El arte es algo muy confuso para la mayoría, dar respuesta a qué es el arte resulta cada vez más complejo, pero vamos a lo fácil, la RAE dice: “Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros”, entonces no hay nada que juzgar, hay arte que gusta y arte que no gusta, o como suele decirse, no se entiende. A todos nos ha pasado alguna vez, y ahora, con la creciente tendencia de mostrar la parte artística de la gastronomía aún más, pues es la disciplina que nos atrae.
Todo esto viene porque hemos conocido una próxima exposición de arte gastronómica que no entendemos, y queremos compartirlo con vosotros a ver qué os parece. Con el título ‘Al Vapor, en torno al arte y la gastronomía’, ayer tuvo lugar una actividad en la explanada del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Se definió como una acción artística centrada en la emergencia de la gastronomía como fenómeno cultural contemporáneo.
La acción artística se basaba en la elaboración y servicio de más de 200 kilos de clóchina valenciana cocinada por el chef del Restaurante La Sucursal, invitando a su degustación a todo el que se acercara a las puertas del IVAM, es decir, se ofreció una ‘clochinada popular’. Se recogieron todas las valvas de estos mejillones mediterráneos para proceder a higienizarlos, y después pasarán a manos del escultor Evarist Navarro, con ellas y con dos toneladas de barro de gres realizará una serie de piezas o esculturas.
Estas esculturas, junto a la filmación y fotografías de la acción anterior (clochinada), y la composición de una mesa de comedor realizada por Paloma Tárrega (especialista en decoración de mesas), serán una exposición en una sala del museo valenciano hasta el próximo 9 de noviembre de 2014.
Hasta aquí sorprende ¿verdad?, ahora veamos la finalidad de esta acción y cómo describen la exposición ‘Al Vapor. El Arte y la Gastronomía’ sus creadores:
“Al Vapor pretende incitar a reflexionar sobre los vínculos entre arte y gastronomía, en un debate que se intensificó a raíz de la elección de Ferrán Adrià como artista en la Documenta de Kassel de 2007, generando una fuerte controversia sobre la naturaleza artística de la creación culinaria.
La performance prevista confrontará, precisamente, una comida popular con un escenario de alta retórica culinaria y artística en el interior del IVAM, del mismo modo que profesionales de la gastronomía se trasladarán al ámbito de la creación artística incluyendo la propia materia prima.
Al Vapor pretende generar todas las confrontaciones posibles entre el arte y la gastronomía, poniendo en evidencia la ambigüedad de los conceptos artísticos, el trasvase de sujetos y actividades entre un mundo y otro, muchas veces a través de exploraciones fronterizas como las que cocineros, como el citado Adrià o el británico Heston Blumenthal han llevado a cabo con la dislocación de la memoria sensorial a través del gusto y los aromas.
La alta cocina, convertida hoy en un auténtico fenómeno mediático, ha conseguido situarse en primera línea de la actualidad creativa, y desde esa óptica parece reclamar un reconocimiento mayor al que le otorgan los aficionados gourmands. La polinización entre ambos mundos parece cada vez mayor, y así, mientras artistas como Sandro Chia o el arquitecto Rafael Moneo se dedican a la enología profesional, cocineros como Adrià exponen en museos de arte contemporáneo norteamericanos sus dibujos de composición de platos, o recubren sus creaciones de filosofía estética como Andoni Luis Aduriz, Marc Veyrat o Ángel León”.
Según el comisario de la exposición, Juan Lagardera, con ella no pretenden dar respuestas, sino crear mayor confusión en torno al arte, y lo hacen, como bien comentan, con el fenómeno en el que se ha convertido la gastronomía y aprovechando que hay muchos cocineros que ejercen de artistas, no por lo que cocinan, sino por lo que crean en torno a la gastronomía. ¿Eso es arte?
