La EFSA (Autoridad Europea de Seguridad de los Alimentos) ha anunciado que avala el aumento de los niveles de aflatoxinas en determinados frutos secos indicando que no existe ninguna complicación para la salud humana. El informe realizado se encuentra sujeto a la intención de la Comisión Europea de elevar los actuales límites máximos de aflatoxinas para facilitar el comercio internacional. Se pretende aumentar el valor en 6 microgramos por kilo, pasando de los 4 actuales a los 10 microgramos.
Curiosamente, también hemos podido conocer que la EFSA pretende lanzar un nuevo proyecto para determinar la relación entre el cambio climático y el incremento de las aflatoxinas en los cereales. El aumento de las temperaturas propicia la proliferación de los hongos responsables de este tipo de toxinas cancerígenas, por eso se intentarán construir modelos de predicción basados en distintos escenarios de cambio climático. La EFSA, y concretamente su Unidad de Riesgos Emergentes, indica que el aumento de las aflatoxinas es un motivo de preocupación y deben realizarse estos estudios ante posibles casos de contaminación en un futuro próximo.
La verdad es que no se entiende, se aumenta el límite de aflatoxinas en pro del comercio internacional elevando por tanto el riesgo para los seres humanos, se indica que este aumento no supondrá ningún problema, pero estamos hablando de un aumento de más del doble del índice actual. Pero para entrar en materia, será mejor saber que son las aflatoxinas.
Las aflatoxinas son sustancias tóxicas generadas por diferentes especies de hongos que aparecen en distintos cultivos que se encuentran expuestos a altas humedades durante bastante tiempo o por el contrario están sufriendo sequías severas, condiciones que se dan en países con climas húmedos y cálidos. Los cultivos afectados por los hongos comprenden cereales, especias, oleaginosas, etc., cuanto más propicias son las condiciones, mayores son los niveles de aflatoxinas. Si estuviéramos expuestos a altos niveles de esta toxina, podríamos sufrir un cáncer de hígado, cirrosis, alteraciones del sistema digestivo y de la metabolización de los nutrientes, etc., es tan peligrosa que dicha toxina se produjo para ser utilizada como arma biológica.
Dentro de las aflatoxinas existen diferentes tipos de aflatoxinas con distinta toxicidad y peligrosidad, en Wikipedia podemos conocer con más detalle cada variedad y los problemas a los que se encuentran asociados.
Aumentar los niveles de un elemento peligroso en pro del comercio internacional es anteponer los intereses económicos a los intereses saludables, algo a lo que parece tenernos acostumbrados la Comisión Europea. Hubiéramos entendido perfectamente que la Autoridad Europea de Seguridad de los Alimentos hubiera reducido el contenido de esta toxina en pro de la seguridad alimentaria, ya que en teoría se deben establecer valores de seguridad óptimos y no buscar la frontera de la peligrosidad con tal de poder avalar las intenciones de la CE de facilitar el comercio.
Como sabemos, el cambio climático y el calentamiento de la tierra son un hecho y posiblemente los niveles de esta toxina sean más significativos que hace unos años, de ahí que la CE pretenda elevar sus valores. Qué más da si los cereales o los frutos secos que se importen envenenan, podremos disfrutar de una economía próspera y se mantendrán los negocios. El calentamiento del planeta prosigue y posiblemente los valores de aflatoxinas aumenten significativamente, veremos qué ocurre en unos años. Por cierto, los adultos tenemos una gran tolerancia y resistencia a estas sustancias tóxicas, algo que no ocurre con los niños.
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