Al parecer, en el país galo acaban de dar luz verde al cultivo de la variedad de uva blanca albariño que se produce en Galicia y Portugal. La primera producción se realizará en el departamento de Hérault, situado en la región de Languedoc-Rosellón y cuya capital es Montpellier. De las viñas que se cultivarán en un par de meses, se obtendrá el primer albariño francés, con el que el país vecino competirá con los albariños producidos en Galicia, claro que no en el mercado nacional, sino en el internacional, probablemente en Estados Unidos, país que acapara el 60% de las exportaciones de vino albariño con Denominación de Origen Rías Baixas.
Paralelamente hay que destacar que Nueva Zelanda también ha cultivado esta variedad de uva y recoge su primera cosecha, es decir se producirá vino albariño que entrará a competir e intentar conquistar cota del mercado de este segmento de vinos. Un vino Albariño francés, Albariño neozelandés y quizá en un corto plazo de tiempo aparezcan nuevos cultivos de la uva en otros países.
Parece ser que los productores gallegos no están asustados por la internacionalización del vino Albariño, tampoco les asusta que los nuevos vinos puedan ser más baratos y por tanto más competitivos, ante estas expectativas, lo más importante es la calidad y la identidad como parte de la estrategia para hacer frente a los nuevos vinos, al menos así se indica en la publicación digital de La Voz de Galicia.
Hablando del vino Albariño neozelandés, hay que destacar que los vinos del Nuevo Mundo logran penetrar en el mercado y escalar puestos, la crisis económica puede ser un factor determinante para que los albariños más baratos de otros países puedan introducirse con más facilidad en el mercado. Por fortuna, hay que recordar que el albariño francés no podrá ser etiquetado con la D.O Albariño. El gerente de Condes de Albarei (bodega situada en el Valle del Salnés y referencia obligada cuando se habla de la D.O. Rias Baixas, recordemos que el Albariño Condes de Albarei 2009 fue galardonado con el Bacchus de Oro 2010), indica que es normal que el éxito de la variedad de uva provoque que sea llevada a Francia, uno de los principales productores de vino del mundo.
Xavier Zas apuesta por la vinculación entre la uva y su origen fortaleciendo la marca, estrategia necesaria teniendo en cuenta que es más notoria y conocida la variedad de uva que la marca Rías Baixas. Como decíamos, no parece haber preocupación, ¿o quizá si?, hay que tener en cuenta que para potenciar la marca y afianzar la vinculación entre variedad y origen, es necesario realizar una importante inversión, y tal y como está la situación económica será un esfuerzo titánico.
Los bodegueros gallegos indican que Francia intuye un filón comercial con la variedad y que posiblemente elaborarán un producto distinto, en nuestra opinión, las intuiciones hay que dejarlas a un lado, la apuesta podría ser elaborar un vino que se asemeje al tradicional Albariño y que se realice una gran campaña de marketing para imponer el nuevo vino y su nueva marca como una alternativa al Albariño.
Sí, de acuerdo, el terruño es distinto, el clima, la recogida de la uva, pero el producto final será lo que contará para muchos consumidores de otros países. En Estados Unidos el vino francés tiene un gran prestigio y el nicho de mercado del Albariño de Francia podría entorpecer la exportación de albariño gallego… ya veremos.
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