Un grupo de investigadores australianos perteneciente al Departamento de Industrias Primarias (DPI), ha dado a conocer los resultados de un estudio en el que se demuestra que se puede obtener más calidad de la leche de vaca gracias a los residuos de la elaboración de vino, concretamente un suplemento de cinco kilos de pieles, semillas y raspas, lograba incrementar el contenido de ácidos grasos saludables de la leche, hasta en seis veces, en comparación con la leche de las vacas que se alimentaron únicamente con forraje.
Pero esto no es todo, además se ha constatado un aumento de la producción de leche de un 5% y lo más significativo, una reducción de un 20% de las emisiones contaminantes fruto de la digestión de los animales. Teniendo en cuenta que la población de rumiantes genera un importante volumen de contaminación medioambiental, es un gran descubrimiento. Los investigadores australianos creen que se trata de la reducción de emisiones más elevada que se ha conseguido mediante el uso de un suplemento alimenticio. Sin embargo, recordamos que una investigación desarrollada en el Colegio Universitario de Dublín (Irlanda), logró alcanzar hasta el 25% de reducción de gases contaminantes incluyendo un 2% de aceite de pescado en la alimentación de los rumiantes. De todos modos es un dato a tener en cuenta, se conjuga la reducción de los gases contaminantes, el incremento de la producción lechera y la calidad de la leche, alimentando a los animales con los restos de la elaboración de vino.
Los resultados de la investigación no nos sorprenden, por un lado recordamos el post Alimentar a las vacas con suplementos de vino tinto, en su lectura podíamos saber que una ganadera canadiense decidió alimentar a sus vacas con un suplemento de un litro de vino obteniendo una carne de mayor calidad y con magníficas cualidades organolépticas, este dato no se ha tratado en el estudio australiano. Por otro lado, sabemos que los desechos de la elaboración del vino son una fuente de polifenoles antioxidantes, la denominada brisa, material formado por las semillas, pieles y raspas, contiene un alto índice de elementos beneficiosos, de todo ello hablábamos en el post Polifenoles en cápsulas.
Los subproductos derivados de la vinificación tienen otra aplicación interesante, ofrecerlos como suplemento alimenticio a los rumiantes, para lograr los beneficios de los que hemos hablado. Para llegar a esta conclusión, en el estudio se alimentó a un grupo de vacas durante 37 días con un suplemento de cinco kilos de brisa, tras analizar los resultados obtenidos (cantidad de emisiones contaminantes, análisis de la calidad de la leche, productividad), se cotejaron los datos con los resultados obtenidos de los análisis realizados a un grupo de vacas alimentadas con los piensos convencionales, para los investigadores la diferencia es significativa y sorprendente. Destacan que el aumento de los ácidos grasos en la leche se traduce en mayores beneficios para la salud humana.
Por otro lado, es un beneficio para la industria vinícola, y más teniendo en cuenta que en Australia se producen unas 200.000 toneladas de brisa, el suplemento estaría disponible para los productores de leche dando una solución para deshacerse de los desperdicios a la industria del vino y obteniendo una rentabilidad adicional con ello. De todos modos, se deben realizar nuevos estudios, ya que en la investigación se utilizaron vacas cuyo ciclo de producción lechera era avanzado, ahora se pretenden estudiar los efectos con vacas más jóvenes cuyo ciclo de producción está por explotar.
La investigación realizada está enmarcada en un programa en el que se pretende reducir la emisión de metano por parte de los rumiantes, a través de la lectura del post Ovejas más saludables para el medio ambiente, podemos saber que el ganado occidental (vacuno) es el que más emisiones contaminantes produce. Los investigadores trabajan con otros suplementos alimenticios para mejorar la calidad de la leche, aceite de colza, harina de algodón, harina de sémola de maíz, etc., sin embargo no se contempla la utilización del aceite de pescado utilizado en el estudio irlandés, quizá sería interesante tener en cuenta este suplemento dados los resultados obtenidos.
A pesar de que Victoria es uno de los Estados más pequeños de Australia, es el más grande en lo que respecta a industria rural y produce más del 85% de los productos lácteos con los que se abastece al continente australiano. Dado el volumen, las emisiones contaminantes de metano son muy significativas y se calcula que alcanzan las 20.000 toneladas de metano emitidas cada año a la atmósfera, reducir esta cifra es una de las prioridades.