Hace un mes Francia prohibía la única planta transgénica que tenía permiso para ser cultivada en ese país, el maíz Mon 810, un alimento que había desarrollado la empresa multinacional Monsanto mediante la manipulación genética y que había recibido el beneplácito de la Unión Europea hacía una década. La decisión de formalizar la prohibición del cultivo era tomada tras conocer el resultado de diversos estudios en los que se mostraba el grave impacto del maíz en el medio ambiente y las posibles sospechas de que a largo plazo incidiera negativamente en el organismo humano.
El maíz Mon 810 puede contaminar genéticamente a otras especies de plantas, la dispersión del polen puede incidir en otros cultivos destinados a la alimentación humana, además, puede provocar diversos efectos tóxicos en algunas especies de insectos, algo que no debería ocurrir, ya que inicialmente, el Mon 810 se desarrolló para ser capaz de superar los ataques de dos insectos a los que llaman taladro y que son responsables de ser la mayor plaga que ataca al maíz en todo el mundo.
Cuando se aprobó el cultivo del maíz no se realizaron los estudios adecuados, aunque también hay que decir que el conocimiento sobre los transgénicos es mucho mayor y hoy se conocen de los OMG (Organismos Modificados Genéticamente) diversas particularidades desconocidas antaño. El Gobierno francés tiene sospechas fundadas para prohibir el cultivo del maíz y por ello, el pasado día 9 Francia formalizó la prohibición mediante un decreto del Ministerio de Agricultura que ha sido publicado en el Diario Oficial del país (algo similar al B.O.E).
La prohibición ha afectado a algunos sectores, especialmente a aquellos que trabajaban con este producto y por ello van a presentar un recurso. Esto es algo incomprensible, si existen indicios de que puede afectar a la salud humana y existen pruebas de su efecto negativo sobre el medio ambiente, ¿cómo se puede plantear un recurso para seguir manteniendo los cultivos?, evidentemente es el aspecto económico el que habla y no la conciencia sobre la salud humana y la salud medioambiental. Las esperanzas de la AGPM (Asociación General de Productores de Maíz) se mantienen, creen que podrán sembrar de nuevo el maíz y que el Consejo de Estado favorecerá el recurso que han presentado.
A lo largo de algunos años hemos podido conocer diferentes irregularidades y problemas asociados a los cultivos transgénicos, mantenemos que siempre que exista un consenso científico general y se realicen los estudios oportunos, sin que el factor económico y lucrativo incidan en ellos, es posible que algunos alimentos transgénicos sean una buena opción frente a los problemas asociados al cambio climático o a las nuevas enfermedades de los alimentos.
La gastronomía debe nutrirse de productos sanos y saludables, utilizar los productos desarrollados de forma ecológica son la mejor opción, al menos por el momento. Quién sabe si algunos de los alimentos obtenidos de la producción industrial, de los que ya consumimos, han sido modificados genéticamente y en el plazo de unos años nos causan diversos problemas de salud que después no podrán remediarse. Con noticias de este tipo, aumentamos nuestra preferencia por los alimentos ecológicos.
Más información | El País
2 comentarios
Lo siento… hay mil y una razones para prohibir los alimentos transgénicos y tan sólo una para permitirlos…
Espero que no gane el Poderoso Caballero del que nos hablaba Quevedo…
Cada vez será más necesaria la alimentación ecológica… será la única que nos ofrecerá garantías, a este paso…
Un saludo…
Ya es necesaria la alimentación ecológica Delokos, pero también es difícil encontrarla en muchos sitios todavía, hace falta que se trabaje en ello, en acercar al consumidor español a los productos ecológicos, pero es que encima, lo poco que hay se lo llevan a otros países…. Si de nosotros dependiera algo, otro gallo cantaría.
Saludos