Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Maryland (Estados Unidos) pone de manifiesto que sería interesante producir pollos y gallinas en granjas avícolas ecológicas, ya que se lucharía con más efectividad contra la resistencia bacteriana a los antibióticos. Se trata del primer estudio que demuestra que el número de bacterias resistentes a los antibióticos es significativamente inferior en las aves de producción ecológica, que en las aves producidas en granjas convencionales o producción industrial.
Sabemos que la seguridad alimentaria se complica año tras año, y esto es debido a la resistencia a los antibióticos que han adquirido algunos microorganismos patógenos, bacterias relacionadas con las enfermedades infecciosas que se transmiten de animales a humanos a través de la alimentación, como pueden ser la salmonella o la Campylobacter, han mejorado su resistencia gracias a las técnicas de producción empleadas. Una de las principales causas ha sido el uso indiscriminado de antibióticos en los animales sin que sea necesario, es decir, los fármacos se administran de forma preventiva para evitar que enfermen, con esta acción se da a los microorganismos la posibilidad de ser más resistentes. Según los expertos, con un cambio en el modelo productivo implantando las granjas avícolas ecológicas, se garantizaría una reducción inmediata de la resistencia a los antibióticos que hasta ahora han generado las bacterias.
Parece que se pretende revertir el proceso de resistencia, como sabemos las bacterias generan la resistencia utilizando los integrotes, unos elementos móviles que permiten transmitir la información genética de la resistencia adquirida de unas bacterias a otras, por lo que cada nueva generación es más resistente a la acción de los antibióticos. Los modelos productivos han provocado que determinadas cepas bacterianas estén presentes en cualquier tipo de carne sin que los antibióticos hayan podido acabar con ellas. Ya hace algunos años que los expertos advierten que utilizar antibióticos en la alimentación es una solución negativa, los patógenos luchan por sobrevivir y generan una resistencia que se convierte en una amenaza mundial.
Aunque la investigación habla sobre las granjas de gallinas ecológicas contra la resistencia bacteriana a los antibióticos, es un modelo que se podría implantar en cualquier tipo de producción animal. Al respecto sería interesante retomar la lectura del post Carne contaminada en Estados Unidos, en su lectura podíamos saber que hasta un 25% de los diferentes tipos de carne que se comercializan en el país están contaminadas por una cepa de la bacteria Staphylococcus aureus o estafilococo áureo, bacteria peligrosa cuyo rango de enfermedades que causa es variado, neumonía, sepsis, meningitis, osteomielitis… y todo gracias a que ha desarrollado la resistencia a los antibióticos.
La preocupación sobre este tema hace que se inicien nuevas líneas de investigación para evitar que se desarrollen bacterias más resistentes y peligrosas, en lugar de desarrollar nuevos fármacos, los investigadores proponen dejar de utilizarlos y adoptar un modelo más respetuoso en la producción. Los datos parecen evidentes, un cambio de modelo productivo a las granjas avícolas ecológicas provoca que las aves contengan niveles significativamente más bajos de bacterias resistentes a los fármacos, suponemos que al cabo de unas cuantas generaciones se podría erradicar la resistencia. Al parecer, en un principio los expertos no esperaban encontrar diferencias o avances tan significativos simplemente por el cambio de modelo de producción. Los investigadores estudiaron principalmente los enterococos, microorganismos presentes en todas las aves, sean de producción industrial o ecológica. Estos microorganismos son un buen modelo para la investigación, para estudiar el impacto de los cambios en el uso de antibióticos en las granjas de gallinas, ya que poseen una gran capacidad en el intercambio genético de la resistencia adquirida a otros enterococos.
En todas las granjas que participaron en el estudio (10 convencionales y 10 ecológicas) se detectaron bacterias enterococos en la alimentación, el agua y la cama de las aves, sin embargo la diferencia radica en la resistencia a los antibióticos, un claro ejemplo, un 67% de los enterococcus faecalis de las granjas avícolas convencionales eran resistentes a la eritromicina, el cambio de modelo productivo provocó un descenso del número de bacterias resistentes a los antibióticos hasta situarse en un 18%. Se observaron además otros cambios interesantes, un 42% de los enterococcus faecalis de las granjas convencionales habían desarrollado resistencia a diferentes tipos de fármacos, por el contrario, en las granjas ecológicas la resistencia era sólo de un 10%. En el caso de los enterococcus faecium, en las granjas convencionales la resistencia a los fármacos había sido desarrollada por un 84% de las bacterias, en las granjas de producción ecológica la cifra alcanzaba un 17%.
Estudios como este que hemos conocido a través de Eurekalert, hacen que se replantee el modelo productivo animal como una forma de luchar contra la resistencia que están adquiriendo los microorganismos y además mejorar la calidad de nuestra alimentación. De todos modos los investigadores indican que el estudio continúa y que es necesario comprobar los resultados dentro de unos años. Puedes conocer más detalles sobre el estudio a través de la publicación científica Environmental Health Perspectives.
Foto | Svadilfari
1 comentarios
Acabo de leer el reportaje, una vez incorporado tras hacer mis cortas vacaciones, y no acabo de entender el sentido del mismo.
Los antibióticos que se estudian, hace mas de 25 años que se utilizan. Será normal que tengan ya muchas resistencias, aunque se vayan «perfeccionando». No obstante no soy experto en el tema, pero sí usuario. Por otra parte lo gracioso del tema es que los laboratorios no paran de investigar en medicamentos y genética, y ahora se dan cuenta de que algo no va bien. Mejor dicho, algo no están haciendo bien cuando lo que quieren realmente es volver al pasado, es decir, no ven otra salida que volver atrás. Porque la ecología era lo que hacíamos hace muchos años cuando los productos, tanto agrícolas como ganaderos, tardaban su tiempo en crecer. Y es curioso, pero fijaros que no había nada masificado. Ahora todo se plantea en grandes cantidades. Estos chicos del laboratorio no han criado en su vida una docena de pollos en el campo, sueltos en un buen corral al aire libre con su pequeña casita por si aparece la lluvia. Si lo hubiesen hecho, se darían cuenta que su problema no es la medicación, sino el acondicionamiento de las granjas, la masificación y por supuesto lo comercial.