Hace un par de años hablábamos de la iniciativa de Upcycled Food Association, organización que creó la primera marca de certificación del mundo para alimentos y bebidas con ingredientes reciclados con el objetivo de concienciar a los consumidores de que, tras cada producto alimenticio reciclado hay numerosos beneficios, como la reducción del desperdicio alimentario, la reducción del impacto climático o la promoción de una economía circular, entre otros.
Esta organización define los alimentos reciclados como aquellos productos en los que se han utilizado ingredientes que no habrían sido destinados al consumo humano, pero con determinados procesos se pueden volver a utilizar brindando un impacto positivo a nivel nutricional y medioambiental. Ahora bien, es necesario realizar una pregunta, ¿aceptan los consumidores los alimentos reciclados?, para responderla, un grupo de expertos ha llevado a cabo una revisión de 37 estudios sobre este tema y los resultados muestran las complejidades que rodean la aceptación de los alimentos reciclados.
El reciclaje de alimentos se perfila como una parte de la solución contra la problemática del desperdicio de alimentos, recordemos que según los estudios, hasta un tercio de los alimentos que se producen en el mundo acaba siendo desechado, lo que supone un enorme despilfarro de recursos, tiempo, dinero, etc. Como decíamos, los beneficios asociados a los alimentos reciclados son evidentes, pero su aceptación entre los consumidores no está generalizada.
Los investigadores han analizado la percepción de los consumidores de Europa, América del Norte, América del Sur, Asia, África y Oceanía, en relación a diferentes tipos de alimentos reciclados procedentes de los subproductos de frutas y verduras, de cereales, de carne y de la elaboración del vino, un gran abanico de productos a fin de determinar con más precisión el grado de aceptación.
Por cierto, es interesante retomar la lectura del proyecto PROSPARE, cuya finalidad era elaborar helados utilizando proteínas obtenidas de desperdicios cárnicos, o la novedad que presentó Arbion y que permitía convertir los desechos de la madera en proteínas para la alimentación humana. También será interesante conocer más acerca de la empresa canadiense Comet Biorefining, dedicada a la transformación de residuos agrícolas en edulcorantes y fibra para productos alimenticios, de ese modo se puede tener una idea más clara del concepto alimentos reciclados.
Según la revisión, en varios estudios se señalan problemas como la neofobia, término que se utiliza para describir el miedo o aversión hacia lo nuevo o lo desconocido y que en el contexto de la alimentación hace referencia a la resistencia o aversión que algunas personas tienen hacia la inclusión de nuevos alimentos en la dieta. En la documentación científica también se destaca que la conciencia sobre el desperdicio alimentario se relaciona positivamente con la aceptación de los alimentos reciclados.
Como comentábamos, existen diferentes aspectos que influyen en la aceptación o rechazo de este tipo de alimentos, factores demográficos, el género o la edad, y hablando de edad, los expertos apuntan que en algunos estudios los baby boomers (generación de personas nacidas entre mediados de la década de 1940 y mediados de la década de 1960) muestran mayor disposición a probar alimentos reciclados, mientras que en otros estudios son los consumidores más jóvenes los que tienen mayor predisposición a consumir alimentos reciclados.
La educación, los ingresos y la procedencia del consumidor son factores que no son tan determinantes en la disposición a comprar alimentos reciclados, los expertos comentan que los resultados en los estudios analizados son variables. Otra cuestión es la falta general de conocimiento sobre los alimentos reciclados entre los consumidores, se destaca que el nivel de comprensión varía ampliamente, desde un 10-15% en el Reino Unido, hasta un 35% en Turquía. En este sentido hay que destacar que Italia lidera la concienciación con un 61% de consumidores que tienen una comprensión sólida del concepto de valorización de residuos, es decir, dar un nuevo valor o utilidad a los residuos, convirtiéndolos en recursos valiosos en lugar de simplemente desecharlos. En el contexto de alimentos reciclados, la valorización de residuos implica aprovechar subproductos o alimentos que de otro modo podrían ser desperdiciados y proporcionarles una nueva vida útil.
Los investigadores explican que han identificado tres categorías de factores clave que influyen en la aceptación de los alimentos reciclados, características sociodemográficas, psicográficas (características psicológicas, actitudes, valores, intereses, estilos de vida y comportamientos), y del producto. Los factores más importantes que influyeron en la aceptación de los consumidores fueron el género, el nivel educativo, la neofobia alimentaria (tecnológica), la conciencia ambiental, la conciencia sobre el desperdicio de alimentos y la inclusión de logotipos, etiquetas y certificaciones.
Se apunta que si se proporciona información a los consumidores sobre las contribuciones positivas de los alimentos reciclados a la salud, la nutrición, la sostenibilidad, la reducción del desperdicio de alimentos y la economía circular, aumenta la aceptación de los consumidores. Los resultados obtenidos pueden contribuir en la mejora de las prácticas de promoción para el consumo de los alimentos reciclados. Lo cierto es que el estudio no hace más que proporcionar una visión completa de las complejidades que rodean la aceptación de este tipo de alimentos, y parece evidente que cada una debe tratarse de forma individual.
El estudio que podéis consultar en este artículo publicado en la revista científica Food Quality and Preference es muy completo e informa detalladamente de todos los procedimientos que han utilizado los expertos para poder contestar a la pregunta inicial, o al menos tener una idea más clara sobre el grado de aceptación de los alimentos reciclados.
Foto 1 | USDAgov
1 comentarios
Esta organización define los alimentos reciclados como aquellos productos en los que se han utilizado ingredientes que no habrían sido destinados al consumo humano, pero con determinados procesos se pueden volver a utilizar, la esplicacion del concepo es tan vago que da pie a cualquier interpretación y ya comprar, comer algo que desconoces y no te dicen que es, pues acaba transformandose en un acto de fé, que ya lo hacemos con todo lo que comemos que está manufacturado, ya que quien lo elabora puede estar engañando y poner aditivos mas baratos que los que dice que pone y esto es bastante común