Uno de los elementos presentes en los alimentos preparados son los antimicrobianos sintéticos, entre algunos de ellos se pueden encontrar sulfamidas o quinolonas, formulaciones químicas antibacterianas que suelen utilizarse para conservar los alimentos y obtener mayor resistencia frente a los agentes patógenos que los atacan. Sin embargo, hay constante búsqueda de productos más naturales que ofrezcan los mismos resultados eludiendo así la química sintética. Ahora conocemos una nueva investigación en la que se baraja la posibilidad de utilizar en los aceites esenciales cítricos para mejorar la seguridad de los alimentos.
El trabajo de investigación ha sido desarrollado por científicos de la Universidad Miguel Hernández ( Alicante), en él se muestra que los aceites esenciales de algunos productos cítricos como pueden ser las naranjas, los limones o los pomelos, ofrecen un poderoso efecto antimicrobiano. Además, se añade como una ventaja más que estos aceites se consideran grasas seguras que pueden ser utilizadas en cualquier tipo de alimentos, siempre y cuando exista coherencia y no se alteren las propiedades organolépticas del alimento en cuestión.
Los aceites esenciales se encuentran presentes sobre todo en la piel de las frutas mencionadas, aunque también se encuentran en las hojas o las flores del árbol productor. No se sabe a ciencia cierta cuál es la verdadera función que desarrollan los aceites, quizás son producidos para captar la atención de los insectos durante el proceso de polinización o todo lo contrario, para repelerlos. Pero sí se sabe que poseen numerosas cualidades beneficiosas para nuestro organismo y sus propiedades antimicrobianas los perfilan como un ideal conservante para ser utilizado en los alimentos.
Los investigadores realizaron diferentes pruebas en las que se estudiaba la función antifúngica de cada tipo de aceite esencial cítrico frente a determinadas colonias de bacterias, cada aceite ofrecía resultados diferentes, frente a la Aspergillus niger (un hongo nocivo que ataca a las verduras), el aceite esencial de naranjas lograba reducir la actividad de la colonia de bacterias en un 50%, el aceite de mandarina obtenía una reducción de hasta un 65% y así todos los aceites cítricos esenciales, en mayor o menor grado, presentaban capacidades antimicrobianas.
Estos resultados muestran la posibilidad de sustituir los antimicrobianos sintéticos mejorando así la calidad alimentaria de un producto al que no se le tendrían que incorporar elementos químicos sintéticos. Conjugar seguridad, calidad y lo natural es una tarea difícil, pero gracias a los nuevos descubrimientos que se realizan, esa posibilidad cada día está más próxima.
Hay que decir que este estudio no es exclusivo de la Universidad Miguel Hernández, otros investigadores del Reino Unido, también realizaron estudios en los que se pretendía utilizar aceites esenciales para hacer frente al ataque de determinadas bacterias en los alimentos.
Todavía queda mucho por investigar, los aceites esenciales cítricos ofrecen propiedades antimicrobianas, mejoran nuestro sistema nervioso, son antidepresivos y relajantes entre otras cosas, pero los investigadores advierten que también podrían ocasionar algún tipo de desequilibrio en nuestra flora bacteriana. Los datos del estudio han sido publicados en la revista científica electrónica Food Chemistry.
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