La agromafia designa a todas aquellas empresas italianas implicadas en el gran fraude del aceite de oliva virgen extra, marcas que adquieren el aceite en otros países como Grecia, Túnez, Marruecos y especialmente España, para posteriormente embotellarlo y colocarle una etiqueta con las descriptivas aceite de oliva virgen extra y Made in Italy. Al parecer este negocio permite a las empresas embolsarse unos 5.000 millones de euros anuales, pero queda mucho por investigar y muchos hilos de los que tirar, quizá el fraude alcance mayor envergadura.
La mafia del aceite de oliva o agromafia elude las normativas europeas en lo que respecta al etiquetado y el contenido de las botellas, adquieren el aceite y después lo manipulan a su antojo para posteriormente venderlo a un precio más elevado bajo la descriptiva Made in Italy, aprovechando la fama de esta identificación que hasta la fecha se asociaba a la calidad. Acciones como esta no hacen sino desvalorar y desprestigiar la marca y a aquellos productores que trabajan honestamente intentando elaborar el mejor aceite posible. Claro, que esto no nos cae de sorpresa, ya hace años que se sabe de esta práctica y del alcance que tiene la denominada agromafia, la diferencia es que antaño se pescaban peces pequeños y ahora son los gordos los que están en el punto de mira.
Podemos recordar como ejemplo que en el año 2008 la policía italiana lograba desmantelar una red dedicada a embotellar y comercializar a nivel nacional e internacional, aceites de soja y girasol tratados con diversas sustancias químicas como la clorofila industrial. En este caso no eran aceites de oliva, sin embargo, anteriormente un periódico noruego publicó un artículo al que tituló “La mentira del aceite de oliva”, esta publicación se hacía eco de la comercialización fraudulenta de aceites procedentes de otros países, que estaban amparados bajo la tiqueta Made in Italy. Podemos citar varios casos más, pero la verdad es que poco importa, las actividades de este tipo han proseguido, algo que no sorprende al saber el gran volumen de dinero que se mueve.
Como ya sabemos, a mediados del 2008 la Unión Europea presentó una nueva propuesta para que se comercializara aceite de oliva con información obligatoria sobre su origen, posteriormente se aprobó y a principios del 2009 se ratificó la normativa sobre las etiquetas de aceite de oliva y a mediados de ese año se hacía obligatorio que las empresas del sector incluyeran información sobre la verdadera procedencia del aceite de oliva. La normativa ha servido de poco y la denominada agromafia ha seguido con sus prácticas, en el artículo de ABC lo describen como un refinado fraude comercial en el que están implicadas varias marcas, algunas muy conocidas, desgraciadamente y dado que se sigue investigando y será secreto de sumario, no se han dado a conocer los nombres.
Para que un aceite de oliva virgen pueda portar la etiqueta Made in Italy, las aceitunas se deben haber producido en el país y la transformación en aceite haberse realizado en una almazara italiana. Desgraciadamente 9 de cada 10 botellas portan una descriptiva prácticamente ilegible, se ocultan los caracteres y es necesaria una lupa para encontrarlos, eso en el mejor de los casos, en otros ni siquiera porta impresa la descriptiva. Por otro lado, para entender la magnitud del problema hay que destacar que 4 de cada 5 botellas de aceite que llevan la bandera italiana, en realidad es aceite de oliva otros países. El aceite se adquiere en España a 0’50 céntimos y tras el envasado se comercializa a unos 2’5-3 euros, con respecto al aceite de Túnez, éste se paga a un máximo de 30 céntimos por kilo y tras envasarlo y etiquetarlo se distribuye a un precio supuestamente razonable (entre 2 y 4 euros litro) en grandes superficies y diferentes comercios.
Pero el fraude no se realiza sólo al consumidor de otros países, los consumidores italianos también lo sufren, creen que disfrutan de un aceite de oliva producido en su tierra y posiblemente alabarán su calidad y virtud cuando en realidad es aceite de oliva virgen español, tunecino, griego, etc. Hay mucho más que destacar, mezclas, aceites con defectos organolépticos que se comercializan como virgen extra, o aceite que se comercializa como ecológico siendo un aceite de producción industrial. Como decíamos, el nivel de fraude es demasiado elevado y se describe como una organización criminal estructurada que controla el mercado, la distribución, los precios… en definitiva, la descriptiva agromafia le viene como anillo al dedo.
Se plantean varias cuestiones, cómo se realizan las mezclas, a qué países se vende el aceite, cómo es posible que se importe tanto volumen de aceite (sólo de España 570.000 toneladas el año pasado) y en cambio Italia exporte sólo 250.000 toneladas. Hay mucho por investigar y desgranar, seguramente no tardaremos en conocer más detalles al respecto. De la mafia del aceite de oliva podéis conocer más detalles a través de la publicación digital La República.