Los escándalos alimentarios se suceden en Italia, especialmente durante los últimos meses, la mozzarella contaminada con dioxina, el vino contaminado con sustancias tóxicas y ahora, la venta de aceite de oliva virgen extra fraudulento.
La policía italiana ha logrado desmantelar una red que se dedicaba a embotellar y vender, a nivel nacional e internacional, aceites de soja y girasol que habían sido tratados con distintas sustancias químicas, como por ejemplo la clorofila industrial o incluso aceites resultantes de los cultivos transgénicos. Todos estos productos fraudulentos siempre bajo la etiqueta aceite de oliva virgen extra.
Recordemos un artículo publicado en un periódico noruego bajo el título «La mentira del aceite de oliva«, en él se mostraba la comercialización de aceite bajo la etiqueta Made in Italy, siendo en realidad aceite de otros países mediterráneos.
En ese artículo se mostraba el interés y la preocupación de los noruegos por conocer exactamente la procedencia de los alimentos que disfrutan, de hecho, en ese país el consumo de aceite de oliva se ha llegado a triplicar y principalmente importaban aceite de Italia. Los importadores de Noruega denunciaban que sólo un 20% del aceite que comercializaban era realmente italiano, el resto pertenecía a Turquía, España o Grecia.
Esto ya era un fraude, aunque no atentaba contra la salud humana, pero este nuevo escándalo pone al descubierto algo mucho más grave que no sólo enturbia la imagen de los productos italianos, sino que además, pone en peligro la salud de los consumidores.
El falso aceite se producía en la región italiana de Apulia y presentaba todo tipo de documentación que acreditaba su calidad, origen, etc. El aceite producido de transportaba y vendía en la provincia de Foggia, en total se han incautado 25.000 litros de aceite fraudulento y miles de etiquetas falsas. Se trata de un nuevo éxito de la policía italiana tras dos años de trabajos de investigación, a ver con qué nuevo escándalo alimentario nos volverán a sorprender desde Italia.