Como ya comentamos aquí, por primera vez en la historia de las conferencias sobre el clima, la atención se ha centrado de manera significativa en la relación entre la agricultura, la alimentación y la acción climática. El pasado 1 de diciembre, 134 líderes mundiales suscribieron una declaración pionera, hablamos del acuerdo histórico en la COP28 para abordar las emisiones derivadas del sistema agroalimentario. El objetivo es trabajar para reducir las emisiones derivadas de la agricultura, a la vez que se buscará mejorar la seguridad alimentaria y salvaguardar los medios de vida de los agricultores.
En la Declaración de los EAU (Emiratos Árabes Unidos) sobre agricultura sostenible, sistemas alimentarios resilientes y acción climática, se ha marcado un hito para un sector que históricamente ha sido subestimado en las reuniones de la COP, y eso a pesar de contribuir con hasta en un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Los investigadores consideran muy necesario abordar la alimentación y la agricultura para poder alcanzar los objetivos del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a un valor de entre 1’5°C y 2°C, algo que se puso sobre la mesa en la reunión.
En el compromiso suscrito por los líderes mundiales se incluye el aumento de la asistencia a los agricultores para que puedan adaptarse a los nuevos modelos productivos, a la promoción de la seguridad alimentaria, al apoyo a los trabajadores agrícolas y a una mejora de la gestión del agua (algo que se ha solicitado en muchas ocasiones en celebraciones como el Día Mundial del Agua), además de trabajar para la reducción de las emisiones agrícolas.
En la reunión se ha apuntado la necesidad de incorporar la agricultura en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, es decir, en las reducciones previstas de las emisiones de gases de efecto invernadero, en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, así como poner en marcha planes de adaptación nacionales y otras estrategias climáticas. No hay que olvidar que el sistema alimentario global y su industria agrícola, podrían causar tanto calentamiento global como el de la actividad humana, así se concluía en este estudio realizado por expertos del Departamento de Ciencias Ambientales y de la Tierra de la Universidad de Columbia (Estados Unidos).
En la declaración hay un compromiso para acelerar y escalar innovaciones científicas siempre basadas en las evidencias, y en este caso, también se incluirá el conocimiento local e indígena con el propósito de impulsar la productividad agrícola sostenible. Sin embargo, hay que decir que según los movimientos ambientalistas, no se abordan algunos aspectos que resultan cruciales, como la necesidad de reducir el consumo de carne y productos lácteos en los países desarrollados o trabajar en la optimización del uso de la tierra en el marco de la producción de alimentos con el objetivo de combatir la pérdida de biodiversidad y restaurar los ecosistemas.
En este sentido, merece la pena retomar la lectura de este post en el que hablábamos de una investigación en la que se concluía que era posible duplicar la producción alimentaria, ahorrar agua y aumentar la capacidad de almacenaje de carbono. Otro estudio destacado y que recomendamos leer es el realizado por expertos de las universidades de Cambridge, Pekín y Harvard, en el que se concluía que la reubicación de las tierras de cultivo podría revertir el impacto ambiental.
En respuesta a la declaración, algunos expertos expresan su optimismo al ver la inclusión destacada de la alimentación y la agricultura en la agenda a gran escala, elogiando además el reconocimiento de los desafíos continuos de la inseguridad alimentaria y la situación de los pequeños agricultores ante el cambio climático. Sin embargo, hay que mostrar cierto escepticismo, veremos si los acuerdos se materializan o simplemente se quedan en el papel.
En la reunión de la COP se ha anunciado una asociación entre los Emiratos Árabes Unidos y la Fundación Bill y Melinda Gates, que destinará 200 millones de dólares con el objetivo de acelerar el desarrollo de innovaciones que beneficiarán a los pequeños agricultores en regiones como el África subsahariana y el sur de Asia, considerando que esta ayuda les permitirá adaptarse al cambio climático. Bill Gates ha instado a los países participantes en la reunión a cumplir su compromiso de duplicar la financiación para la adaptación para el año 2025, incluyendo el apoyo al objetivo de recaudar 4 mil millones de dólares de fondos para el CGIAR, un consorcio de centros de investigación que trabaja en el aumento de la seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza rural, la mejora de la salud y la nutrición humana y garantizar el uso sostenible de los recursos naturales.
Parecen buenas noticias, un primer paso en la COP28, que marca un avance crucial al reconocer la intersección entre los sistemas alimentarios, la agricultura y el cambio climático, algo que varios investigadores han destacado a lo largo de los últimos años. En la declaración se señala la necesidad urgente de abordar los desafíos mencionados para lograr los objetivos del Acuerdo de París, además de construir un sistema alimentario global resistente y sostenible para las próximas décadas.
A través de la página oficial de la COP28, podréis conocer más detalles sobre los objetivos y acuerdos alcanzados.
Foto | Jordi Payà