No hemos conocido muchos casos en los que se utilice la gastronomía como un sistema de denuncia, un ejemplo es el Restaurante Cocina en Conflicto, (Conflict Kitchen), un local abierto en la ciudad estadounidense de Pittsburgh donde se elaboran platos para llevar, platos basados en la cultura gastronómica de países que están en conflicto con Estados Unidos. Se realiza una rotación de menús cada cuatro meses, tiempo en el que se ofrecen todo tipo de exquisiteces propias del país que tiene problemas políticos con Estados Unidos.
Actualmente el Restaurante Cocina en Conflicto ofrece cocina iraní, platos tan característicos como el kubideh, una mezcla de huevo, carne de cordero, pollo y vacuno previamente picada y aderezada con cebolla picada, pimienta, cúrcuma, perejil u otras especias. Todo el conjunto forma una pasta con la que se elaboran una especie de hamburguesas que se sirven en un pan barbari, pan originario de Irán elaborado con albahaca, cebolla y menta. El Restaurante Cocina en Conflicto tiene previsto ofrecer cocina de países como Afganistán, Venezuela, Corea del Norte, etc. Al parecer, junto a las comidas que se sirven se incluyen todo tipo de mensajes como entrevistas, temas políticos, cultura gastronómica, poesías, etc.
Personalmente no nos parece ético mezclar la gastronomía con la política, sin embargo, la iniciativa parece tener éxito, sea por curiosidad, solidaridad o ganas de probar la gastronomía de otras culturas, la gente visita el Restaurante Cocina en Conflicto. Los responsables del proyecto, los artistas John Peña, Job Rubin y Dawn Weleski aseguran que cuando las personas visitan el local y se les explica la finalidad del proyecto, se entusiasman y ofrecen ideas para elaborar comidas de otros países que también están o han estado en conflicto con Estados Unidos. Sin embargo, como la temática gastronómica actual es la comida iraní, se habla especialmente de este país.
El Restaurante Cocina en Conflicto, Conflict Kitchen, se ha convertido en un punto de reunión gastronómica en el que se habla de política y cultura tanto iraní como estadounidense, y parece ser que los responsables de este restaurante han recibido propuestas para abrir establecimientos similares en otras ciudades estadounidenses y en otros países del mundo.
Además del servicio de restaurante, se realizan otras actividades como entrevistas a sus clientes que se retransmiten en directo y donde los entrevistados dan a conocer su punto de vista gastronómico y político. Se pretende entablar un diálogo social en el que se ponen de relevancia especialmente los temas culturales y políticos. Pittsburgh se ha convertido en la ciudad del debate y el canal que se ha utilizado ha sido la gastronomía, evidentemente quienes más aplauden la iniciativa son los ciudadanos de los países que están en conflicto con Estados Unidos.
Como decíamos, cada cuatro meses se renueva el menú y con él los eventos e iniciativas paralelas, los creadores del proyecto tienen muchas ideas y aseguran que hay Cocina en Conflicto para años, especialmente por la gran cantidad de países que no mantienen buenas relaciones con estados Unidos. Otra iniciativa que se puede destacar son las vídeo conferencias en las que se difunden comidas entre estadounidenses y habitantes de los países en conflicto, se invita a la gente a participar de la fiesta virtual y se intentan afianzar lazos gastronómicos, políticos y culturales.
Sin duda, el Restaurante Cocina en Conflicto es un proyecto que llama la atención, podéis conocer más detalles a través de la página oficial del Restaurante Conflict Kitchen’s.
3 comentarios
La idea me parece muy buena.
Una de las cosas por las que miramos con desconfianza al otro es por el miedo a lo desconocido. Introducirte en la gastronomía de un pueblo es también aprender a conocerlo y apreciarlo. Es una forma saludable, de perder el miedo al «otro» por parte de la ciudadanía americana que no tiene porque estar de acuerdo con la política de su gobierno.
Pues me parece una idea muy interesante, por el ofrecimiento gastronómico, sin duda siempre positivo, y por la posibilidad de abrir las puertas al diálogo y, por supuesto, que no siempre un conflicto entre gobiernos es un conflicto entre sus ciudadanos.
Chapeau por la iniciativa.
Excelente idea. Cuando uno se entera de iniciativas como ésta, y otras, claro, piensa que no todo está perdido y que hay mucha, muchísima gente, gente discreta, para bien o para mal, que desea conocer al «otro», como dice María Antonia, y mostrar el lado más amable del género humano.
Disfruto la cocina y la interculturalidad que trae consigo, si lo deseamos, claro.
«Restaurante Cocina en Conflicto», algo interesante e inteligente para comentar.