Recientemente se ha publicado ‘Acciones de Nutrición Esenciales de la OMS 2019‘, un documento que proporciona una serie de acciones para abordar la nutrición en todas sus formas, se trata de una herramienta diseñada para que los países pongan en marcha intervenciones nutricionales en sus políticas nacionales de salud y desarrollo. La Organización Mundial de la Salud considera que con un cambio de enfoque se podría acercar un poco más a la población mundial al objetivo de alcanzar una cobertura sanitaria universal (uno de los objetivos de los ODS), y salvar la vida de 3’7 millones de personas para el año 2025.
La OMS considera que los servicios de salud deben hacer especial hincapié en una nutrición óptima en cada una de las etapas de la vida, ya que de este modo, al poner en primer plano a la nutrición, se puede hacer frente al sobrepeso y la obesidad, problemas cuya prevalencia está aumentando a nivel mundial. Haciendo frente a estos problemas se hace frente a las enfermedades no transmisibles asociadas como, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer, etc.
Mejorar la nutrición de la población trae consigo beneficios económicos, la OMS comenta que cada dólar que se ha gastado en programas de nutrición se ha rentabilizado obteniendo un beneficio de 16 dólares que son devueltos a la economía local. Son varios los estudios que demuestran que la inversión en programas nutricionales reduce significativamente el gasto sanitario. Además, hay que apuntar que es necesario que la industria alimentaria y los legisladores consideren la importancia de lo que se produce y come, recordemos que la actual producción alimentaria está sujeta a un gran desperdicio alimentario, un enorme daño medioambiental y, por supuesto, es una de las causas de los problemas de salud que sufre el mundo.
La Organización Mundial de la Salud remarca la necesidad de que la nutrición se posicione como una de las piedras angulares en los programas esenciales de salud, donde se prioricen los componentes nutricionales de calidad. Considera que los responsables de cada país deben decidir qué intervenciones apoyan mejor sus políticas, planes y estrategias nacionales de salud, no pide que se adopten medidas concretas específicas, pero sí señala algunas de las intervenciones clave a tener en cuenta, como la introducción de los suplementos de hierro y ácido fólico en el marco de la atención prenatal, la promoción y apoyo a la lactancia materna, los consejos dietéticos para todos los segmentos poblacionales, etc.
En el documento se pide a los gobiernos que aumenten los esfuerzos en educación nutricional, no abogando por medidas que resultan más comprometidas como la restricción de la comercialización de productos o el impuesto del azúcar, la sal o la grasa en la comida basura. Esto resulta curioso, ya que en el año 2016 la OMS realizaba un llamamiento a nivel mundial para que se introdujera un impuesto del 20% en las bebidas azucaradas, asegurando que con este gravamen se podría reducir el consumo de estas bebidas, algo que se apuntaba en este informe (Pdf) que se presentó coincidiendo con el Día Mundial de la Obesidad. ¿Qué ha pasado para que en este punto haya cambiado su discurso?
Se considera que es necesario que se asuma un papel de liderazgo más efectivo en la defensa de las intervenciones políticas más radicales en materia de nutrición, que demuestren ser más eficaces. La OMS, la ONU y otras organizaciones no tienen un poder real más allá del liderazgo, no pueden obligar a los países a que actúen y eso es un gran inconveniente. Se sabe que algunas políticas son efectivas para mejorar la salud, como los mencionados impuestos, las etiquetas alimentarias de advertencia en los alimentos ultraprocesados, la restricción de la publicidad y comercialización de la comida basura dirigida a los niños, el control del tamaño de las raciones alimenticias, evitar que refrescos y comida poco saludable esté presente en los colegios, hospitales, instituciones públicas, etc.
Pero lo que destacamos como importante es que la OMS hace hincapié en la necesidad de mantener a la industria alimentaria apartada de las decisiones políticas, algo lógico, ya que de otro modo terminan influyendo en las políticas que orquestan los países buscando siempre favorecer sus intereses. Veremos si el documento “Acciones de nutrición esenciales: integración de la nutrición a lo largo del curso de la vida” sirve de algo y los gobiernos lo tienen en cuenta a la hora de formular sus políticas para mejorar la nutrición y salud de la población.
Podéis leer el estudio ‘Acciones de Nutrición Esenciales’ de la OMS 2019 a través de este enlace (Pdf).