Según un informe elaborado por investigadores de la Universidad de Queen (Irlanda del Norte) y publicado en Comprehensive Reviews in Food Science and Food Safety, una de las principales revistas de ciencias de la alimentación, el fraude de la leche es uno de los problemas más graves a los que se enfrenta la industria láctea, siendo los países en desarrollo los que más están sufriendo sus consecuencias.
Según el informe, la actividad fraudulenta con la leche es el resultado de la creciente demanda y los bajos precios a los que se cotiza, los expertos explican que el alto valor nutricional de la leche y su relativo bajo coste en comparación con otras fuentes de proteínas, han hecho que este alimento sea muy importante en la dieta de muchas poblaciones de todo el mundo. Dado que la demanda crece de forma incesante, el riesgo de fraude se incrementa al mismo nivel, lo que deriva en un impacto sobre la nutrición y la seguridad alimentaria a nivel mundial.
Para el estudio, los investigadores se centraron en los incidentes y fraudes detectados en relación a la leche en países como China, Pakistán, India o Brasil, los fraudes más habituales detectados son la adulteración con agua, el uso de leche en polvo, aceites vegetales, azúcar, peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), urea mezclada con agua, melamina y sosa cáustica (neutralizador de la acidez de la leche). Según las conclusiones, el fraude en estos países se realiza por uno de estos dos factores, el ánimo de lucro o la posibilidad de que se realicen intentos mal informados para mejorar las condiciones higiénicas de la leche, aunque posiblemente la primera causa sea la principal.
Los autores del estudio comentan que la leche es una de las materias primas de mayor riesgo y mayor preocupación por las actividades fraudulentas que se llevan a cabo para obtener beneficios económicos, pues con ella, los autores de estas prácticas pueden aumentar de forma significativa los riesgos en la seguridad alimentaria y provocar la disminución de la calidad y el aporte nutricional, ya sea a través de la adulteración intencionada o por negligencia, falta de conservación, deficientes instalaciones de refrigeración, deficientes condiciones higiénicas, etc. Los últimos escándalos relacionados con el fraude de la leche muestran que este alimento se puede adulterar hasta tal punto que se convierte en un alimento altamente tóxico para la salud.
Claro, que hay diferencias entre el fraude de la leche que se comete en los países indicados y los que se llevan a cabo en el mundo occidental, en este último caso se evita que sea un producto tóxico y principalmente se comete fraude por el beneficio económico. En España se pueden citar casos como la denuncia realizada hace algunos años por Asaja (Asociación de Jóvenes Agricultores de Castilla y León), por la entrada de leche concentrada de origen francés, es decir, leche a la que se extrae una buena parte de su contenido en agua y así se reducen costes en el transporte. Un camión cisterna puede llevar hasta tres veces más cantidad de leche en estas condiciones, una vez en el destino basta con reincorporar la cantidad de agua extraída para obtener la “leche pura de vaca” para la comercialización.
Según los investigadores, en Occidente la preocupación por los fraudes relacionados con la leche es mucho menor, la razón es que la Unión Europea cuenta con los más altos estándares de seguridad alimentaria de todo el mundo, por lo que los casos de fraude con este alimento son mínimos. Bueno, quizá con la leche no son tan sonados, pero muchos productos están sujetos al fraude y continuamente aparecen escándalos alimentarios, es posible que los estándares de calidad sean elevados, pero el problema es que se burlan de ellos. Se pueden citar casos recientes como el uso del sustituto artificial del queso, los productos a base de carne con etiquetas fraudulentas, el fraude de las especias y hierbas secas del Reino Unido, y así un largo etcétera.
Volviendo a la leche, merece la pena recordar que según un informe del Parlamento Europeo, la leche se encuentra entre los 10 productos de mayor riesgo de fraude en la Unión Europea, por lo que se puede discrepar de la conclusión a la que han llegado los investigadores sobre la preocupación del fraude de la leche en Europa.
Al margen de esta cuestión, el estudio sobre el impacto del fraude de la leche en la nutrición y la seguridad alimentaria, con especial énfasis en los países en vías de desarrollo, resulta bastante interesante, proporcionan datos sobre la tendencia mundial en la producción de leche total y su consumo, los métodos que se suelen utilizar para detectar los fraudes, los casos de fraude más significativos que se han llevado a cabo en los países en vías de desarrollo, etc.
A través de este artículo en Comprehensive Reviews in Food Science and Food Safety, podréis conocer todos los detalles de esta investigación.
Foto | Beije
1 comentarios
Pues al igual que han hecho con las aceiteras en España, que tienen que venir en botellas irrellenables, una medida dictada por la Comunidad Europea que no tiene ni idea de los aceites y además que los de las aceiteras son el 1% de todo el aceite que se utiliza en bares y restaurantes, pregunto ¿y el de las patatas fritas, el pescado, la fritura, los huevos, la mahonesa,… Pues como decía, yo propongo que la leche venga en bricks de café cortado (pequeñito), café con leche (un poquito más), Café con leche en vaso (un poquito más)… y así hasta los 750 cc que toman en Alemania. En cada mesa habrá un instrumento adecuado para calentar la misma, si es necesario.