Un curioso estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Edimburgo (Escocia) y la Universidad de Warwick (Reino Unido), concluye que la regulación europea de los alimentos transgénicos es poco democrática. Se alude a los grupos anti transgénicos y a las asociaciones ecológicas, ONGs ambientalistas, etc., como responsables de la falta de democratización en la toma de decisiones a la hora de aprobar un cultivo transgénico. En el estudio se indica que se antepone la influencia política de los grupos mencionados a las evidencias científicas recabadas desde hace más de 30 años.
El estudio pretende mostrar que en Europa no se avanza en la investigación biotecnológica por las decisiones que han sido tomadas por la influencia política que ejercen los grupos de presión que están en contra de los transgénicos. Esto, según los investigadores, amenaza la aceptación de las nuevas tecnologías alimentarias por parte de la población europea y se dificulta la respuesta del viejo continente al desafío global de la seguridad alimentaria para las próximas generaciones.
Quizá se puede ver desde otra perspectiva, a medida que han pasado los años, el proceso se ha democratizado y la balanza se ha equilibrado, antaño las compañías biotecnológicas se aprovechaban del desconocimiento, de su capacidad de presión y de su posición económica para lograr sus propósitos. Recordemos que se mantiene el silencio y en muchos casos no se permite a los consumidores saber si están comiendo productos transgénicos, un ejemplo es que los productos no se etiquetaban como transgénicos. Si hablamos de democratización, es justo informar a la población a través de las etiquetas alimentarias, es coherente que se liberen los datos de los estudios realizados por las compañías biotecnológicas, y si realmente no existiera ningún peligro, los laboratorios independientes lo habrían confirmado, pero ese no ha sido el caso.
¿Poca democracia en la regulación europea de los alimentos transgénicos?, no estamos de acuerdo, al margen del fanatismo de algunos grupos, destacamos aquellos grupos que piden aplicar el principio de precaución hasta que se realicen los estudios a largo plazo que acrediten que los alimentos modificados genéticamente no son un riesgo para la salud o el medio ambiente. Para muchos investigadores, los estudios que se han presentado no son de confianza, de hecho existen pruebas científicas que apuntan los peligros que encierran los alimentos modificados genéticamente.
Ejemplos a citar:
A pesar de que la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) y las empresas biotecnológicas reafirman que los transgénicos no encierran peligros para la salud o el medio ambiente, aparecen estudios como la investigación realizada por expertos de las universidades de Caen y Rouen (Francia) sobre tres variedades de maíz transgénico, MON 863, NK 603 y MON 810, mostrando que existen riesgos potenciales para la salud. Han encontrado evidencias de que existen riesgos asociados a las funciones renales y hepáticas, de ello hablábamos en el post Más pruebas sobre el peligro de los alimentos transgénicos.
Otro estudio de la Universidad de Viena determinaba que los alimentos transgénicos pueden provocar infertilidad, la investigación se centró en el maíz transgénico desarrollado por la compañía biotecnológica Monsanto, concretamente en la variedad de maíz NK 603 x MON 810 utilizada para alimentar a un grupo de roedores. Los resultados obtenidos mostraban que la alimentación con este tipo de maíz provocaba esterilidad, así como una reducción de número de crías y su peso.
Otro estudio que corrobora los resultados de la Universidad de Viena, fue el realizado por expertos de la OAGB (Asociación Nacional para la Seguridad Genética), la Academia de Ciencias rusa y el Instituto Severtsov de Problemas Ecológicos y Evolutivos. La alimentación en roedores con alimentos transgénicos provocaba un desequilibrio de géneros en los nacimientos, así como la disminución del número de crías, de ello hablábamos en el post El consumo de alimentos transgénicos afecta al crecimiento y la capacidad reproductiva de los mamíferos. A todo esto hay que añadir los peligros que encierran los productos que se utilizan en la producción de los alimentos modificados genéticamente, es el caso del glifosato. Un estudio realizado por investigadores del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires (UBA), determinaba que el glifosato es muy tóxico para los seres humanos.
Hay muchos ejemplos a citar de los que ya hemos hablado en el blog y que cuestionan la conclusión del estudio que han realizado los investigadores de las universidades citadas al principio, indicando que la regulación europea de los alimentos transgénicos es poco democrática.
Los investigadores de la Universidad de Edimburgo y de la Universidad de Warwick tienen la convicción de que la regulación de los alimentos transgénicos debe basarse en evidencias científicas indicando que son la solución frente al crecimiento poblacional, las cifras de hambre en el mundo y el cambio climático. Quizá será interesante retomar la lectura del post La ONU aconseja la ecoagricultura, Sr. Olivier De Schutter, Relator Especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, tras realizar un meticuloso examen sobre diferentes publicaciones científicas, determinaba que el mejor modelo a seguir para garantizar el abastecimiento alimentario en las próximas décadas era la agroecología.
En el estudio presentado se obvian muchas cuestiones, como los intereses de las compañías biotecnológicas y las consecuencias del cultivo de transgénicos en los países en vías de desarrollo, quizá sean sólo daños que hay que pagar por los avances tecnológicos alimentarios. En definitiva, ahora se puede hablar de una cierta democratización que antes no existía, recordemos que en Estados Unidos se aplica la equivalencia sustancial, un alimento modificado genéticamente es seguro cuando es significativamente equivalente en composición y características nutricionales a un alimento tradicional, algo que permite comercializar los transgénicos con toda libertad y sin que sea necesario informar al consumidor, aunque esto va a cambiar.
Como ya hemos dicho en otras ocasiones, la biotecnología es un arma poderosa y puede ofrecer numerosos beneficios para la humanidad, el problema radica en las manos que la manipulan y que únicamente buscan el beneficio económico. Puedes conocer más detalles de la noticia a través de Science Daily, en el artículo de EMBO Reports (Nature).
Foto | The Webhamster
9 comentarios
Un paso más en la estrategia de mixtificación emprendida por los de siempre. Ahora va a resultar que la aplicación del principio de precaución es poco democrático y que lo adecuado -supongo- es su sustitución por el principio de equivalencia sustancial. Seguramente a muchos de vuestros lectores les sonará a japonés, pero salvando las distancias sería como sustituír el sistema penal de este país (con todos sus defectos) por la emisión de veredictos vía televoto en el sálvame de luxe. Sin duda muchísimo más democrático, dónde va usted a parar.
Y lo triste es que lo amparen «estudios universitarios». Claro que, los que conocemos desde dentro ese tipo de instituciones estamos curados de espanto, y sólo tenemos la esperanza de que la población termine de una vez de darse cuenta de que el prestigio que en otros tiempos merecieron ha pasado a la historia.
Menos mal que existen gentes como vosotros, los poquitos defensores de la barricada. Mucho ánimo, y ya sabéis donde me tenéis, aunque sea a título póstumo.
A mi me gustaría saber como afecta la entomotoxina del maiz BT a la fertilidad de los mamíferos. El fundamento molecular y científico que hay detrás de ello, por que me vais a permitir que no me trague ni media palabra.
A mi el principio de equivalencia sustancial me parece más que suficiente para aprobar un alimento para el consumo humano, pues la propia expresión lo dice: si es igual en composición a lo que comías antes, entonces no te va a causar ningún efecto diferente.
Otra cosa bien distinta son las repercusiones medioambientales (contaminación genética) y políticas (sistema de patentes, tiranía sobre la población que vive de la agricultura), pero que no me vengan con rollos de »salud», que todavía no he leido ningún artículo publicado en ninguna revista de vanguardia que demuestre que un alimento transgénico es más nocivo para la salud humana que el equivalente no transgénico.
Y si alguien cuenta con dicho artículo, le invito a que me lo mande a mi correo electrónico: magonzalezporras@gmail.com
Ya lo dijo alguien una vez en un video de divulgación científica: es mucho más fácil luchar en pos del medio ambiente o en contra de un sistema económico si «argumentas´´ que hay perjuicios contra la salud humana detrás.
JA! Y el día que los haya, me callaré y pondré aquí con palabras bien grandes: ME EQUIVOQUÉ.
Miguel, los estudios citados en el post tienen sus respectivos enlaces y las pruebas determinan que afecta en la fertilidad, aunque es cierto que no son muy esclarecedores. Por otro lado el principio de equivalencia sustancial es algo que no termina de convencernos, en teoría dos alimentos son equivalentes en textura, sabor, etc., pero es indudable que contienen material genético que los diferencia y esa diferencia por pequeña que sea podría afectar a nuestro organismo de algún modo, como por ejemplo el tema de la infertilidad.
Con respecto a la repercusión medioambiental, patentes y demás, estamos completamente de acuerdo. Lo mismo con la falta de estudios, son muy pocos los realizados y son necesarias más pruebas antes de poner el grito en el cielo o aprobar un alimento modificado genéticamente (ya sabes que algunos estudios presentados por las empresas biotecnológicas eran de corto plazo, además la EFSA se dedicaba a ratificar la documentación aportada por estas empresas sin realizar un nuevo estudio paralelo que no tuviera en cuenta los datos aportados por esas empresas, al menos así se hacia anteriormente). No estamos en contra de la biotecnología, sólo pedimos aplicar el principio de precaución en aquellos alimentos insecticida que se han desarrollado únicamente para la producción y la monopolización y no para mejorar la calidad alimentaria o el respeto medioambiental. De todos modos el post trata de la democratización, no se puede tolerar que las grandes compañías hagan y deshagan a su antojo como hacían antaño, pero tampoco que los grupos ecologistas sean radicales y se opongan por principios o cuestiones morales, el término medio es el más adecuado. Si realmente un alimento transgénico no encierra peligro en ningún sentido no hay por qué vetarlo, por ello es necesaria la transparencia en las investigaciones.
En fin, no se trata de decir me equivoqué, aprendemos a medida que se avanza y cambiamos de opinión según los datos ofrecidos.
Saludos.
Me gustaría poner en duda los estudios citados. Es cierto que esos estudios han sido publicados, pero los resultados obtenidos son dudosos y el diseño experimental presenta fallos que pueden invalidar los resultados, especialmente a nivel estadístico. También es verdad que se han publicado otros estudios que dicen todo lo contrario. Algunos pagados por Monsanto, pero otros procedentes de investigadores independientes.
No niego la posibilidad de que existan problemas con algunas variedades transgénicas, pero después de pasearme por el millar de páginas que corren por internet en contra de los transgénicos, una cosa me ha quedado clara. La imparcialidad no existe. Me gustaría que cuando se hablara de los posibles efectos dañinos se nombrara tanto los estudios que «demuestran» que son perjudiciales, como los que «no». Señores, seamos críticos con lo que leemos.
Por cierto, al igual que dudo de que no existan conflicto de intereses en los artículos publicados con financiación de Monsanto, también pongo MUY en duda que los estudios de la Universidad de Caen del Dr. Gilles-Eric Seralini sean imparciales.
Si a alguien le interesa discutir sobre el tema:
Existan o no estudios acerca de los perjuicios que pueden traer este tipo de alimentos, para mi sería suficiente que etiqueten a los alimentos que son transgénios para que yo por simlpe decición propia eliga o no consumir estos alimentos.
Si existe población que no esta en contra de estos alimentos, bueno que consuman sabiendo cuales son, pero yo como no consumidor de estos exijo que puedan ser identificados para no consumirlos.
Jose, toda la razón y derecho del mundo. Tanto en España como en el resto de los países de la unión, todo producto alimentario que contenga más del 1% de algún ingradiente procedente de un organismo modificado geneticamente debe indicarlo en la etiqueta. En cambio, en Estados Unidos no hay obligación. Desde este punto creo que en Europa estamos haciendo las cosas bien ¿Podrías hacerse mejor? Por supuesto y es aquí donde los consumidores debemos exigir.
Con respecto a los estudios, si. Hay estudios que exploran tanto la posibilidad de un efecto negativo para la salud, como problemas en biodiversidad. El problema son los conflictos de intereses. Yo nunca me creería un trabajo publicado por Monsanto, pero tampoco me creo aquellos publicados bajo un dudoso rigor científico. Actualmente existen algunos trabajos que afirman encontrar un riesgo para la salud con el consumo, pero muchos más que dicen que no. No obstante, estamos muy lejos de poder afirmar nada con una seguridad aplastante (pero nada en ciencia puede). Lo que más pena me da es como se puede modificar la opinión pública por ambos lados escondiendo o negando la existencia de trabajos contrapuestos. De ello mi intervención anterior.
Ni de lejos todos los transgénicos en el mercado (en España solo hay autorización para dos variedades de maiz transgénico) son para el consumo alimentario. Muchos son plantas ornamentales o productoras de biomateriales como combustibles, bioplásticos o incluso medicamentos que no podríamos obtener de otra manera.
El principio de equivalencia sustancial es más que suficiente para declarar un alimento transgénico como inocuo para el consumo humano, por que al haber equivalencia sustancial estamos suponiendo que no hay una mayor presencia de proteínas, glúcidos o lípidos de los que tenía el alimento de origen.
Cierto es que el alimento modificado genéticamente tiene un genoma diferente. ¿Pero desde cuando los ácidos nucleicos desencadenan respuestas por parte del sistema inmune? ¿Alergias alimentarias? Por favor…
Si existe una alergia alimentaria hacia un organismo transgénico, esta existía ya previamente en el alimento equivalente no transgénico, por que las respuestas inmunes están dirigidas a proteínas, y si hay equivalencia sustancial hay equivalencia tanto cualitativa como cuantitativa de proteínas.
Por otra parte, creo que estas cosas a la gente de a pie no les quedan suficientemente claras (no les quedan suficientemente claras a muchos científicos) por lo que me parece que el etiquetado de alimentos transgénicos solo haría que la gente dejara de comprarlos por prejuicios.
Por que alguien lee transgénico y piensa que va a morir si lo come.
Como ya sabrás, en la India se desarrollaron cultivos que contenían la toxina Cry1Ac, eran cultivos de algodón que evitaban el ataque de distintos tipos de polillas y principalmente afectan a las larvas de estos lepidópteros. Según se informo a través de diferentes medios,las consecuencias de estos nuevos cultivos fueron nefastas, muchos campesinos que manipulaban el algodón desarrollaron diferentes tipos de alergia y parece ser que miles de ovejas del país murieron como consecuencia de reacciones tóxicas al haber pastado en los restos de las plantaciones de algodón. De acuerdo, no hablamos de un cultivo para alimentar a la población, pero se puede aplicar el principio de equivalencia y entonces, ¿por qué afectó a las ovejas y a los seres humanos?
Como dices, incluso a algunos científicos no les quedan claras las cosas, no puedes decir que no puede afectar ese minúsculo cambio, como tampoco se puede decir que sí afecta al margen de lo dicho anteriormente, en nuestra opinión queda mucho por investigar.
El etiquetado es necesario, los consumidores tienen derecho a saber lo que comen y si no existe peligro, una buena estrategia es demostrarlo con transparencia. No habría tanta complicación si se hubiera informado adecuadamente a la población desde que se inició la producción de alimentos transgénicos, bastaba con haber aportado pruebas cuyos resultados fueran irrefutables y convencieran al menos a una buena parte de la población. De todos modos, como ya hemos dicho la biotecnología es una gran aliada, pero no en manos de las grandes multinacionales.
Saludos.
estoy a favor del etiquetado de alimentos transgenicos en mi pais argentina.eso nos ayudaria identificar el tipo de alimento que consumimos ya que todos los alimentos se diferencian