Hace más de un año que se presentó el Plan de Acción para la Reducción del Consumo de Sal y Prevención de la Hipertensión Arterial, y hoy mismo, la Ministra de Sanidad Trinidad Jiménez y el Presidente de AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, han presentado las actuaciones del Plan de Reducción del Consumo de sal, empezando por la reducción de un 20% del contenido en sal de los productos elaborados por la industria alimentaria y de distribución, a razón de un 5% al año.
El pasado año se calculaba que cada español ingería una media de 8 gramos de sal diaria, cuando las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud) son de consumir 5 gramos de sal por persona y día. Después de algunos estudios y encuestas realizadas, se estima que los españoles consumimos una media de 9’8 gramos de sal al día, una cifra aún más alarmante y con unas consecuencias que pueden ser nefastas.
El 35% de la población está afectada por la hipertensión, cifra que casi se duplica si se habla de personas mayores de 65 años. No se quiere el mismo futuro para los jóvenes de hoy, así que una de las soluciones pasa por la de acordar con la industria alimentaria y de distribución (marcas blancas), que dentro de las actuaciones del Plan de Reducción del Consumo de Sal, desde este año y hasta el año 2014 se reduzca un 20% el contenido de sal de los alimentos preparados, así se evitarían miles de accidentes cardiacos y cardiovasculares.
También quieren involucrar a los establecimientos de restauración y a los comedores escolares en esta actuación, por fortuna no les van a prohibir el uso en los restaurantes como sucedía en Nueva York. Es evidente que el abuso del consumo de sal es negativo para la salud, pero también puede ser un riesgo si se reduce la sal en los alimentos en los que ésta actúa como conservante.
Evidentemente, lo ideal es distribuir la sal de forma inteligente, y quien ahora tiene que trabajar en ello es la industria alimentaria, que nos proporciona hasta el 75% de sal oculta en sus preparados, en la cocina y/o después en la mesa, los consumidores incorporamos aproximadamente un 20% de la sal que ingerimos.
La AESAN nos recuerda el éxito obtenido en el sector de la panadería cuando se consiguió reducir el contenido de sal en el pan en menos tiempo del estipulado y además se redujo un poco más de lo pactado, demostrando que la forma paulatina de hacerlo no fue percibida por el paladar de los consumidores, esto además adquiere gran valor si se está reeducando el paladar a una alimentación con menos sal, aunque como el pan es algo que suele combinarse con otros alimento, no las tenemos todas de que esto sea así.
Por el momento, y mientras la industria se pone en marcha, se va a lanzar una campaña de información para la población a través de la prensa y la distribución de folletos bajo el logo ‘Plan de reducción del consumo de sal. Menos sal es más salud’, la web oficial de AESAN también nos mantendrá informados de las actuaciones y de la respuesta a la propuesta de que estas medidas se hagan efectivas dentro del marco de la Unión Europea.
Foto | The Giant Vermint