Recientemente la Unión Europea anunciaba que las aceiteras rellenables en bares y restaurantes se prohibirían a partir del 1 de enero de 2014, en principio la propuesta estaba respaldada por 15 países comunitarios, los productores y el Ministro de Agricultura español veían con buenos ojos esta medida en favor de la transparencia, evitar el fraude y brindar un valor añadido al producto. Pero la realidad es que al Ministro y al sector del aceite de oliva les ha durado poco la alegría, ya que la Comisión Europea acaba de anunciar la retirada de esta medida, la razón ha sido la polémica que ha suscitado la prohibición en varios países.
El comisario europeo de Agricultura ha explicado que se volverá a presentar una nueva propuesta en torno a este tema, pero antes hay que debatir en profundidad la prohibición de las aceiteras rellenables con los sectores de hostelería, restauración y con los consumidores. Evidentemente los países productores eran los más interesados en que saliera adelante, España, Grecia, Italia y Portugal, pero la realidad es que un gran número de países no están de acuerdo y no quieren prohibir las aceiteras para rellenar, se apunta que son especialmente los consumidores los que no están de acuerdo. El respaldo de la medida no alcanzaba la mayoría necesaria, por ello se delegó la decisión a la Comisión Europea, se esperaba que su veredicto fuera positivo pero ha sido todo lo contrario.
No entendemos que la decisión deba recaer sobre la Comisión Europea, en todo caso debería haberse adoptado por el Consejo de Ministros, es necesario recordar que en las decisiones de la UE intervienen tres instituciones, la Comisión Europea que teóricamente defiende los intereses de la UE en conjunto, obviando las decisiones individuales de cada país. El Parlamento Europeo, órgano que representa a los ciudadanos de la UE, y finalmente el Consejo de la Unión Europea, organismo que representa a los países miembros a nivel individual y cuyas decisiones suelen tener mayor peso, ya que deben ser ratificadas por este órgano.
Pero no se puede saltar la burocracia y los pasos a seguir son los que se han dado. Parece que para suavizar el tema, el Comisario Europeo de Agricultura ha anunciado la mencionada reunión con las partes implicadas para tratar de buscar una solución que pueda satisfacer a todo el mundo (algo que parece poco probable). La medida de prohibir las aceiteras en bares y restaurantes no había caído en gracia en países como el Reino Unido, algo lógico dado que es un problema que a ellos no les afecta en la medida que afecta a los países productores. Sin embargo, los consumidores de ese país también disfrutan del aceite de oliva y dado que el objetivo de la norma era evitar el fraude, otorgar un valor añadido al producto y promover la calidad del aceite de oliva, decir que los consumidores son en mayor medida los que no están de acuerdo, nos parece una incongruencia.
Es una guerra de países del norte (los que están en contra) contra los países del sur (a favor de la medida), lo más curioso es que los países del norte consideran que esta medida no les afecta y por ello creen que no es necesario adoptarla, por lo visto son poco solidarios con el sector, si se hablara de un alimento producido por este grupo y solicitaran una normativa, los países ahora afectados por la negativa a aplicar la norma sobre el aceite de oliva deberían oponerse si no les afectara… ¡que mundo!
El comisario reconoce un error, el de no escuchar a los consumidores, ¿ha sido el Parlamento el que se ha opuesto a la medida?, como decíamos, es el órgano que representa los intereses de los ciudadanos o consumidores de la UE. Pero la verdad es que no va a resultar nada fácil, son muchos los pasos a dar y además hay que añadir que la CE deberá consultar con la OMC (Organización Mundial del Comercio) los cambios y este órgano tendrá 60 días para responder sobre el tema. Posteriormente se deberá realizar una nueva propuesta sobre el aceite identificado en la restauración, se volverá a someter a votación por los Estados miembros y ya veremos en qué deriva el resultado, de momento se baraja la posibilidad de crear una nueva estrategia que logre un consenso.
Os recomendamos leer el artículo publicado en The Telegraph, podréis comprobar que en el Reino Unido se considera una prohibición tonta e inútil, lo dicen el Ministro de Hacienda y otros políticos. Un reputado cocinero londinense explica que esta norma es autoritaria y perjudicial para los productores artesanales. En qué quedamos, ¿no se trataba de una medida que no iba con ellos? Otras publicaciones del Reino Unido parecen indicar que la UE no sabe lo que hace, esta norma no protege, según los artículos leídos a los consumidores, tampoco mejora las prácticas higiénicas y se resta libertad.
Demasiado pronto se lanzaron las campanas al vuelo, sabiendo que en ocasiones la UE actúa como una veleta, aceiteras rellenables ahora sí, ahora no, lo mejor es esperar a una ratificación y publicación de una reglamentación antes de celebrarlo. A través de ec.europa.eu podéis ver el momento en el que el comisario europeo de Agricultura da a conocer el cambio de postura con respecto a la norma de las botellas rellenables de aceite de oliva.
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Foto | Pizzodisevo