacar también que esta técnica nos permite ahorrar mucho tiempo en la cocina. Es tan sencillo como cocer las alcachofas sin pelar, pudiendo hacerlo en abundante agua hirviendo o al vapor.
Las alcachofas cocidas de este modo nos da como resultado una alcachofa lista para comer tan sólo retirando las hojas externas y pelando el tallo. Esta forma de cocción nos permite también que la alcachofa no se ennegrezca, pues como bien sabemos, mientras vamos pelando las alcachofas para cocinarlas, si no se ponen en agua con limón, con perejil o se utiliza otro truco para evitar la oxidación, el color crema y verde que los corazones de alcachofa poseen, termina ennegrecido.
Evitamos también tener que pelar las alcachofas en crudo, tarea que no suele agradar a los cocineros, entre otras cosas porque también nos tiñen las manos de negro. Pelar las alcachofas una vez cocidas es muy sencillo, las hojas externas casi se desprenden solas, y el tallo queda super tierno.
Obviamente, esta técnica para cocinar las alcachofas sirve para determinadas elaboraciones con este vegetal, una vez peladas ya están listas para degustar, pero también se pueden hacer otras recetas con ellas, una marinada, confitarlas, marcarlas a la plancha, rebozarlas, triturarlas para hacer una crema o mezclarlas con otros ingredientes para hacer unas croquetas… las opciones son múltiples, tantas como las posibles formas de degustar unas buenas alcachofas.
El tiempo de cocción que necesitan unas alcachofas enteras variará dependiendo de lo frescas que estén y de su tamaño, también de lo blanditas que las queramos, pues si después se quieren marcar en la plancha convendrá que estén más enteras.
La forma de cocinar las alcachofas es así de sencilla, ponemos abundante agua en una olla y cuando entre en ebullición añadimos un poco de sal (opcional, se pueden aderezar después) y las alcachofas, las dejamos cocer a fuego lento unos 20-30 minutos. Después apagamos el fuego y dejamos que se enfríen, aunque también se pueden cocer unos minutos más y retirarlas para evitar que absorban mucha agua, las dejamos escurriendo y que pierdan un poco de calor antes de pelarlas.
Las alcachofas hechas así quedan deliciosas, es una especie de papillote en que sus propias hojas son su abrigo. ¡Pruébalas!